11 septiembre 2013

RIGE LA LEY DE LA INFORMALIDAD Gremialistas revelan que el fisco ‘no toca’ los mercados


Los mercados de la ciudad de La Paz y de Santa Cruz son una "muralla" que el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) aún no logra pasar, pues según los comerciantes los operativos de clausura y de control se centran más en la periferia y no en el corazón de estos puntos de comercialización.

En la capital cruceña, los vendedores de los mercados Abasto, La Ramada y Los Pozos explicaron que los funcionarios del SIN rara vez ingresan a controlar sus puestos de venta y nunca a clausurarlos por no emitir factura.

Antonia Chura vende abarrotes desde hace 15 años y por lo que recuerda hace tres años vio a algunos inspectores del SIN haciendo algunos controles, pero no tienen la certeza de que se hubiera clausurado algún local interno del mercado Abasto.

De la Asociación de Comerciantes 3 de Julio, de la zona de  Los Pozos explicaron que ellos se encuentran en el régimen simplificado, por lo que no tienen que dar factura a sus clientes y que los operativos del SIN se realizan fuera de los mercados en negocios que por su capital y su volumen de venta deben estar en el régimen general y emitir factura.

Maria Salas vende pollos y, según ella, los controles más habituales son los de la municipalidad, que verifica la licencia de funcionamiento y la calidad de los productos, pero que casi nunca los inspectores de impuestos se "aventuran" a ingresar en los mercados y a tratar de clausurar algún puesto.

El escenario en La Paz
Para observar lo que sucede en La Paz, se hizo un recorrido por las dos principales ferias que tiene, Uyustus y Eloy Salmón. La segunda es la más completa porque las calles adyacentes tienen galerías y tiendas dedicadas a diversas actividades como venta de muebles, electrodomésticos e incluso grifería y material de construcción; mientras que en la Uyustus, los gremiales venden artículos electrónicos y ropa.

El trabajo de los inspectores del SIN se divide en dos, fiscalización a galerías y tiendas por un lado y, por el otro, los puestos callejeros que están fuera de las galerías; el primer grupo sufre clausuras y revisión de licencias de funcionamiento.

Sin embargo, los vendedores de las calles cercanas a estos mercados no tienen mayor problema, pues la mano del fisco no les llega.

En algunos casos estos gremialistas emiten facturas, pero este documento fiscal se extiende, según el precio pactado y si el cliente lo pide; ningún comerciante da la factura por iniciativa propia.

Liliana Yucra dijo que los afiliados a la Federación de Trabajadores por Cuenta Propia están instalados en la vía pública, no tienen problemas, pero que muchos que lograron una tienda con poco capital, deben demostrar el movimiento diario que tienen para justificar la no facturación.

A pesar de los controles del SIN, en la zona hay galpones en donde solo se venden productos por mayor, desde cajas de alfileres hasta televisores por docena y en donde no se emiten facturas

El regateo por la entrega de la factura


Ferias de La Paz
En la Uyustus, los televisores de 55" se venden a $us 1.800, un celular Galaxy III $us 480, una portatil 14" Sony se la ofrece en $us 500, mientras que una tableta en $us 450. A estos precios se les debe agregar el 13% por la emisión de la factura.

En la Ramada -Santa Cruz
Una heladera Continental de cinco pies cuesta $us 570, las cocinas de cuatro hornallas se las comercializa a $us 120, mientras que los plasmas LG de 42" están en $us 470. En cuanto a la entrega de la factura los vendedores prefieren no hacerla.

Por la terminal cruceña
En la zona se ofrecen productos destinados al hogar, como lámparas, pinturas, puertas, protectores de ventanas y artículos para la jardinería. Los comerciantes ofrecen factura, pero también deja la opción de no pedirla, y así bajan el precio.



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