10 febrero 2014

Financieras retrasan aplicación de política antirriesgo de la Asfi



La implementación de directrices comunes de gobierno corporativo en las entidades del sistema financiero sufrió un retraso y no se realizará en el corto plazo, sino a través de un proceso gradual que pretende evitar riesgos como los que desataron la crisis financiera global de 2008.

El 14 de diciembre de 2012, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) emitió la Resolución 722, que establece las directrices básicas para la gestión de un buen gobierno corporativo y pone como plazo el 31 de diciembre de 2013 para que todas las entidades supervisadas cumplan con esta disposición.

“Hemos otorgado un plazo razonable para que las entidades financieras implementen estas directrices. Sin embargo, el tema del gobierno corporativo es algo nuevo en nuestro país y su proceso de implementación será gradual, no inmediato ni a corto plazo”, afirmó días atrás la directora ejecutiva de la Asfi, Lenny Valdivia, durante la presentación en Bolivia de los “Lineamientos para un Código Latinoamericano de Gobierno Corporativo” propuestos por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Según la resolución, la Asfi debe sancionar económica o administrativamente a las entidades financieras que incumplieron esta disposición.

Proceso. La Razón envió cuestionarios a la Asfi, a la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) y a la Asociación de Entidades Especializadas en Microfinanzas (Asofin) para conocer más detalles de la implementación de este tipo de gestión en el sistema financiero, pero hasta el jueves ninguna de estas instituciones emitió una respuesta.

Durante la presentación de la CAF, el gerente de IAAG Consulting & Corporate Finance, José Gómez-Zorrilla, se refirió a la crisis global de 2008 como la prueba más clara de la necesidad de establecer prácticas de gobierno corporativo más eficaces. El experto apuntó que la debacle económica evidenció la consolidación de realidades empresariales complejas, con accionistas que no ejercieron sus derechos, juntas directivas ineficientes, regulación incompleta y sistemas débiles de supervisión. “Falló muchísima gente”, subrayó.

“Las entidades financieras tienen que empezar a realizar un diagnóstico que les permita conocer cuáles son las debilidades y fortalezas de su gobierno corporativo para, a partir de ello, trabajar en un cronograma de implementación en el marco de la normativa emitida desde la Asfi”, afirmó la directora del ente regulador.

Andrés Oneto, principal ejecutivo de la Dirección de Políticas Públicas y Competitividad de la CAF, recordó que hay pautas que ayudan a medir el buen gobierno corporativo.

A nivel macro, precisó, el Foro Económico Mundial tiene cuatro indicadores que identifican claramente esta forma de gestión: el comportamiento ético de las firmas, la eficacia de las juntas directivas, la protección de los intereses de los accionistas minoritarios y la fortaleza de los estándares de auditoría y contabilidad. El promedio de América Latina “está por debajo del promedio de los países desarrollados. En el caso de Bolivia, los cuatro indicadores están por debajo del promedio latinoamericano”, indicó.

El planteamiento de CAF incluye 43 lineamientos y 133 recomendaciones concretas que tienen el objetivo de garantizar un mejor uso de los recursos, aumentar la transparencia contable, mitigar los problemas de información asimétrica entre las partes, y velar por una adecuada evaluación de los riesgos en las empresas.

Una de las principales propuestas enfatiza en la responsabilidad de los reguladores nacionales para el establecimiento de reformas “que han de reforzar los mercados financieros y los regímenes reguladores con vistas a evitar crisis en el futuro”.

En 2008, en el mundo, las entidades reguladoras o supervisoras no evaluaron ni abordaron de forma adecuada los riesgos que se acumulaban en los mercados; los bancos trataron de conseguir rendimientos más altos sin una valoración correcta de los riesgos; y las calificadoras no evitaron conflictos de intereses, “facilitando mayor transparencia para inversores y emisores, y diferenciando la calificación de productos complejos”, dice CAF.

Qué son las prácticas del buen gobierno

La CAF define gobierno corporativo como “el conjunto de prácticas, formales e informales, que gobiernan las relaciones entre los administradores y todos aquellos que inviertan recursos en la empresa”. Para la Asfi, “es el conjunto de principios, políticas, normas y medidas que regulan las relaciones entre los integrantes de los órganos de gobierno de la entidad supervisada, que le permitan desempeñarse mínimamente bajo estándares de eficiencia, equidad, transparencia y probidad”.

Participantes

José Gómez ‘Ha pasado la crisis, vimos lo que ha fallado’

“Ha pasado la crisis, que en Latinoamérica no se ha sentido como en otras regiones, y eso nos ha permitido aprender, porque hemos visto lo que ha fallado (...). Este código se dirige exclusivamente a las empresas, pero hay recomendaciones que el regulador debería plantear como obligatorias para todas las empresas que están bajo su mandato y bajo su supervisión, muy pocas pero especialmente importantes”.

Jorge Velasco Estas prácticas ‘nos ayudaron a salir de la crisis’

“Contar con un gobierno corporativo ha ayudado mucho al Banco BISA durante la última crisis económica (2008). Los lineamientos que teníamos entonces realmente funcionaron para salir de ese momento.

En el BISA vamos mejorando nuestras prácticas de gobierno corporativo de manera permanente, no solo por cumplir la regulación, sino como parte de nuestra política de buena práctica empresarial”.


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