12 octubre 2014

Cinco factores determinan la calificación de riesgo de un país

La calificación de riesgo o confianza que se tiene en un determinado país en el mercado global de capitales depende de al menos cinco factores esenciales que reflejan el desarrollo de esta nación o sus debilidades.

Las calificadoras de riesgo de mayor alcance internacional (Fitch Ratings Group, Moody’s Investors Service y Standard & Poor’s) se constituyeron con el objetivo exclusivo de calificar valores mobiliarios y otros riesgos (bonos soberanos, empresas, etc.). El trabajo de estas sociedades anónimas en el mercado global de capitales facilita la toma de decisiones por parte de los inversores, aunque en 2008 su credibilidad sufrió un duro revés tras las múltiples críticas que recibieron por su presunta responsabilidad en el estallido de la crisis financiera mundial.

En mayo de este año, Standard & Poor’s elevó la nota de Bolivia en un escalón, de BB- a BB, por haber alcanzado una mayor resistencia económica frente a impactos negativos gracias a un constante crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), de la cuenta corriente y del superávit fiscal.

“Estas calificaciones, que miden el riesgo crediticio de los emisores que calificamos, pueden tener un impacto en la tasa de interés que tal emisor paga por la deuda que emite (...). Es posible además que una mejor calificación de riesgo aumente la confianza de los inversionistas en un país”, sostiene Moody’s en respuesta a un cuestionario enviado por La Razón.

La última evaluación de Fitch, realizada en agosto de este año, subió la perspectiva económica de Bolivia de “BB- estable” a “BB- positiva” por el crecimiento de su economía y su potencial expansión a largo plazo. Esto deja al país a dos peldaños de lograr la calificación crediticia BBB-, lo que le permitirá ser más atractivo para las inversiones y captar más dinero por la emisión de títulos valor y acciones.

De acuerdo con Fitch, la performance macroeconómica, los factores estructurales y reformas económicas, las finanzas públicas, las políticas monetarias y el control de cambios, y las finanzas externas determinan la capacidad de riesgo crediticio soberano, es decir, la confianza que los inversores extranjeros tienen en un país.

Moody’s, por su parte, analiza cuatro factores dentro de su metodología: fortaleza económica, fortaleza institucional, fortaleza fiscal y resistencia a los choques. Dentro de éstos se pueden observar muchos indicadores como el crecimiento económico, razones de deuda y la balanza de pagos.

Rodolfo Castillo, director ejecutivo de AESA Ratings, firma boliviana asociada a Fitch, ratificó que la calificación orienta la toma de decisiones de los inversionistas extranjeros. La nota, precisó, contempla asimismo factores económicos o de rentabilidad, “la transparencia de la gobernabilidad en el manejo de la inversión extranjera o si las reglas del juego son claras”. También refleja si las controversias se solucionan en tribunales internacionales o bajo leyes nacionales. “La calificación de riesgo es entonces un buen indicador de que el país refleja una cierta calidad crediticia”, añadió.

Explicó que para mantener la calificación a mediano y largo plazo se debe generar mayor inversión en el principal motor de la economía boliviana: la exploración y explotación de recursos naturales. Destacó que la alta dependencia de los hidrocarburos y la minería, complementada a la baja inversión para el hallazgo de nuevos yacimientos en ambos sectores, puede incidir en la calificación en el mediano plazo. “Según el Gobierno, la producción de gas irá bajando entre 2017 y 2019, y eso es lo que preocupa, porque —como se sabe— la producción y la exportación de hidrocarburos representa el 80% de nuestras exportaciones (...). Esto va a tener una influencia muy importante por la dependencia de la economía en el comercio de las materias primas”, dijo Castillo.

“Los países que tienen la nota BB tienen una dependencia de las materias primas del 25%, mientras que en Bolivia es del 80%”.

PANORAMA. Tras destacar que, después de la crisis global de 2008, las calificadoras recuperaron su credibilidad y su prestigio, los analistas económicos Jimmy Osorio y Horst Grebe coincidieron en la importancia de las materias primas dentro de la calificación del país y el impacto que tienen sobre las inversiones en esos rubros.

Osorio indicó que dentro de los parámetros para otorgar una calificación están contempladas las fuentes de ingreso, lo que implica la exportación de hidrocarburos.

“Las calificadoras toman muchas variables, dentro de ellas están los proyectos hidrocarburíferos y mineros a mediano y largo plazo. Si no hubiera una planificación, corremos el riesgo de bajar la calificación”, indicó.

Por su parte, Grebe destacó que las calificaciones de BB- a corto plazo son favorables, pero que a mediano tiempo “pueden aparecer problemas, porque el país no tiene reservas suficientes para cumplir con los compromisos” de exportación con Argentina y Brasil. “Se debe planificar la inversión en producción de hidrocarburos, porque nuestros ingresos dependen de eso”, sostuvo.

Tendencia positiva

Gobierno

El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, recordó que desde 2009 las calificadoras han elevado la nota de riesgo de Bolivia debido al “sobresaliente comportamiento macroeconómico” del país y al constante crecimiento de su economía.

La opinión del experto

La nota ‘es clave’ para definir el costo de los bonos

La calificación de riesgo otorgada a un país sí es importante en el mercado internacional, porque de acuerdo con el nivel que alcance puede realizar la emisión de bonos y atraer un mayor número de inversiones extranjeras. Así como las empresas y los bancos emiten deudas, los países también, para eso requieren una calificación de riesgo crediticio.

Para eso, se califican los términos cualitativos y cuantitativos de un Estado; en ese sentido, toda esa información es útil para los inversionistas extranjeros y refleja el desarrollo de un país en términos macropolíticos y sociales. La calidad crediticia es básicamente la imagen de un país. Los inversionistas internacionales antes de llevar sus recursos a un país se fijan en la nota, aunque en el caso de Bolivia, que tenía una calificación de riesgo de BB-, sí pudo hacer unas colocaciones bastante importantes, cada una de $us 500 millones a una tasa bastante buena. La calificación es clave para determinar el costo al cual se emitirán los bonos. Con mayor nota, menor tasa de interés y con menor calificación, mayor tasa de interés (...). Sin embargo, no hay un factor específico que influya para que llegue la inversión extranjera, todos son complementarios e influyen en un determinado momento, pero al final todos llegan a un mismo objetivo.

Rodolfo Castillo López

es Director Ejecutivo de AESA Ratings, calificadora de riesgo asociada a Fitch Ratings Group

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