02 enero 2019

2019 - La incertidumbre golpea la economía en el año electoral



El empresariado coincide en que 2019 será un año incierto, por lo que pide un diálogo urgente con el Gobierno para lograr acuerdos que eviten que los procesos electorales afecten la economía.

En los últimos 12 años, el Producto Interno Bruto (PIB) del país registró un crecimiento promedio anual del 4,9%, alcanzando su nivel más bajo en 2009 (3,4%) y su pico más alto en 2013 (6,8%), luego de lo cual se inició un proceso de desaceleración que aterrizó en 4,2% el año pasado. Para esta gestión se prevé una expansión del 4,7%, similar a la proyectada para el siguiente año, en el que se elegirá al nuevo Presidente de Bolivia.

“El principal desafío es que los políticos actúen con sensatez y responsabilidad a la hora de tomar decisiones en el ámbito económico, de modo tal que estas decisiones respondan al delicado momento que vive nuestra economía y no al cálculo electoral”, afirma Ronald Nostas, presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB).

La economía nacional, alerta, enfrentará la siguiente gestión “factores externos e incontrolables como la variación negativa del precio del petróleo; la renegociación del contrato de venta de gas con el Brasil; y la situación de las economías brasileña y argentina, entre otros”.

A estos elementos “se debe sumar en lo interno la disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el déficit fiscal y comercial, y una lenta disminución de la dinámica económica en los departamentos con menor crecimiento, lo que a su vez genera incertidumbre en los agentes económicos” del país, agrega.

Datos del Banco Central de Bolivia (BCB) dan cuenta que las RIN —identificadas como el “colchón financiero” del país— alcanzaron a noviembre de este año unos $us 8.714 millones, luego de haber logrado en 2014 un máximo de $us 15.123 millones.

El ente emisor asegura que el Estado tiene “un holgado nivel de reservas” y que éstas “cubren el pago de 8,4 meses de importaciones, cuando los estándares internacionales establecen que éstas deben llegar a cubrir tres meses”.

El titular de la CEPB considera que el panorama económico debe ser asumido con mucha cautela y con un análisis serio y sereno, y sobre todo participativo. “El riesgo es que, en lugar de tomar medidas que enfrenten estos temas de manera efectiva, se decidan acciones y normas bajo una visión y un interés político”, remarca.

MEDIDAS. La economía viene ralentizándose y, en una coyuntura electoral tan intensa como la que se avecina, “se va a mostrar con seguridad mayores señales de debilitamiento”, sostiene a su vez la Cámara Nacional de Industria (CNI).

Uno de esos indicadores es la deuda externa, que durante la actual administración de Evo Morales aumentó en 191%, de $us 3.240 en 2006 a 9.428 millones el año pasado, una cifra que se prevé superará los 10.000 millones en esta gestión, de acuerdo con datos del Ministerio de Economía.

“Cuando menos desde la perspectiva privada, es muy difícil esperar que se produzcan grandes inversiones en un contexto de incertidumbre política y cuando los problemas mayores que ya han sido enunciados —contrabando, informalidad, inflexibilidad de la política laboral y otros— no han sido ni medianamente atendidos”, continúa la entidad industrial.
Consecuentemente, indica, el mayor reto de la actividad económica será sortear con cierto grado de “normalidad” un ambiente pleno de tensión y falto de certezas.

PANORAMA. “En los últimos años se ha dado más valor al criterio político que al económico y lo hemos visto con el Decreto (1802) del doble aguinaldo, donde primó el criterio político”, concuerda Wilfredo Rojo, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), quien anticipó también que la incertidumbre tendrá su impacto en el PIB. “La gente va a ser más conservadora. No va a crear fuentes trabajo y habrá menos inversión”, advierte.

Marco Antonio Salinas, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), expresa a su vez que su sector creció este año un 5% menos que gestiones pasadas y que esta menor expansión se repetirá la próxima gestión.

Esto se debe a “dos razones: la incertidumbre política y los factores que afectan la economía, como el precio bajo del petróleo, que reducirá la liquidez en el sistema, lo que bajará la demanda y las inversiones”, considera.

“Creemos que la tendencia es hacia abajo, no pronunciada pero no se superará el crecimiento registrado este año”, agrega.

El presidente de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), Marcelo Trigo, cree por su lado que en lo que más hay que trabajar ahora “es en la confianza de la gente en la economía”, para “que todos vayamos hacia adelante juntos”. Esa “es una responsabilidad de todos” y, “a veces, un desafío en periodos electorales”, añade.

“La confianza es fundamental para que la economía vaya adelante”, insiste el delegado de la banca, quien destaca “la todavía importante previsión para el crecimiento” del PIB en 2019 (4,7%).

Ante este panorama, los representantes de los sectores empresariales apuntan a la necesidad de una estrecha coordinación entre la administración pública y el rubro empresarial para mantener el desarrollo del aparato productivo.

“Deberíamos reunirnos. Los años electorales son complicados a nivel económico y es importante que el Gobierno siga haciendo gestión”, dice el presidente de la CNC, quien sugiere reactivar las plataformas de diálogo público privado con una agenda económica y trabajar en propuestas correctivas para temas como el doble aguinaldo, el incremento salarial, los incentivos al sector privado y la lucha contra el contrabando.

La CNI propone encarar los avatares de 2019 con una planificación en detalle y a corto plazo, esperando que los partidos políticos y sus candidatos presidenciales muestren “un grado de cordura que no induzca a la población a entrar en ambientes propicios para que los rumores afecten la actividad económica”.

De igual manera, considera importante analizar de forma permanente los indicadores macroeconómicos y el comportamiento del consumo de bienes.

El titular de la Caneb enarbola por su parte la necesidad de un diálogo público-privado. “Los diagnósticos están hechos, es cuestión de voluntad política del Gobierno adoptar criterios económicos racionales en los que prime lo económico y no lo político”, reitera.

“El 2018 el sector agropecuario ha estado estancado y si el Gobierno no le presta atención a la agenda de transformación agropecuaria, el 2019 difícilmente vamos a avanzar”, señala Freddy Suárez, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).

Espere…

“Mientras no haya seguridad jurídica de la tierra no va a haber inversión”, dice y puntualiza que deben resolverse temas que desincentivan a los productores como los avasallamientos, los asentamientos ilegales, la reversiones de tierras, los créditos inaccesibles, las bandas de precios, la exportación restringida, el rechazo a la producción de transgénicos y el colapso de los puertos chilenos.

Los transportistas de carga internacional, por su lado, anticipan conflictos con el Gobierno desde el primer mes de 2019, debido a que ese sector fue seriamente afectado durante 2018 por los paros en los puertos chilenos.

Gonzalo Baldiviezo, presidente de la Cámara Boliviana de Transporte Nacional e Internacional, no descarta que su sector lleve adelante medidas de presión, si el Ejecutivo no los recibe en una reunión en las próximas semanas para analizar alternativas de comercio, logística y acceso a nuevos mercados para la exportación.

Nostas advierte que en 2019 es necesario aplicar ajustes al actual modelo económico en coincidencia con los ajustes que está considerando para la Agenda 2025.

“Es importante que se tomen medidas paliativas urgentes que tienen que ver con un viraje inmediato al enfoque gubernamental respecto al papel del sector privado. Si se mantiene la política de presión, acoso e inviabilización a través de los ámbitos salariales, impositivos y otros, se estaría cerrando el único mecanismo para sostener el empleo formal y la dinamización del mercado interno, que no solo es consumo sino también creación y sostenimiento de unidades productivas”, sostiene.

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