05 abril 2017

Bonos soberanos y deuda externa

El 13 de marzo de este año, el Gobierno emitió y colocó bonos soberanos por $us 1.000 millones en el mercado bursátil de Nueva York, a un plazo de 11 años y una tasa de interés de 4.5% anual, con el propósito de destinar esos recursos a la construcción de once hospitales de especialidades en los nueve departamentos del país. Bolivia ofrece bonos con una tasa de interés elevada comparada con otros países, donde las tasas de interés están entre el 1 y 2 por ciento. El marco legal de la emisión de los bonos es la Ley 211, que autoriza al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas a celebrar operaciones de deuda pública en mercados de capital externo.

Esta es la tercera vez que el Gobierno acomoda los bonos soberanos en el mercado bursátil internacional, después de cerca de 100 años de estar ausente de esta actividad. En 2012 los emitió por un monto de $us 500 millones a 10 años plazo con un interés del 4.87%. En 2013, por otros $us 500 millones pero con un interés de 5.95%. Según versiones del Gobierno, fueron invertidos principalmente en la construcción de carreteras, puentes y en empresas públicas.

Este año, el financiamiento externo estará destinado principalmente a solventar la inversión pública, con un presupuesto de $us 6.188 millones, y no al pago de salarios u otros gastos en el ámbito público. Es conocido que apuntalar la inversión pública es una buena estrategia que permite generar puestos de trabajo, pero lo importante es saber usar y administrar adecuada y racionalmente el dinero. En total, el Gobierno actual ya colocó en la economía nacional $us 2.000 millones por la venta de bonos.

Las obligaciones externas hasta fines de 2016 alcanzaban a $us 6.870 millones. A ellas se sumó la deuda recién contraída de $us 1.000 millones en bonos, sumando $us 7.870 millones. Se debe agregar que la deuda por desembolsar y ya contratada en convenios es de cumplimiento obligatorio y alcanzaría a $us 11.688 millones, casi siete veces más de lo que recibió el gobierno de Evo Morales en 2006, cuando la deuda externa solo llegaba a $us 1.800 millones. En esta circunstancia, esa deuda constituye el 32 % del Producto Interno Bruto (PIB) de este año.. Si a este millonario endeudamiento externo le sumamos la deuda interna, de $us 4.235 millones, la deuda pública de Bolivia en la actualidad llega a $us 15.923 millones. Según analistas económicos, este endeudamiento resulta verdaderamente irracional y puede subir aún más en caso de que se desembolsen otros $us 7.000 millones que se negocia con China.

Con esta política de adquisición de deudas a través de créditos externos, el Gobierno está tratando de compensar la caída de ingresos por exportaciones. Estos compromisos económicos adquiridos contribuyen al crecimiento de la deuda externa del país hasta niveles antes nunca conocidos. Por supuesto, también aumenta la preocupación de diversos sectores de la población.

Cada ciudadano boliviano, al nacer, tiene una deuda aproximada de $us 1.500, si se considera que la deuda pública es de $us 15.923 millones. Esta es la más alta, tanto de la vida republicana como del Estado que rige en la presente coyuntura. Afirmación que está sustentada por el nivel de la deuda y su relación con la cotización del dólar, de Bs 6,96 por unidad, y el número de habitantes del territorio nacional.

La preocupación, en el mediano y largo plazo, radica en cómo se pagará en el futuro. Es necesario evaluar si se tendrá o no la capacidad de pago, incorporando en la valoración indicadores de solvencia y liquidez. Aquí entra en cuestión la responsabilidad intergeneracional, porque son recursos futuros los que se verán comprometidos. Y la pregunta es: ¿cómo se van a pagar $us 500 millones en 2022, otros $us 500 millones en 2023 y $us 1.000 millones en 2028?

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