29 septiembre 2015

El BID apuesta por un nuevo motor económico para el país



El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consideró que la productividad debe ser el nuevo motor económico de Bolivia, ya que el nuevo contexto macroeconómico internacional reducirá los ingresos por exportaciones del país y por ende su inversión pública.

En la última década, el contexto internacional fue favorable para que las exportaciones bolivianas (especialmente gas, minerales y soya) y la inversión pública —que se multiplicó al menos ocho veces entre 2006 y 2015 producto de los ingresos generados por las ventas externas— fueran “los motores de la economía boliviana”. Pero “la situación ahora va a cambiar”, afirmó Héctor Malarín, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Bolivia.

Un análisis realizado por la institución da cuenta de que los factores que contribuyeron al crecimiento anual promedio de 4,9% del país en el periodo 2009-2013 fueron la acumulación de capital, principalmente la inversión pública (2,1%); los términos de intercambio o exportaciones (1,4%); el trabajo o incremento de la población económicamente activa (0,9%); y la productividad (0,5%).

“Ahora sabemos que los precios internacionales (de los commodities) no van a ser los mismos del quinquenio pasado” y que los ingresos de Bolivia por este concepto “van a ser mucho menores”; que la inversión pública “puede verse afectada” por esta situación; que no es posible una mayor producción de hidrocarburos para compensar la caída de las cotizaciones, porque “no ha habido en los últimos años” inversión suficiente en exploración; y que “el crecimiento vegetativo de la población se mantendrá”, explicó.

PROBLEMA. Entonces, “cómo sostenemos tasas de crecimiento anuales de 5%, que sabemos aumentan los niveles de ingreso de la población, reducen los niveles de pobreza, aseguran la igualdad social y mejoran el acceso de los bolivianos a la infraestructura y servicios”. La respuesta es, subrayó, aumentar la productividad (entendida como la relación entre la cantidad de recursos de todo tipo utilizados para alcanzar un volumen de producción determinado).

Los datos del BID muestran que la productividad de Bolivia, de 11,8%, es la más baja de América Latina, mientras que Chile tiene el indicador más alto, 47,2%La productividad boliviana “está estancada” debido principalmente a tres factores.

Primero, al escaso o nulo crecimiento de las empresas, que tienen bajos niveles de innovación, y que enfrentan un clima de negocios con alta presión tributaria y una costosa burocracia; segundo, a una calidad en la infraestructura y servicios sociales “que pareciera todavía no ser la adecuada”; y tercero, porque está concentrada en la agricultura, comercio y minería, los sectores que mayor empleo generan en el país, pero también los que pagan menos salarios y los que son más informales.

El clima afecta el crecimiento

Pérdidas

Bolivia tiene una “alta vulnerabilidad” a desastres naturales como sequías e inundaciones que en 2013 y 2014 le han costado al país la pérdida de 1,5 puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto, según el representante del BID Héctor Malarín.

Tendencia

Entre 1966 y 1970 se registraron en el país cinco desastres naturales, cifra que aumentó hasta 16 en el periodo 2006-2010, lo que muestra una “tendencia al alza”, hizo notar el experto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Propuesta del banco se enfocará en el problema

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) propondrá al Gobierno que su cooperación estratégica para el periodo 2016-2020 se oriente a aumentar la productividad y a mejorar la calidad de los servicios sociales e infraestructura del país.

Así lo informó el representante de la institución financiera en Bolivia, Héctor Malarín, durante la charla “¿Es posible cumplir con las metas de financiamiento del sector productivo?” organizada por Findeto. “La productividad no es la adecuada y no está contribuyendo como motor de la economía, como ocurre en países de primer mundo”, subrayó.

La propuesta, que está en etapa de socialización y aún no fue presentada al Ejecutivo, plantea aumentar la calidad y diversificación de los bienes públicos financiados por la institución, y promover la integración del país; mejorar el clima de negocios, principalmente para las pequeñas y medianas empresas; implementar un sistema integral de innovación, ciencia y tecnología; y la creación de un sistema de gestión de riesgos climáticos

“En todo este contexto, pasa a ser clave y transversal la capacidad institucional en el sector público, cuya baja capacidad de ejecución y eficiencia inciden directamente en los logros de efectividad de las inversiones públicas que se realizan” en el país, dijo Malarín. “Preliminarmente, este es el planteamiento que le vamos a hacer al Gobierno”.

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