Este grupo revisó los talonarios de facturas de la discoteca e inmediatamente exhortó al propietario de la discoteca que deposite determinada multa en una cuenta bancaria, que supuestamente era del SIN.
El propietario de la discoteca pidió a los extorsionadores sus credenciales, uno de ellos le proporcionó (el de la foto) y al escuchar la advertencia de que llamaría a la línea gratuita del SIN para verificar los datos, se dieron a la fuga.
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