En la semana que termina, el dólar ha continuado en descenso frente a otras monedas, incluido el boliviano. Sin embargo, esta situación parece haber llegado a su límite, puesto que la inminente recesión a la que ha ingresado Estados Unidos hará que el valor de la divisa repunte.
Así lo explica David Scott Palmer, profesor de la Universidad de Boston, que arribó al país invitado por la Cámara Americana de Comercio de Bolivia (Amcham), para participar en el seminario Retos a la Economía Boliviana, realizado el viernes 14.
El experto sugiere a Bolivia buscar un acuerdo con mecanismos alternativos a los Tratados de Libre Comercio para mantener las preferencias.
En las últimas semanas se ha señalado que Estados Unidos estaría ingresando en un período de recesión. ¿Qué tan cerca está esta situación?
Todas las señales muestran que estamos entrando a una recesión. No se sabe todavía si va a ser fuerte o no, es cuestión de ver cuándo, cómo y por cuánto tiempo viene. Sin embargo, es prácticamente seguro que hasta fines de marzo ya habrá dos trimestres consecutivos de reducción en relación del Producto Interno Bruto (PIB).
¿Qué implica este período de recesión?
Implica menos importaciones, menos producción doméstica, menos presiones inflacionarias, implica una reducción del empleo con el tiempo.
Así que lo que no está claro todavía es que esta recesión fue provocada por el problema de la banca, de las instituciones financieras que habían entrado en una serie de préstamos no muy bien avalados. Y, en su forma especial de serlo, resultó que tenían un paquete de hipotecas riesgosas y no riesgosas.
Pero como estaban avaladas en triple A, la gente pensaba que eran buenas inversiones. Resultó que no fue cierto y ya han pasado seis meses de eso.
Esto es algo diferente de una recesión típica, por eso es difícil saber cómo nos va a afectar.
¿En qué difiere este período de una recesión típica?
No está comenzando en una forma típica, está comenzando a través de la banca privada y las hipotecas no muy bien avaladas.
¿Cuál va a ser el impacto de la recesión de EEUU en el resto del mundo, particularmente en América Latina?
Todavía no podemos estar seguros. No obstante, lo que parece que va a ser el eje de esto es la reducción en los precios de las materias primas porque va a haber menos demanda, si es una recesión típica.
Así que éste es el reto que puede tener América Latina, es decir que éste puede ser el último año de auge para sus materias primas. Hay otro elemento que tampoco está claro todavía, que es China. Si China sigue comprando tal como ha comprado en los últimos años, es posible que no haya una bajada tan drástica, pero no está claro, no podemos predecir o proyectar eso todavía.
¿Cómo se está viendo el fenómeno de la caída del dólar?
A nivel doméstico, no se nota. Pero, a nivel doméstico, para la pequeña minoría de norteamericanos que viajan al exterior, resulta mucho más caro viajar ahora.
Por otra parte, es más atractiva la exportación porque ahora vale menos en la moneda exterior, se puede exportar más y han reducido el déficit en cuenta corriente casi al mínimo, que es un efecto de esta dinámica.
Sin embargo, me imagino que con la recesión, con la reducción en la demanda, lo que debería suceder es que el valor de la moneda vaya repuntando.
¿Se ha hecho un análisis del impacto de este hecho a nivel mundial?
Yo no he visto un análisis sistemático. Seguramente es una tendencia en los últimos cuatro o cinco años, más o menos.
Yo diría que (la caída del dólar) ha llegado probablemente a su tope; (aunque) seguirá bajando unos meses más.
Es decir que esta tendencia se va a revertir...
Considero que sí, quizás no tanto, pero algo.
Con respecto a la relación de EEUU con la región a partir del cambio de administración que se va a dar el próximo año, ¿qué aspectos se tendrían que tener en consideración en el ámbito económico?
Aunque hay otros aspectos que pueden tener impacto, como la inmigración, como las relaciones con Cuba, el eje está en la tensión percibida entre los Tratados de Libre Comercio (TLC) y la producción doméstica.
