“Hay una desconfianza dentro de los adultos mayores, porque no siempre los hijos son conscientes para ir a cobrar su Renta Dignidad”, indicó Torres, entrevistada por Página Siete.
En el marco de la emergencia sanitaria a raíz del incremento de casos positivos a coronavirus, el Gobierno dispuso que la Renta Dignidad sea cobrada por un familiar previo llenado de un formulario.
De acuerdo a un reporte de este medio de comunicación realizado en 2017, los hijos quitan la Renta Dignidad a tres de cada 10 adultos mayores.
"No sé qué hacer. Quiero tener mis propios gastos, pero no tengo platita. Mi renta que recojo lo administra mi hijo y no sé lo que hace”, denunció una mujer de 74 años al Centro de Orientación Socio Legal al Adulto Mayor (Coslam), en ese entonces.
Al respecto Isabel de Castro, miembro de Coslam, informó que cada día ese centro llega a atender 20 denuncias de maltrato. "La más común es por el engaño que tienen de parte de los hijos. Les quitan el sueldo, si es jubilado, o el de la renta dignidad, si no lo es”, explicó Castro.
Y afirmó que cada día reciben al menos tres denuncias de esa naturaleza. "Por las denuncias, estimamos que a tres de cada 10 adultos mayores les quitan su Renta Dignidad. Por lo general es el hijo que no está trabajando, el que incurre en estas faltas. Hay casos en los que nos hemos topado con hijos con algún vicio”.
Al respecto, Torres manifestó que a partir de la disposición del Gobierno, dada a conocer en días pasados, recibió varias manifestaciones en contra por parte de los adultos mayores de su regional.
“He tenido bastantes reclamos por eso, yo soy dirigente de los adultos mayores de Yacuiba, entonces he tenido un recelo y una desconfianza de lo emitido en ese decreto, porque no es dable, yo hubiese querido una brigada del Ejército o de la Policía para que puedan ir casa por casa para entregar el Bono Dignidad”, indicó.
La dirigenta coincidió en que “muchas veces van los ´abuelitos´ en el día, cobran y ellos (los hijos) dicen ´mamá esto (dinero) voy a llevar, necesito´, y las personas que somos mayores siempre necesitamos nuestro ´dinerito´, nuestra ´platita´ medimos de acuerdo a lo que nos alcanza”. Entonces “no estoy de acuerdo, porque muchas veces pasan esas cosas”, dijo.
Añadió que en muchos casos los ancianos se encuentran en el abandono y no cuentan con un familiar o un allegado de confianza para que pueda realizar ese cobro a nombre de ellos, por lo que piden que se revise la medida ya que no todos los casos son iguales. “Muchos viven solos y no hay quien vaya a cobrar”, indicó.
Por otro lado, respecto a la disposición de limitar la circulación y que señala que las personas de más de 65 años (698.000) no pueden circular en ningún momento; de acuerdo a un reporte del Instituto Nacional de Estadísticas, más de 28.000 adultos mayores viven solos y no con un familiar en el rango de edad permitido, 18 a 65, para que les ayude a abastecerse. Torres señaló que “los adultos mayores que viven solos no podrán ir a hacer las compras”.
La Asociación Nacional de Adultos Mayores de Bolivia (Anambo) en días pasados informó que un 70% de las personas de la tercera edad se dedican al trabajo informal, un buen porcentaje podría estar en los márgenes de la pobreza o insertos en ella, por lo que no es fácil encarar una cuarentena.
“Hay muchos adultos mayores que como sea estaban trabajando, ahora se encuentran sin ingresos (…) hay una situación crítica que están viviendo, nadie los atiende, ni víveres tienen en sus casas”. “Las autoridades se han desentendido, no hay ayuda para el adulto mayor”, dijo al respecto la dirigenta.
Finalmente manifestó que en Yacuiba únicamente atiende la Cooperativa San Martín de Porres, donde se registran largas filas.
De acuerdo a un reporte del Instituto Nacional de Estadística realizado hasta junio de 2017, la población de adultos mayores alcanza aproximadamente a 996.415 habitantes. En el área urbana existen 288.690 hombres y 336.938 mujeres, en tanto que en el área rural se encuentran 182.573 hombres y 188.214 mujeres.
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