La decisión del Gobierno de establecer un período de gracia de seis meses, sin el pago de intereses y capital, para refinanciamiento y/o reprogramación de créditos diferidos, dejó ver que el sistema financiero goza de liquidez de la cual no quieren hablar varios bancos.
¿Cuál fue el desempeño del sistema bancario nacional en 2020 tras la crisis por la pandemia del COVID-19?, ¿se registraron niveles de crecimiento en depósitos?, ¿cuál es el balance de la cartera en mora?, ¿se alcanzó algún coeficiente de rentabilidad respecto al patrimonio en banca múltiple, pyme u otra?, y ¿cuáles son las perspectivas para esta gestión? Son algunas preguntas que a la fecha no fueron respondidas a LA RAZÓN por la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban).
Consultas que solo tenían el objetivo de exponer la estabilidad del sistema financiero nacional.
Pese al compromiso de uno de sus ejecutivos e incluso de la agencia de comunicación estratégica y gestión de crisis Rodríguez & Baudoin, las reiteradas consultas no fueron atendidas.
De igual manera, este medio se contactó con varias entidades financieras para conocer con qué números cerraron la pasada gestión, en algún caso se excusaron y en otros argumentaron que continúan evaluando la información; a excepción de Banco Pyme Ecofuturo, que a través de su gerente nacional de negocios, Ronald Martínez, reconoció que 2020 fue “un año muy complicado y difícil, primero porque se tuvieron que redireccionar todos los esfuerzos para mantener los niveles de liquidez necesarios”.
Una decisión que la asumieron para responder a todos sus clientes de captaciones que confían en el banco y para continuar apoyando a la microempresa, con la otorgación de créditos y “porque tuvimos que adaptarnos a una nueva realidad que es el tema de la pandemia, para ello se tuvo que adoptar varias medidas de bioseguridad para garantizar la salud de nuestros clientes”, dijo el ejecutivo.
Respecto a niveles de crecimiento en depósitos y cartera, Ecofuturo en 2020, pese a la pandemia, expuso que sus captaciones crecieron en casi un 18% (más de $us 76 MM) y la cartera de créditos en casi un 4% (más de $us 18 MM). “Crecimientos que se realizaron en mayores volúmenes a partir del segundo semestre de la pasada gestión”, destacó Martínez.
De igual manera, el balance de la cartera en mora, vigente reprogramada e índice de morosidad, muestra una estabilidad.
Según el gerente de negocios, “al tener casi el 90% de toda la cartera diferida, este aspecto ayudó a que la mora corriente no tenga mayores incrementos y para el caso de la mora vencida las gestiones realizadas a partir del mes de marzo (2020) ayudó para disminuir éste rango de un 2,60% registrado en el mes de febrero a un 1,72% al cierre del mes de diciembre 2020. En los próximos meses analizaremos el comportamiento de la misma, considerando que los clientes deben retomar el pago de sus créditos siempre y cuando los mismos se acojan a un refinanciamiento y/o reprogramación”.
ACTIVIDADES. La banca fue un sector que no paralizó operaciones el pasado año. Foto: Luis Gandarillas-archivo
ESTABILIDAD
Para el economista Jimmy Osorio, el sistema financiero es uno de los sectores que más utilidades ha tenido en los últimos años, al margen de hidrocarburos. Sin embargo, “tras la pandemia subió la mora y ha disminuido levemente sus captaciones, o lo que se llama sus ingresos, pero no para que se llegue a una crisis financiera o quiebras”.
Explicó que debido a la estabilidad financiera que vivió el país en la última década, la actividad de la banca privada fue rentable.
“El sistema financiero en general ha tenido una época grande de bonanza, que ha permitido que los bancos a través de sus políticas de contingencia puedan aguantar la crisis de la pandemia y las medidas asumidas”, sostuvo al referirse a las determinaciones gubernamentales aplicadas para el diferimiento de créditos así como la reprogramación y/o refinanciamiento y período de gracia de seis meses.
No obstante, Martínez señaló que al igual que el resto del sistema financiero, existe una preocupación por algunas cifras en el sector, entre ellas la mora que podría incrementarse a partir de enero. En ese marco destacó que el banco Ecofuturo “trabaja para darle al cliente la mejor solución, si bien existen algunos clientes a los que no podemos ubicarlos o que no se aproximan al banco para poder asesorarlos hacemos los mayores esfuerzos para llegar a ellos y así evitar el incumplimiento de pagos”.
Sin embargo, reconoció que tropiezan con “desinformación” que hace que muchos clientes “tergiversen o mal entiendan la normativa”, lo que ocasiona que existan clientes que solicitan periodos de prórroga o de gracia, sin que se acojan a una reprogramación o refinanciamiento de sus operaciones diferidas.
CRECIMIENTO. Pese a la pandemia, la cartera de créditos de Ecofuturo creció casi un 4% en 2020. Foto: Oswaldo Aguirre-archivo
El sector goza de un ‘excelente encaje legal’
Conforme a datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi), el sector cuenta con $us 6.828 millones de activos líquidos al 28 de diciembre de 2020, lo que demuestra que el sistema financiero nacional no tiene problemas de liquidez.
El citado monto representa “un 42,1% de los pasivos de corto plazo, similar al promedio que se maneja a nivel de la región, recursos que permiten a las entidades financieras cumplir con sus obligaciones operativas y financieras de corto plazo”, aseguró la entidad reguladora sectorial.
En cuanto a la colocación de cartera, según la Asfi las entidades cuentan con una disponibilidad de $us 135 millones, recursos que se encuentran a su disposición en el fondo para créditos destinados al sector productivo y a vivienda de interés social, el cual se constituye en un mecanismo para el acceso a préstamos de liquidez para la otorgación de créditos destinados a sectores como el productivo y de vivienda de interés social.
Además que cuentan con otros $us 254 millones en el Fondo Caprosen que pueden ser utilizados a solicitud de las entidades financieras, con la finalidad que puedan colocar estos recursos para la adquisición de productos y servicios nacionales.
También destacó que el sistema financiero nacional registra un “excelente encaje legal”, que se puede considerar como un referente de la liquidez prestable de $us 1.364 millones.
Estos datos “denotan que el sistema financiero no tiene problemas de liquidez, toda vez que cuenta con una cantidad de recursos líquidos importantes para continuar con sus operaciones y mantener la dinámica del crédito”, aclaró la Asfi.
De igual manera, el Banco Central de Bolivia (BCB) aseguró que la liquidez del sistema financiero se encuentra en un nivel históricamente elevado, “facilitando las actividades productivas en la economía, gracias a las medidas que el Gobierno viene implementando desde principios de su gestión y corrigiendo los desaciertos del gobierno transitorio”.
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