En esta dinámica, los republicanos tienen una línea bastante firme, mientras mayor sea la competencia y mayor la expansión de comercio, mejor.
Los demócratas son más ambivalentes. Si bien han apoyado el Tratado de Libre Comercio con Perú y otros, como con América Central, por las presiones políticas domésticas internas, los demócratas están condicionando su apoyo.
Entonces, se puede predecir que una administración demócrata dará menor prioridad a la expansión del comercio.
Es difícil saber exactamente cómo se va a desarrollar. Considero que, en el fondo, por la recesión, por la caída del empleo, si ganan —y ahora las proyecciones sugieren que los demócratas sí van a ganar tanto en la presidencia como en el Congreso— puede ser que veamos un período de mayor ambivalencia, pero quizás con más apoyo económico a América Latina.
En Bolivia se ha estado tratando la opción de iniciar la negociación de un acuerdo comercial de largo plazo con Estados Unidos. ¿Es éste el momento adecuado para plantear esta iniciativa a la Casa Blanca?
Bueno, Ecuador lo está haciendo. Y me parece que si no quieren un Tratado de Libre Comercio —que obviamente este Gobierno no lo quiere— entonces deberían encontrar otra forma de armarlo (el acuerdo comercial).
Las exportaciones bolivianas a Estados Unidos no son grandes, es algo como el 15%. Así que lo que pase en Estados Unidos no va a tener un impacto dramático en la economía boliviana. Sin embargo, conviene que busquen puntos de convergencia en este tema, puntos en los que se pueda llegar a acuerdos.
¿Cuál sería su recomendación para Bolivia en términos de este acuerdo comercial?
Esto depende de las prioridades bolivianas, cuáles son los productos que ahora están exportando. Este ATPDEA (Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Droga) ha tenido un impacto bastante positivo durante mucho tiempo en la economía boliviana, pero es difícil que lo vayan renovando.
Así lo explica David Scott Palmer, profesor de la Universidad de Boston, que arribó al país invitado por la Cámara Americana de Comercio de Bolivia (Amcham), para participar en el seminario Retos a la Economía Boliviana, realizado el viernes 14.
El experto sugiere a Bolivia buscar un acuerdo con mecanismos alternativos a los Tratados de Libre Comercio para mantener las preferencias.
En las últimas semanas se ha señalado que Estados Unidos estaría ingresando en un período de recesión. ¿Qué tan cerca está esta situación?
Todas las señales muestran que estamos entrando a una recesión. No se sabe todavía si va a ser fuerte o no, es cuestión de ver cuándo, cómo y por cuánto tiempo viene. Sin embargo, es prácticamente seguro que hasta fines de marzo ya habrá dos trimestres consecutivos de reducción en relación del Producto Interno Bruto (PIB).
¿Qué implica este período de recesión?
Implica menos importaciones, menos producción doméstica, menos presiones inflacionarias, implica una reducción del empleo con el tiempo.
Así que lo que no está claro todavía es que esta recesión fue provocada por el problema de la banca, de las instituciones financieras que habían entrado en una serie de préstamos no muy bien avalados. Y, en su forma especial de serlo, resultó que tenían un paquete de hipotecas riesgosas y no riesgosas.
Pero como estaban avaladas en triple A, la gente pensaba que eran buenas inversiones. Resultó que no fue cierto y ya han pasado seis meses de eso.
Esto es algo diferente de una recesión típica, por eso es difícil saber cómo nos va a afectar.
¿En qué difiere este período de una recesión típica?
No está comenzando en una forma típica, está comenzando a través de la banca privada y las hipotecas no muy bien avaladas.
¿Cuál va a ser el impacto de la recesión de EEUU en el resto del mundo, particularmente en América Latina?
Todavía no podemos estar seguros. No obstante, lo que parece que va a ser el eje de esto es la reducción en los precios de las materias primas porque va a haber menos demanda, si es una recesión típica.
