14 julio 2013

Bitcoin ¿la moneda del futuro?

A un observador poco avezado le podría parecer propio de un videojuego infantil. Cada vez que nuestro ordenador es capaz de resolver un complejo desafío matemático, el sistema le premia con 25 moneditas, imaginemos que doradas para cumplir con el estereotipo.

Pero ¿qué pasa cuando todas esas monedas se convierten en un medio de pago en la red? Pues que surge bitcoin, una moneda digital experimental y regulada por un programa informático que codifica un fichero con una clave para que solo la pueda leer quien tenga esa clave. Apareció en internet en 2009 y cada día logra mayor popularidad.

Hasta hace poco su uso era muy limitado, pero gracias a su creciente popularidad ya se puede comprar, siempre por internet, desde pizzas a jamón ibérico, pasando por pienso para animales, ropa, bisutería, videojuegos o libros, además de acceder a sitios de apuestas.

E incluso hay páginas que aceptan donaciones en esta "divisa".

LA PRIMERA

Bitcoin es, según su página web, la primera moneda digital descentralizada, que usa tecnología P2P de código abierto y permite transacciones instantáneas punto a punto, para hacer pagos en todo el mundo a coste de procesamiento bajo o cero. Esta moneda no está controlada por ninguna organización o gobierno y ya la usan más de 100 mil personas.

Otra característica del bitcoin es que la masa monetaria máxima que puede alcanzar es de 21 millones de unidades. Este dinero empezó a liberarse en febrero de 2009 y cuando se llegue a ese tope dejará de generarse, explica el responsable de auditoría de la empresa especializada en seguridad de internet y tecnologías de la información Hispasec, David García.

Así lo prefijaron "el o los creadores de bitcoin" en el algoritmo de producción de moneda, para prevenir una pérdida de valor derivada de la creación indefinida de dinero, explica el experto.

BUSCANDO AL SEÑOR NAKAMOTO

"El o los creadores", pero ¿quién inventó bitcoin? A ciencia cierta no se sabe. Se cree que el responsable es el japonés Satoshi Nakamoto, que en 2009 liberó el programa informático, que permite unirse a la red que funciona para conseguir esta moneda y hacer uso de ella.

"Nadie conoce a esta persona, ni existen referencias sobre él, ni si quiera una fotografía" que demuestre su existencia, de ahí que muchos supongan que es una pantalla para esconder a un grupo de personas.

Tal es el misterio que hasta la serie de televisión "The Good Wife" dedicó un episodio a las bitcoines y a intentar desentrañar -en la ficción- la identidad de este esquivo personaje.

MINANDO LA RED

Pero, ¿de dónde vienen las bitcines, dónde se consiguen? La respuesta es tan sencilla como sorprendente: basta con poner un ordenador a "minar". "Bitcoin miner" es la aplicación que un usuario debe instalar en su ordenador para empezar a resolver desafíos y, así, a base de "minar", lograr su recompensa.

Cuando el ordenador resuelve un desafío, la red valida la solución y el usuario gana 25 monedas por bloque resuelto. Este procedimiento podría hacer pensar que las monedas aparecen de manera gratuita, pero "para encontrar esas bitcoines hay que poner a disposición de la red la potencia de cálculo de tu ordenador".

"Minar" monedas requiere mucha potencia y cuanta mayor sea la capacidad de computación, más rápido se resolverán los desafíos, de ahí que muchos usuarios individuales creen redes con sus ordenadores para aumentar su capacidad de lograr desenterrar dinero. También hay -relata García- empresas que usan su infraestructura y sus redes, cuando tienen menor carga de trabajo.

Otra opción es optar simplemente por ser un usuario más de la moneda para hacer transacciones electrónicas con ella, ya que cada vez son más los sitios que las aceptan.

Bitcoin se pueden cambiar por dólares, euros o yenes y su cotización la establece el propio sistema, pero se trata de una moneda con "muchas fluctuaciones" -advierte el experto-. Su cotización actual ronda los 80 dólares pero ha llegado a picos de 260 y caídas abruptas.

¿CORRO PELIGRO?

El mundo "virtual" crea recelos de seguridad para buena parte de los navegantes, no siempre lo suficientemente expertos. Sin embargo desde Hispasec aseguran que "un usuario no corre un peligro específico por ponerse a minar con su ordenador o instalarse el programa de gestión de bitcoines".

El protocolo, los algoritmos que utiliza, están bastante probados y es un sistema que la comunidad considera seguro, señala García, quien recuerda que esta y otras monedas virtuales "tienen a disposición pública el código fuente del programa que genera y gestiona las transacciones. Es decir, alguien que entienda de programación puede ver cómo está hecho el software y entender su funcionamiento interno".

Un usuario "debe seguir las misma advertencias generales de seguridad que para cualquier uso habitual de internet" de manera que evite infecciones. Un ordenador infectado puede servir para que un tercero lo use para "minar" sin que el propietario sea consciente, tal y como hizo recientemente una empresa de videojuegos con los equipos de sus usuarios.

También hay que prestar atención para evitar incursiones no autorizadas en el ordenador que faciliten el robo del "monedero" donde se guardan bitcoines. Cualquiera que tenga acceso al archivo "wallet.dat" puede hacerse con "las llaves privadas que dan acceso" a las monedas, advierte el experto.

Aunque ya han surgido otras iniciativas como Namecoin, Ppcoin o Litecoin", que funcionan de manera similar, Bitcoin es el líder indiscutible lo que genera tanto apoyos como críticas.




EVOLUCIÓN

Los gemelos Cameron y Tyler Winklevoss (foto 1), los mismos que pusieron en jaque a Mark Zuckerberg por la propiedad de Facebook, tenían en abril 11 millones de dólares convertidos a esa moneda, justo cuando alcanzó su máximo histórico con el billete verde.

Además, empresas como Coinbase, Coinsetter, CoinLab han recibido millones de dólares de fondos de inversión e inversores privados por facilitar el cambio de moneda que, por su condición inestable, es un objetivo de quienes están dispuestos a correr mucho riesgo para lograr una ganancia a corto plazo.

Los "brokers" en Wall Street y los académicos miran con recelo la evolución de bitcoines por no existir instrumentos fiables a los que aferrarse para pronosticar su comportamiento ni un organismo regulador que garantice su estabilidad.

Además, la estructura de Bitcoin favorece el anonimato de las transacciones por lo que otros analistas ven en esta moneda un campo abonado para el lavado de dinero y los tejemanejes de los "hackers", que ya en abril forzaron el desplome del valor de la moneda virtual con un ataque masivo a su sistema de intercambio.

Preguntar por el futuro de Bitcoin es "aventurarse demasiado". De momento "ya ha picado la curiosidad" de las autoridades de muchos países, que la quieren seguir de cerca -indica García-, aunque como tantas cosas en internet, hoy puede estar en boca de todos y "dentro de unos meses desaparecer y que nadie se acuerde de lo que es".

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