Poco favorables son las previsiones de la calificadora Fitch Ratings para Bolivia. En su último informe, publicado el 14 de octubre, mantiene una proyección negativa para el país, que se justifica por un cóctel de variables: la reducción de los ingresos por exportación de gas, el elevado nivel de gasto y la caída de las reservas internacionales. La cereza de la torta, de este pastel agridulce, es el pronóstico de crecimiento económico de un 2,8% para 2020. Según analistas consultados por EL DEBER, los datos muestran que la época de bonanza terminó.
En junio, la organización bajó su pulgar al país con una calificación de BB- (perspectiva negativa).
En su análisis frío, Fitch Ratings hace notar que las reservas internacionales cayeron en $us 1.100 millones, llegando a $us 7.800 millones a septiembre de este año.
“La disminución habría sido mayor si no fuera por la apreciación del oro y la apropiación del Banco Central de Bolivia (BCB) de fondos privados”, detalla el informe.
En esa línea, la calificadora dice que “las reservas aún cubren ampliamente las importaciones y los pasivos externos líquidos, pero han caído por debajo de la media del PIB (18%) generando vulnerabilidad en los choques domésticos”.
El informe hizo notar que los volúmenes de exportación de gas cayeron un -22% a julio de 2019, por la baja demanda de Brasil y Argentina.
En este contexto, la organización habla de que una recuperación del país es incierta, por la expiración del contrato con Brasil y los cambios en el acuerdo con Argentina.
Fitch vaticina que la reducción de ingresos por el gas, minería, y la desaceleración del crecimiento del crédito, llevarán a que el país tenga un crecimiento del 3,6% en 2019.
Para el próximo año, la proyección es de un 2,8% del PIB.
El economista José Alberti dijo que el informe demuestra que el país está en declive en sus cifras macroeconómicas.
Explicó que Bolivia actualmente atraviesa un déficit gemelo: comercial y fiscal. Detalló que el hueco fiscal, del Estado, llega a unos $us 3.500 millones, “fruto del endeudamiento” que hace el Gobierno para cubrir presupuesto.
Para el economista, más allá de ajustar el gasto, desde el nivel central se deben promocionar las exportaciones, a través de la eliminación de restricciones.
El economista José Luis Evia señaló que por la reducción de la exportación de gas Bolivia cerrará 2019 con un crecimiento del 3,3%, dígito que se repetirá en 2020, por la gran oferta de gas en el mercado.
En esa línea, la Fundación Milenio informó de que con el actual déficit que registra el país la deuda externa pública aumentaría a $us 11.252 millones para 2020.
En días pasados, varios organismos internacionales, como el FMI, y el Banco Mundial, bajaron la previsión del crecimiento para Bolivia para este año a menos del 4%. Empero para 2020, el FMI prevé que el país crezca al menos 3,8%.
Hasta el cierre, no fue posible conocer la versión del Ministerio de Economía sobre la calificación de Fitch Ratings, pese a que se envió un cuestionario y tampoco la respuesta de YPFB Corporación.
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