Así que éste es el reto que puede tener América Latina, es decir que éste puede ser el último año de auge para sus materias primas. Hay otro elemento que tampoco está claro todavía, que es China. Si China sigue comprando tal como ha comprado en los últimos años, es posible que no haya una bajada tan drástica, pero no está claro, no podemos predecir o proyectar eso todavía.
¿Cómo se está viendo el fenómeno de la caída del dólar?
A nivel doméstico, no se nota. Pero, a nivel doméstico, para la pequeña minoría de norteamericanos que viajan al exterior, resulta mucho más caro viajar ahora.
Por otra parte, es más atractiva la exportación porque ahora vale menos en la moneda exterior, se puede exportar más y han reducido el déficit en cuenta corriente casi al mínimo, que es un efecto de esta dinámica.
Sin embargo, me imagino que con la recesión, con la reducción en la demanda, lo que debería suceder es que el valor de la moneda vaya repuntando.
¿Se ha hecho un análisis del impacto de este hecho a nivel mundial?
Yo no he visto un análisis sistemático. Seguramente es una tendencia en los últimos cuatro o cinco años, más o menos.
Yo diría que (la caída del dólar) ha llegado probablemente a su tope; (aunque) seguirá bajando unos meses más.
Es decir que esta tendencia se va a revertir...
Considero que sí, quizás no tanto, pero algo.
Con respecto a la relación de EEUU con la región a partir del cambio de administración que se va a dar el próximo año, ¿qué aspectos se tendrían que tener en consideración en el ámbito económico?
Aunque hay otros aspectos que pueden tener impacto, como la inmigración, como las relaciones con Cuba, el eje está en la tensión percibida entre los Tratados de Libre Comercio (TLC) y la producción doméstica.
En esta dinámica, los republicanos tienen una línea bastante firme, mientras mayor sea la competencia y mayor la expansión de comercio, mejor.
Los demócratas son más ambivalentes. Si bien han apoyado el Tratado de Libre Comercio con Perú y otros, como con América Central, por las presiones políticas domésticas internas, los demócratas están condicionando su apoyo.
Entonces, se puede predecir que una administración demócrata dará menor prioridad a la expansión del comercio.
Es difícil saber exactamente cómo se va a desarrollar. Considero que, en el fondo, por la recesión, por la caída del empleo, si ganan —y ahora las proyecciones sugieren que los demócratas sí van a ganar tanto en la presidencia como en el Congreso— puede ser que veamos un período de mayor ambivalencia, pero quizás con más apoyo económico a América Latina.
En Bolivia se ha estado tratando la opción de iniciar la negociación de un acuerdo comercial de largo plazo con Estados Unidos. ¿Es éste el momento adecuado para plantear esta iniciativa a la Casa Blanca?
Bueno, Ecuador lo está haciendo. Y me parece que si no quieren un Tratado de Libre Comercio —que obviamente este Gobierno no lo quiere— entonces deberían encontrar otra forma de armarlo (el acuerdo comercial).
Las exportaciones bolivianas a Estados Unidos no son grandes, es algo como el 15%. Así que lo que pase en Estados Unidos no va a tener un impacto dramático en la economía boliviana. Sin embargo, conviene que busquen puntos de convergencia en este tema, puntos en los que se pueda llegar a acuerdos.
¿Cuál sería su recomendación para Bolivia en términos de este acuerdo comercial?
Esto depende de las prioridades bolivianas, cuáles son los productos que ahora están exportando. Este ATPDEA (Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Droga) ha tenido un impacto bastante positivo durante mucho tiempo en la economía boliviana, pero es difícil que lo vayan renovando.
Así que ya es hora que busquen otros mecanismos, o quizás con los mismos rubros que ya tienen ventajas en el mercado norteamericano.
“Éste es el reto de América Latina: éste puede ser el último año de auge para sus materias primas.”
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