25 octubre 2015

El crédito chino subirá la deuda pública de Bolivia al 54% del PIB



La contratación del crédito chino de $us 7.500 millones subirá la deuda pública del país al menos al 54% del PIB, un porcentaje que el Gobierno considera manejable y que servirá para mantener a la inversión pública como motor económico del país.

El lunes, el Ejecutivo confirmó que Bolivia gestiona en China un crédito de hasta $us 7.500 millones que servirá para cumplir con los objetivos trazados en la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025, recursos que también subirán la deuda externa del país a $us 13.600 millones, cifra que representa el 41,21% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, calculado en $us 33.000 millones.

Patricia Miranda, economista de la Fundación Jubileo, afirmó que un análisis de sostenibilidad de la deuda de un país debe incluir el endeudamiento interno.

Al momento, la deuda pública de Bolivia —de $us 6.100 millones a octubre la externa y de 4.237 millones a junio la interna— suma 10.337 millones, un valor que representa el 70% de las Reservas Internacionales Netas (RIN) registradas hasta el 9 de octubre por el Banco Central de Bolivia (BCB), de $us 14.183 millones.

Esta deuda total subirá a $us 17.837 millones cuando se desembolse el 100% del crédito chino, es decir, representará el 54% del PIB actual y superará en $us 3.654 millones a las actuales RIN.

Estrategia. El presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García aseguraron, refiriéndose a los préstamos internacionales obtenidos por el país, que Bolivia tiene una gran capacidad de endeudamiento gracias a su economía saludable y que el millonario préstamo de China mantiene la deuda externa boliviana aún manejable.

“Si nos falta plata, porque va creciendo la economía, tenemos un colchón financiero importante. Nuestras reservas internacionales y los depósitos”, dijo Morales.

“Ya pasamos un año de crisis internacional. ¿Vamos a aguantar? Sí. Nuestras reservas internacionales, nuestros ahorros internos, nos permiten atravesar (este periodo de crisis) sin mucho problema por lo menos por tres años”, destacó García.

Datos del ente emisor dan cuenta de que las actuales RIN diminuyeron en 7,8% en relación a lo registrado a fines de agosto de 2014, cuando la cantidad de estos recursos alcanzó su máximo histórico ($us 15.387 millones).

“El Estado recibirá menos ingresos por la caída de las materias primas y para mantener sus inversiones necesita financiamiento”, que en el caso de China es bilateral y, por lo tanto, “mucho más sencillo” de adquirir por su carácter condicional, explicó el analista Armando Álvarez. Según un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la última década, el contexto internacional fue favorable para que las exportaciones bolivianas (especialmente gas, minerales y soya) y la inversión pública —que se multiplicó al menos ocho veces entre 2006 y 2015 producto de los ingresos generados por las ventas externas— fueran “los motores de la economía boliviana”. Pero “la situación ahora va a cambiar”, afirmó en septiembre Héctor Malarín, representante del BID en el país.

De hecho, el 15 de octubre el Gobierno informó que el Estado recibirá este año $us 3.250 millones menos por la exportación de gas y minerales, una previsión que en agosto era de 2.500 millones. La reducción es importante tomando en cuenta que en 2014 el valor de las ventas externas alcanzó los $us 12.991,17 millones.

El cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2025 “va a requerir recursos adicionales ante la caída de los ingresos fiscales que ya está empezando a sentir el país”, sostuvo Miranda.

El jueves, el ministro de Planificación del Desarrollo, René Orellana, aseguró que la contratación del crédito chino, junto a otras iniciativas, permitirá mantener la inversión pública y expandir el PIB del país a $us 50.000 millones hasta 2021. Este crédito es “parte de una estrategia de desarrollo que está planificada territorialmente”.

Recursos. Para el economista Jimmy Osorio, la obtención del crédito chino por parte de Bolivia más que responder a una “gestión interna del Ejecutivo”, obedece a una “política exterior de China”, país que por su situación económica “necesita prestar los grandes recursos que tiene a como dé lugar”. Este préstamo “no fue planificado (...), lo que lo convierte en una deuda de salvataje, imprevista y no consensuada”, opinó.

Estos recursos financiarán 11 proyectos estratégicos que generarán “desarrollo, comercio, integración, empleo y el bienestar para los bolivianos. A diferencia de lo que hacían los gobiernos neoliberales y las dictaduras —que además se robaban la plata—, (la deuda externa) no es para pagar salarios”, afirmó el Vicepresidente.

Tres carreteras para integrar La Paz-Pando, Beni y Santa Cruz-Beni; la doble vía Bombeo-Parotani-Melga-Colomi-Villa Tunari; la solución de los problemas en el tramo de El Sillar en la vía Cochabamba-Santa Cruz; la conversión del aeropuerto de Viru Viru en una central de carga internacional; la Central Hidroeléctrica Rositas; la vía férrea Motacusito-Mutún-Puerto Busch; el estadio para los Juegos Odesur en Cochabamba; y otros dos que no fueron precisados forman parte de los proyectos financiados con el préstamo.

“Los proyectos de infraestructura, especialmente en caminos, deberían ir acompañados de iniciativas de promoción de las economías locales, para generar un desarrollo sustentable”, según una nota de prensa de Jubileo.

“Son diferentes obras que sin duda van a terminar de cambiar a nuestro país”, enfatizó el presidente del Senado, José Alberto Gonzales (MAS). A diferencia de lo que pasaba en gobiernos anteriores, el país hoy “está jugando en las grandes ligas” de los mercados financieros “y la posibilidad de tener una economía tan sólida como la que tenemos es justamente la que nos permite acceder a estos créditos”, agregó.

De acuerdo con García, la deuda externa será sostenible mientras se cumplan tres condiciones: que el país mantenga su ritmo de crecimiento (de 5,1% anual desde 2006), que se destine a obras de carácter estratégico y que no pase del 55% del PIB, un porcentaje que la Comunidad Andina de Naciones recomienda debe mantenerse en no más del 50%.

La actual deuda externa de Bolivia, de 18,48% del PIB, está muy por debajo del 99% histórico que se alcanzó en 1987, durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro.

Este medio envió cuestionarios a la Vicepresidencia, al Ministerio de Economía y al BCB para conocer más detalles sobre este tema, pero hasta el cierre de esta edición solo recibió respuesta de la primera institución, la cual informó que todos los datos que poseía esa dependencia relacionados con este crédito chino ya habían sido detallados por García.


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