29 mayo 2015

Devaluar o no devaluar

Un interesante debate se está dando en estos días acerca de si conviene o no devaluar la moneda nacional, aunque el ministro del ramo se mantiene decidido a no devaluar.
 
Según una encuesta de Bloomberg a agentes marítimos que operan los buques tanqueros que trasportan petróleo, la disponibilidad de estos buques nunca había sido tan baja desde que se empezaron a registrar las estadísticas en 2009. En lo que va de mayo sólo 6% de los buques están disponibles. Esto se debe a que los buques están siendo usados para almacenar petróleo que no tiene mercado. Esto abre la posibilidad de una nueva caída en el precio.
Unos capitales golondrina, no lavados todavía, representan algo más de US$ 5.000 MM en los depósitos de la banca en moneda nacional, de un total de US$ 13.000 MM. Si volaran o se fueran al dólar, porque se produjo una devaluación, sería la hecatombe: el “modelo evonomics” se iría por la alcantarilla.
Esa es una de las razones por las que el gobierno se niega a devaluar, dando lugar a un debate que tiene algunos elementos muy llamativos.
El científico Enrique Velazco Reckling Phd cuestiona el criterio de que cuando se devaluaba la moneda las cosas anduvieron mal. A propósito de una columna de prensa, dijo:
“Me di la molestia de ver los datos del INE y encontré que, en 1986, las exportaciones no tradicionales (con valor agregado) eran el 18% del total, mientras que en 2000 superaron el 55%; es decir que durante la devaluación controlada hubo un crecimiento de los sectores generadores de valor agregado y de empleo respecto a los tradicionales, extractivo-rentistas. Más aún, en 1990; trabajadores y empleados recibieron el 34% del PIB como remuneración, en 2000 subió al 36%, pero en 2010 la tajada cae a sólo el 26%. Si la gente espera que la economía le ofrezca empleo con remuneración justa, parecería que, irónicamente, la economía de los años 90 habría tenido un mejor desempeño”.
Y a propósito de ese comentario de Velazco Reckling, en el Facebook, Habibi Nicolas Javier Baldivieso Larrea dijo lo siguiente para explicar la realidad económica actual:
“En estos diez años, con el tipo de cambio congelado en Bs 6,96, una casa en El Alto que costaba 17.000 dólares se compra ahora en 90.000, una casa de Pacata de 25.000 se vende en 125.000, una peta que costaba 400 ahora cuesta 3.000, una Runner costaba 8.000 y ahora 19.000 a 23.000, un Corolita pasó de 4.000 a 9.000. Fenómeno de valoración contra todo cálculo. No se debió a la bonanza de las exportaciones: está en las arcas de los ex Muro de Berlín que pusieron a los mediocráticos que gobiernan ahora, en los bolsillos de los masistas, idéntico que a los Chávez de la pobre Venezuela, y su botín a la mafia internacional.
“Mi casa de 25.000, encuentro un crudo y se la vendo en cinco veces más, porque el comprador no es tan crudo: es un corrupto nuevo, funcionario, juez, fiscal, aduanero, contrabandista, yacimientero, precursorista, traficante de droga, y los que controlan a todos los anteriores. Esos 7.000 maleantes han causado lo que parece “bonanza económica”.
“Nos espera el destino de Venezuela”. Con estos elementos, el lector entenderá que devaluar o no devaluar se hace complicado, pero muy interesante.

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