En un contexto de caídas en la recepción de inversión extranjera directa en el mundo y en Latinoamérica, Argentina logró un crecimiento de algo más de 5 por ciento en 2018. Bolivia recibió 255 millones de dólares la pasada gestión, una reducción casi 50 por ciento en comparación con 2017.
De acuerdo al informe sobre las Inversiones en el Mundo 2019 de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), la inversión Extranjera Directa (IED) mundial bajó un 13 por ciento en 2018, a 1,3 billones de dólares, en comparación con 1,5 billones el año anterior, lo que marca su tercer año de descenso consecutivo.
En el caso de Bolivia, los datos que muestra la entidad internacional registran el ingreso alto en 2013 con 1.750 millones de dólares, pero descendió en 2014 a la mitad, 657 millones, en 2015 mostró similar comportamiento, ya que llegó a 555 millones y en 2016 llegó a 335 millones.
Sin embargo, en 2017 subió a 712 millones de dólares, pero en 2018 bajó a 255 millones, uno de los más bajo de Sudamérica, ya que a pesar de la crisis por la que atraviesa Argentina, el país registró un aumento de inversión extranjera directa.
Los flujos hacia Bolivia se desplomaron a 255 millones de dólares, a pesar del fuerte crecimiento económico. La IED en el país siempre ha sido pequeña en relación con el tamaño de la economía, ya que las regulaciones restrictivas disuaden a la inversión privada en industrias de alto potencial, como la minería de litio.
Los aumentos en los precios del zinc y el gas no fueron suficientes para atraer Nuevos flujos de IED. Bolivia, Chile y Argentina tienen las reservas de litio de Sudamérica, más importante, ya que forman del triángulo, con 21 millones de toneladas.
Sin embargo, en 2018 sólo 250 toneladas de carbonato de litio se produjeron en el país (contra 70,000 y 30,000 en Chile y Argentina, respectivamente). Los inversores han sido disuadidos por la empresa conjunta del Gobierno. Los aumentos anteriores en impuestos y regalías sobre la extracción de minerales son otra preocupación, señala parte del informe de Naciones Unidas.
CONTRACCIÓN
La contracción de la inversión se vio en gran medida precipitada por la repatriación de los beneficios de las empresas multinacionales de los Estados Unidos, que aprovecharon las reformas tributarias introducidas por el país en 2017 precisamente con ese fin.
Los más afectados por esta repatriación fueron los países desarrollados, en los que los flujos cayeron en una cuarta parte, a 557.000 millones de dólares, un nivel que no se registraba desde 2004.
“La IED sigue estando bloqueada, confinada en los niveles inmediatamente posteriores a la crisis. Esto pinta un panorama poco halagüeño para el cumplimiento de la promesa de la comunidad internacional de afrontar desafíos mundiales como la pobreza extrema y la crisis climática” dijo el Secretario General de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi.
“Corremos el riesgo de que la geopolítica y las tensiones comerciales sigan pesando sobre la IED en 2019 y en los años siguientes”, advirtió.
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