05 abril 2017

Tras la crisis del agua, Banco Mundial reorienta su apoyo financiero a Bolivia



En 2015, el Gobierno y el Banco Mundial (BM) acordaron trabajar en el Marco de Alianza País (MAP) 2016-2020, que incluye un financiamiento de hasta $us 2.000 millones para proyectos que beneficiarán directa o indirectamente a unos 4,5 millones de bolivianos. La prioridad en ese momento eran la infraestructura vial (34%), seguida del cambio climático y gestión de desastres (25%), desarrollo rural y agricultura (19%) y otros como capacidad de estadística, energía, desarrollo urbano, empleo, protección social y salud (22%).

— ¿Qué avances hay en el plan quinquenal establecido entre el Ejecutivo y el banco?

— El nuevo MAP está alineado con las prioridades de Bolivia y el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2016-2020 (...). Hemos aprobado algunos proyectos, también hemos programado las actividades para 2017 y 2018. Tenemos para definir un monto de recursos no accionados todavía para los últimos dos años de la estrategia. Lo importante a destacar en este MAP es que estamos reorientando la cartera hacia un sector tan importante como es el agua.

Tenemos en este momento una cartera en preparación de $us 625 millones para cinco proyectos que tocan ese tema. El primero, el Proyecto de Alianzas Rurales (PAR) —que ya tiene 10 años de vida y benefició a cerca de 50.000 familias con 15.000 alianzas productivas— recibirá un financiamiento adicional de $us 100 millones para temas de riego tecnificado. También hay otros cuatro proyectos en preparación. Cosechando Agua Sembrando Luz mejorará con $us 50 millones el acceso a los servicios de agua y energía en las comunidades más pobres y aisladas del país (...). En este proyecto los beneficiarios en este momento son 7.000 familias. Enseguida tenemos Acceso a Servicios de Agua y Saneamiento en Zonas Periurbanas que destinará, a su vez, $us 140 millones para beneficiar a unas 350.000 familias. Riego Familiar buscará con $us 85 millones mejorar el manejo de microcuencas para aumentar la producción agrícola, incrementar los ingresos de las familias y contribuir a la seguridad alimentaria. Plantas de Tratamiento y Reuso de Agua; finalmente, tiene un presupuesto de $us 250 millones (...). Este es un cambio importante para nosotros porque casi la mitad de la cartera existente de banco, que es de $us 1.000 millones, se concentra en el sector de infraestructura vial, un 20% en agricultura y un 30% en otros proyectos. Como se sabe, Bolivia ha tenido una situación de escasez de agua en el pasado reciente. Por ello, estamos también reestructurando el Programa Piloto de Resiliencia Climática y Manejo Integrado de Cuencas (PPCR) para incluir todos los componentes para el monitoreo de sequías.

— ¿Qué razones expuso el Gobierno para efectuar este importante cambio en el plan de trabajo de ambas instituciones?

— Trabajamos en colaboración con los gobiernos y apoyamos los requerimientos de los países. Claro que cuando se aprueba una nueva estrategia, como el MAP Bolivia 2016-2020, lo primero que hacemos es sentarnos, discutir con las autoridades cuáles son sus prioridades y cómo podemos nosotros —con los recursos que tenemos— apoyarlos para alcanzar sus propios objetivos. Entonces, nos hemos puesto de acuerdo con el Gobierno —dadas sus prioridades— que sería importante que parte de esos recursos sean reubicados al tema agua.

— ¿Los plazos de trabajo se mantienen o se modificaron?

— Se mantienen. El PPCR ya está en curso, solamente lo estamos reestructurando; el PAR II, el Sembrando y el Acceso a Servicios de Agua los vamos a aprobar entre abril y septiembre; y Riego Familiar y Plantas de Tratamiento un poco más adelante.

— ¿Cómo podría afectar la escasez de agua a la economía?

— La disponibilidad de agua es fundamental, porque abarca temas de pobreza y vulnerabilidad y es importante para la salud, la educación, el capital humano y el sector agrícola, que en el caso de Bolivia constituye el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) y emplea a casi el 30% de la población. También es importante la gestión del agua para el cambio climático y para la resiliencia de las familias, especialmente en un periodo en el que los fenómenos extremos están aumentando en el mundo entero, como la sequía y las inundaciones en Bolivia. NdE. La escasez del recurso, exacerbada por el cambio climático, podría causar la reducción de hasta el 6% del PIB en algunas regiones, provocar migraciones y generar conflictos, según un informe del BM.

— ¿Tiene datos sobre las actuales reservas de agua del país?

— Sabemos que tiene una disponibilidad de agua de 53.520 metros cúbicos (m3) por persona por año, que en realidad es muy grande porque no hay muchos países que tengan esa disponibilidad. Claro que el asunto también es el acceso (...), aunque el Estado ha hecho progresos en este tema. En 2015, por ejemplo, el 84,7% de la población tenía acceso al agua y el 57,1% a saneamiento. Las metas del PDES —que están alineadas con las actividades que nosotros estamos desempeñando en el país— son ambiciosas y creo que las pueden alcanzar si la idea es subir el nivel de cobertura de agua al 95% en zonas urbanas y 80% en áreas rural y subir el nivel de cobertura de saneamiento a 70% en zonas urbanas y 60% en áreas rurales. NdE. Bolivia, según datos a 2014 del BM, es el tercer país de Sudamérica con más recursos hídricos renovables per cápita.

— ¿Cómo evalúa la resiliencia del país a los efectos del calentamiento global?

— Ese es un tema fundamental para el desarrollo del país. En este momento, el modelo de desarrollo económico y social de cada uno de los países tiene que tomar en cuenta esa variable, porque no hay otra. El cambio climático es un fenómeno que afecta a todas las economías del mundo (...). Bolivia lo ha hecho bien (...), es un país que pone mucha atención a la parte medioambiental, a la resiliencia en general, porque el Gobierno sabe que este país tienen una conformación geográfica muy particular. Esta temática está al centro de sus prioridades y de su PDES (...). En el caso de la crisis del agua, como la llaman, creemos que fue una situación compleja, pero que también se tomaron decisiones oportunas para enfrentar el problema.

Datos

Nombre: Nicola Pontara

Profesión: Economista

Cargo: Representante residente del Banco Mundial en Bolivia

Perfil

El hoy Doctor en Economía de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres se incorporó al Banco Mundial (BM) en 2000 bajo el programa Joven Profesional. Desde entonces ocupó diversos cargos dentro del grupo de Reducción de la Pobreza y Gestión Económica en las regiones de África y Medio Oriente. Está en Bolivia desde 2015.

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