30 octubre 2015

Nueva York, un fiasco

Primero Humberto Roca junto a Jacob Ostreicher y luego el propio Financial Times aguaron la fiesta del Bolivia Summit en Nueva York, dejando a los funcionarios del gobierno en ridículo.

De nada sirvió que se pagara US$ 477.000 para convencer a los inversionistas norteamericanos de la conveniencia de invertir en Bolivia, porque Roca y Ostreicher se presentaron como el ejemplo de que en Bolivia no hay garantías para los empresarios.

Pero el golpe más duro llegó de parte del propio diario londinense, que en uno de los artículos incluidos en la muy costosa separata dijo que “se puede decir muchas cosas de Evo Morales, menos que sea un demócrata”. (Otras traducciones de la frase son deficientes).

El espectáculo que terminó mostrando que en Bolivia no hay garantías para las inversiones recibió la colaboración del vicepresidente, Álvaro García Linera, quien aprovechó su condición de presidente interino para decir que cualquier inversión que llegare a Bolivia, sería fiscalizada y vigilada por las Bartolinas y las organizaciones sociales.

Es decir que el FT, como se conoce a este diario londinense (“No FT, no comment”), hizo un buen trabajo. Mostró la verdad sobre Bolivia con la ayuda de Roca y Ostreicher y el apoyo del Vicepresidente.

Es cierto, el diario está en problemas económicos, como lo están todos los medios convencionales del mundo, y por eso tiene que hacer estas cosas, comenzando por haber cedido a empresarios japoneses el control accionario, pero parece que eso no le impide decir la verdad.

Recibir semejante cantidad de dinero por un seminario de cuatro horas de duración y cobrar por una separata sin dejar de decir que Evo Morales no es un demócrata sólo lo pueden hacer los grandes medios. Aunque sea ahora de propiedad de japoneses, es un diario que forma parte del legado del gran periodismo británico.

No se podría reclamar por esa frase. El pago, aunque sea millonario, no incluía la condición de que el FT deje de decir la verdad sobre el estilo de gobierno del presidente Morales: no es demócrata.

¿Podrá un inversionista llegar a un país gobernado por un presidente que no es demócrata? Algo que supone no respetar las leyes, la constitución y las normas.

Por millonarias que hayan sido las facturas, no se le puede pedir a un diario que se respeta, que deje de decir lo que piensa. Quizá debieron haber pensado en otros medios.

Para cerrar la separata dice que "Morales puede haber logrado mayor inclusión en el país y una economía capaz de sobrellevar los efectos de una crisis mundial, pero cambiar la constitución (para su re re re elección) es decirle al mundo que la nueva Bolivia es igual que la vieja”. [Humberto Vacaflor]

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