Dos expertos en materia financiera y presupuestaria alertaron al país en torno al desahorro en que ha ingresado la economía nacional y el creciente déficit fiscal del Tesoro en los últimos cuatro años, a partir del descenso de los ingresos de la renta petrolera por exportaciones.
De acuerdo con el proyecto de Presupuesto de la próxima gestión, que considera la Asamblea Legislativa, el déficit del Tesoro llegará a 8.3 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB). Ese dato traducido en moneda representa unos 3.000 millones de dólares, según estimó el analista financiero Armando Álvarez.
El analista presupuestario Germán Molina comentó al respecto que en el período 2006-2013, durante ocho años, se logró superávit fiscal que, acumulado, fue del 14,5 por ciento respecto al PIB y un promedio de 1,81 por ciento (época de bonanza económica por los precios internacionales elevados de los productos que exportamos), que permitió la acumulación de ahorro público.
Molina precisó que a partir del 2014 al 2017, el proyecto de PGE 2018, durante cinco gestiones, es decir un poco más de la mitad del período anterior analizado, registran déficit fiscal, que acumulado representa el 33,12% del PIB y un promedio de déficit fiscal de 6,62, que significa desahorro del sector público, porque dicho monto casi cuadruplica todo lo ahorrado y nos quedamos sin espacio fiscal para políticas públicas con fundamentos y principios económicos.
GOBIERNO
El viceministro de Presupuesto, Jaime Durán, en reciente declaración a la prensa sobre el proyecto de Presupuesto 2018, sostuvo que la economía mostró un sólido desempeño y que todas las variables están bajo control.
“Estamos hablando de una economía que ha tenido un sólido desempeño, todas nuestras variables están bajo control, la tasas de desempleo se han reducido, la economía ha tenido una gran capacidad para generar empleos”, sustentó Durán.
Añadió que para este año (2017) se formuló el presupuesto del país con un precio referencial del petróleo en 45 dólares por barril, pero el buen desenvolvimiento del crudo en el mercado internacional permitió subir esa cifra hasta más de 50 dólares en la actualidad.
INVERSIONES
Álvarez ejemplificó esta situación señalando que, cuando una empresa no dispone de recursos propios suficientes para realizar las inversiones que requiere, a fin de desarrollarse y crecer, recurre al endeudamiento para financiar las mismas.
Esto en el entendido que los ingresos futuros que generarán esas inversiones le permitirán pagar los recursos que se prestó, más el correspondiente costo financiero,
Pero si existieran dudas fundamentadas de que la empresa podría no generar en el futuro los ingresos suficientes o sobre la confianza de su gestión, es altamente probable que los financiadores no otorguen el préstamo o, si lo hacen, exijan condiciones acordes al riesgo asociado, como algún tipo de garantías, mecanismos de pago que eviten el desvío de los ingresos, mayores tasas de interés, entre otras, sostuvo en un comentario publicado esta semana en un matutino de La Paz.
Similar análisis debe realizarse cuando un país requiere recurrir al endeudamiento porque sus ingresos no son suficientes para cubrir sus gastos e inversiones. Quienes tienen la intención de prestar esos recursos evaluarán si el destino que el país le da a los mismos le permitirá, en el futuro, generar los ingresos suficientes para devolver la deuda contraída y si la gestión de su gobierno es confiable.
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