En los centros de abastecimiento de Santa Cruz los sectores donde se venden verduras por “montoncitos” son cada vez más concurridos.
“Ya no compro por arroba o por kilo. Debo llevar para el día todo está muy caro, ya lo que uno gana ya no alcanza”, se lamentó Elvira que con su bolsa de mercada regatea un “montoncito”, de papa y zahoria, por el que no quiera pagar más de Bs 5.
La situación se repite en los pasillos del mercado 25 de mayo, del kilómetro ocho de La Guardia, y con seguridad en los otros mercados de la capital cruceña.
Esta situación por la que atraviesan miles de bolivianos refleja que la inflación es una realidad que golpea más fuerte que los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), como bien lo define, Carlos Aranda, economista del Centro de Estudios Populi.
Aranda en su informe remarcó que el INE indicó que la inflación interanual a marzo de 2025 alcanzó el 14,63%, “un nivel alarmante y sin precedentes en las últimas décadas”
Mientras que, la inflación de marzo fue de 1,71%, acumulando un aumento de un 5%, en el primer trimestre de 2025.
“Pero estos números, aunque preocupantes por sí mismos, esconden una realidad aún más crítica en la economía cotidiana de los hogares bolivianos”, advirtió Aranda.
¿Por qué sentimos la inflación más alta?
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es un promedio ponderado de la inflación, lo que implica que ciertas categorías con menor incremento pueden suavizar o enmascarar parcialmente la magnitud real del impacto que tienen aquellos productos esenciales que subieron mucho más, explicó Aranda.
“Observando la inflación por división de productos encontramos que varias categorías clave para la vida diaria están creciendo a tasas muy superiores al promedio del IPC general. Estas cifras revelan por qué muchas familias sienten en su día a día, incrementos considerablemente mayores al IPC oficial: su canasta cotidiana está aumentando muy por encima del promedio estadístico general”, puntualizó el economista.
El impacto real
Aranda remarcó que una mirada más detalla lleva a examinar cuáles son los productos esenciales que experimentaron los mayores incrementos en sus precios.
“De acuerdo con datos a marzo, al menos 25 productos esenciales, de alimentación e higiene, han tenido incrementos considerablemente superiores al promedio general, si se compara el periodo marzo 2024-marzo 2025”, dijo.
Así (ver la infografía más detallada), el café aumentó en 79,36% anual, convirtiéndose casi en un artículo de lujo. El ajo (60,03%) y el arroz (57,85%), componentes básicos en la cocina familiar, también presentan incrementos alarmantes. El precio de las carnes fundamentales como el pollo (53,55%) y la carne de res (entre 39% y 45%) aumentaron de forma alarmante su precio, golpeando fuertemente la capacidad de consumo proteico de los hogares.
Mientras que los productos esenciales para niños y cuidado personal, como pañales (34,94%), pasta dental (37,88%) y jabón (34,12%), también reflejan alzas significativas.
“Estos aumentos explican con claridad por qué muchas familias perciben que sus gastos cotidianos se han incrementado considerablemente más que el IPC oficial. De este modo, para una parte significativa de la población, la inflación real se siente incluso superior a la ya alta cifra promedio del 14,63%”, puntualizó Aranda.
Análisis de la situación
Inflación continuará creciendo si no se realizan cambios estructurales en el modelo económico, coinciden los economistas consultados por EL DEBER.
El economista, Jorge Akamine, dijo que es probable que la inflación se mantenga elevada o incluso aumente aún más, y nombró como ejemplos; la proyección que tiene el Gobierno de 7,5% y la de organismos como el Banco Mundial que la ven más cerca del 15%, “si no se implementan políticas efectivas para controlar la inflación”.
Akamine sostuvo que Bolivia requiere una combinación de políticas económicas prudentes y sostenibles que busquen estabilizar la inflación, fortalecer las reservas internacionales, reducir la deuda pública, y fomentar el crecimiento económico a través de la inversión en sectores clave. Además, de un Gobierno con capacidad para manejar el diálogo social y político, además de evitar la polarización.
Algunas de las razones para que se den estos porcentajes inflacionarios son: aumento de los precios internacionales, escasez de productos básicos, devaluación del boliviano, política monetaria expansiva e incremento de la demanda interna, entre otros.
