Señalan que el impacto de las políticas del BCB para controlar el exceso de liquidez es mínimo y que se deben completar con el control del gasto fiscal y la reactivación productiva.El impacto de las políticas que ha venido aplicando el Banco Central de Bolivia (BCB) para el control de la inflación es mínimo y lo seguirá siendo sin un adecuado control del gasto fiscal y sin la reactivación productiva que requiere el país. Así lo han manifestado cuatro expertos consultados por este medio.
Según información del Instituto Nacional de Estadística (INE), en agosto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación porcentual de 1,59% respecto a julio. Si bien la tasa es inferior a la del mes anterior, la inflación acumulada hasta agosto llegó a 8,12% y la acumulada a 12 meses superó los dos dígitos (10,36%).
Una de las explicaciones dadas sobre los niveles de inflación alcanzados en lo que va del año es el exceso de dinero que está en circulación, producto de las remesas que llegan al país y por las divisas que traen las exportaciones.
Con el objetivo de frenar las presiones ejercidas por el exceso de masa monetaria, el BCB aplicó una serie de medidas, desde la aceleración en la apreciación del boliviano frente al dólar, la reducción de liquidez a través de políticas de mercado abierto, la promoción del ahorro en Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV), hasta la reciente aplicación de una tasa de 1% a la transferencia de fondos del exterior.
Los economistas Alberto Bonadona y Napoléon Pacheco, el ex presidente del BCB Armando Méndez, y el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, coinciden al señalar que estas medidas monetarias han tenido o tendrán —en el caso de la reciente resolución dada a conocer— un impacto mínimo en el control de la inflación si no son complementadas desde otros sectores.
A decir de Alberto Bonadona, la comisión de 1% al envío de remesas no tendrá un gran impacto en el control de la inflación. “Asumiendo que sean $us 500 millones (el monto que se reciba hasta fin de año en remesas), lo que va a restar en liquidez van a ser apenas cinco millones de dólares”.
Gary Rodríguez sostiene que las medidas monetarias son insuficientes para frenar las presiones inflacionarias “si no vienen acompañadas por una política de reactivación del sector productivo”.
“Si el envío de remesas este año es de $us 1.000 millones, ¿será que con 10 millones de dólares menos a la economía vamos a solucionar el problema?”, cuestiona.
Bonadona dice que como el 1% también se aplicará a los exportadores que no realicen sus operaciones a través del BCB, pareciera que el ente emisor “está buscando un buen registro de todo lo que significa la actividad de los exportadores y no así una medida para controlar la inflación”.
Para Méndez, ninguna de las medidas son las más efectivas para frenar la inflación, ya que “son pequeños paliativos que más están trayendo ruido y descontento”.
Napoleón Pacheco concuerda con Méndez al señalar que es posible que el impacto de las políticas aplicadas sobre los precios sea limitado y, por el contrario, se esté generando otros efectos.
Cita, por ejemplo, que al apreciar el boliviano, se generaron dos efectos. “Primero, se han abaratado las importaciones y parece ser que comenzó a desplazarse a la producción local”. Manifiesta que el segundo fue el deterioro de los ingresos de los exportadores, que ahora reciben menos bolivianos por los dólares que traen al país.
Alberto Bonadona señala que la apreciación del boliviano no es adecuada para controlar la inflación, porque si bien ayuda a ”bolivianizar” la economía, “tiene un impacto muy reducido en que la gente gaste más o menos dinero”.
No obstante, según el economista, de todas las medidas aplicadas, las más efectivas son la que promueve el ahorro en UFV y la venta de títulos del BCB. “Son efectivas porque van a cortar considerablemente el consumo y frena las presiones”, indica.
Gary Rodríguez señala que “si la idea es controlar la inflación, hay que atacar no los síntomas, sino el origen y esto no se puede hacer desde un punto de vista estrictamente monetario, que es la parte que le corresponde al BCB”.
Insiste en que es necesario reactivar el aparato productivo nacional para que haya una suficiente oferta de productos.
Armando Méndez opina que, para tener éxito en el control de la inflación, el Ejecutivo debería tener un control más riguroso del gasto público. “El problema está en que desde 1987, el país ha acelerado demasiado el gasto público (...) Si queremos atacar a la inflación, hay que aplicar soluciones fiscales más que monetarias”.
A ello, Napoleón Pacheco agrega que “hay una incompatibilidad muy clara entre la política fiscal y la política cambiaria”. Por ello, al igual que el ex presidente del BCB, sugiere tratar de disminuir la expansión del gasto público.
Mientras, el presidente interino del ente emisor, Raúl Garrón, indica que se espera que el impacto de las medidas sobre la inflación comience a notarse a partir del 2008.
Políticas contra el exceso de liquidez
Dólar • Se aceleró la apreciación del boliviano frente al dólar. En enero, el precio de la divisa era de Bs 8,02. Hoy está a 7,81.
Ahorro • Se promueve el ahorro en Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV), ya que las mismas se ajustan a la inflación.
Títulos • El ente emisor realizará una venta directa de títulos públicos como mecanismo de ahorro y para captar circulante.
Ajuste • Desde mañana se cobrará un 1% de comisión a la transferencia de fondos del exterior para el sector privado.
A futuro • El Banco Central dice que está en estudio el uso de la tasa de interés como instrumento para regular la liquidez, como se hace en otros países.
“Si queremos atacar a la inflación, hay que aplicar soluciones fiscales, más que soluciones monetarias”,
afirma Armando Méndez.