15 enero 2017

Expertos identifican once riesgos para la economía



Expertos consideran que la economía boliviana enfrentará al menos 11 riesgos en esta gestión, por lo que sugieren medidas paliativas y directrices para reducir el impacto de éstos.

Una mayor reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN) producto de la caída de los precios de los hidrocarburos, problemas climatológicos (2), menor inversión privada (3), incertidumbre en el mercado internacional (4), déficit fiscal (5) y de la balanza comercial (6), fracaso de proyectos públicos (7), incumplimiento del pago de créditos otorgados a estatales por el Banco Central de Bolivia (8), desempleo (9), menor producción de alimentos por falta de incentivos a la producción agrícola (10) y deficiencias en la gestión pública (11) fueron las amenazas identificadas.

Los expertos plantearon también algunas medidas que ayudarían a paliar los probables efectos negativos para el país.

Para afrontar los problemas provocados por el cambio climático —que afectan la producción, principalmente, agropecuaria y agroindustrial y el abastecimiento de agua—, la economista Beatriz Muriel sugiere “comenzar a pensar seriamente en encarar la problemática desde un enfoque de prevención más que de solución”.

Asimismo, agrega, hay que “trabajar diversos factores que hacen a un mejor clima de negocios” y “valorizar y promocionar” la inversión privada, que este año puede disminuir por un escenario económico menos favorable.

PERSPECTIVAS. Juan Antonio Morales aconseja, por su parte, “prepararse para distintos escenarios”, ya que son inciertos los efectos que tendrán en el mercado internacional las políticas que implementará Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos, una de las economías más grandes del mundo. Para Bolivia, dijo, la situación se reflejará “particularmente en los precios de las materias primas”.

“También el déficit fiscal está desbocándose y siendo originado, en gran parte, por un programa demasiado grande de inversiones públicas”, aseveró el expresidente del BCB. Alberto Bonadona consideró, a su vez, que “muchos proyectos” productivos del Gobierno como la Planta de Urea y Amoniaco o la Empresa Azucarera San Buenaventura podrían fracasar “porque se realizaron sin diseño final, sin un estudio”.

“No hay manera de solucionar” eso, afirmó el economista. “Otro riesgo derivado del anterior es que el BCB se vea muy debilitado, porque no podría recibir a tiempo los pagos de empresas”, cuya conformación financió con sus recursos.

A estos peligros, agregó, se suma el aumento del desempleo a causa de la desaceleración. “Se supone que el Estado debe impulsar actividades de investigación e innovación para lograr proyectos que absorban mano de obra y generen mejores ingresos” para los trabajadores, afirmó.

Juan Carlos Núñez, director de la Fundación Jubileo, recomendó certificar las reservas probadas de gas del país para que las negociaciones hechas por Bolivia sean “creíbles” al momento de buscar nuevos mercados para el hidrocarburo. No obstante, añadió, la dependencia de los ingresos por hidrocarburos “nos hace de alguna manera vulnerables. Va a haber una reducción de ingresos fiscales que van a sentir más municipios y gobernaciones”.

MEDIDAS. Otra amenaza que ve Núñez está ligada al contrabando de alimentos, “que tendrá un impacto en la productividad del país”. Por ello, sugiere “voluntad política, inversiones claras y un programa integral de desarrollo rural para impulsar la productividad en el país”. Así también observó riesgos y deficiencias en la gestión pública. “Un ejemplo es el racionamiento de agua” en varias ciudades. Hay que “valorar”, aconseja, “la eficiencia para lograr los resultados esperados, esto implica tener gente capaz, profesional y técnicamente”.

El economista Roberto Laserna explica que el riesgo a corto plazo proviene del comercio exterior. “Si continúan cayendo las exportaciones y se mantiene fijo el tipo de cambio, el déficit comercial seguirá aumentando, lo que a su vez seguirá reduciendo las reservas internacionales. Eso no solamente tiene incidencia económica, sino también psicológica”.

El experto indicó que afrontar ese punto “no es fácil”. “Modificar la política cambiaria, volviendo a la flotación, puede ser políticamente traumático. No es posible aumentar reservas (de gas) rápidamente porque las inversiones en exploración son complejas y requieren tiempo”, sostiene.


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