Claudia Pacheco, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, subrayó que la inflación acumulada es siete veces más alta que el año pasado debido a una mala gestión gubernamental y esto tiende a empeorar porque no se están tomando las medidas correctivas necesarias porque todo está orientado al tema elecciones nacionales.
Añadió que el Gobierno actual no quiere realizar ajustes y dejarlo todo a la gestión que vaya entrar porque “quien venga” va a encontrar una economía desastrosa.
Walter Morales, doctor en Economía, indicó que pese a la tendencia delicada del país, “aún existen dudas sobre la credibilidad del INE”, y por ello el dato de inflación todavía no está reflejando adecuadamente la cesta de consumo de los bolivianos y por ende el impacto que está sintiendo la gente, día a día.
“La perspectiva es muy delicada, la inflación es un fenómeno crítico. Hemos entrado a una dinámica de estanflación. Lo que viene, en tanto no se corrijan los problemas estructurales, será cada vez más doloroso”, añadió.
También manifestó que la inflación se puede controlar, pero es difícil que haya desprendimiento y altura para actuar pensando en el país. “Lo que está claro es que el próximo gobierno que venga ya está siendo atacado anticipadamente con todas las bombas de tiempo que se le están dejando para su mandato”.
A su vez, Martin Montero, analista económico, indicó que en tres meses “nos hemos comido” dos tercios de la meta inflacionaria. Para poder frenar esta escalada inflacionaria tiene que haber una credibilidad de que habrá un cambio de políticas, “pero eso toma su tiempo” así que no se podrá parar esta inflación en seco.
or su parte, el economista, Gabriel Espinoza, escribió en su cuenta de X que “a este ritmo” Bolivia cerrará el 2025 con una inflación mayor al 21%.
Es cierto, el Gobierno de Luis Arce es un Gobierno sin futuro, pero al menos debería preocuparse un poquito por la terrible herencia que está dejando”, lamentó.
En los mercados
La temporada de Semana Santa está a la vuelta de la esquina, y con ella, los precios de los productos tradicionales sufren un incremento.
Se visitó el Mercado Abasto antiguo y se confirmó que la inflación golpea los productos típicos. Comparando con los precios de la semana anterior, los productos más utilizados durante esta época del año han subido de una forma exuberante, afectando aún más el bolsillo de los consumidores.
Lupe Figueroa encargada de un puesto de abarrotes comentó, lo que más sube es el queso que de Bs 34, hace un mes, paso a costar entre Bs 40 y Bs 42, el kilo. El maple de 30 huevos, hace unos días tenían un precio de Bs 24 y por la alta demanda de Semana Santa, su costo es de Bs 30.
Rosario Mendoza, vende abarrotes e indicó que el aceite de oliva de medio litro costaba hace un mes Bs 40, subió de precio a Bs 90 y el café Iguazú que hace días costaba Bs 29 y ahora su valor es de Bs 62.
La lata de atún pequeña está rondando los Bs 23 y hace un mes estaba a Bs 22.
El alimento más comprado en esta temporada, como el pescado, presenta precios muy elevados. Nancy, que hace años vende producto, explica que el pescado no está llegando mucho, por eso su precio varía.
Así el sábalo que costaba Bs 50, se ofrece a Bs 60 y Bs 80, mientras que, el surubí que costaba Bs 40, su precio actual es de Bs 80.
Bertha Rojas comentó que la arroba de papa más pequeña ahora se vende a Bs 30, cuando antes costaba Bs 18.
“Por la lluvia ya no se está cosechando como antes”, asegura. La papa holandesa también ha subido y está en Bs 20 la arroba.
La cebolla es otro producto afectado. Actualmente se vende a Bs 80 la arroba, cuando antes se encontraba entre Bs 20 y Bs 30. “Desde que ha empezado a llover, ya no está llegando”, asegura Rojas.
El tomate también muestra una fuerte variación. El kilo se ofrece entre Bs 8 y Bs 10. “Hace una semana estaba entre 5 y 6 bolivianos el kilo, cada semana sube y baja”, agregó Rojas.
Pascual Gutiérrez, indicó una bolsa de dos arrobas de arveja se vende a Bs 220 y Bs 300, mientras que hace apenas dos semanas estaba en Bs 120. “Va a subir más para Semana Santa”, advirtió.
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