La economía latinoamericana enfrenta unos años de crecimiento bajo debido al "fin de la fiesta" provocada por la caída de precios de materias primas, coincidieron jefes económicos del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
"Va a ser un año complicado en el crecimiento en Latinoamérica", indicó José Juan Ruiz, economista jefe del BID, en una conferencia realizada el jueves pasado.
Ruiz señaló que es posible que la región crezca sólo 1,5 por ciento en 2014. "La fiesta terminó y los vientos a favor se han convertido en vientos en contra", subrayó el economista jefe del BID.
Las últimas previsiones del FMI, de julio, situaban el crecimiento en Latinoamérica y el Caribe en un 2 por ciento para este año y en el 2,6 por ciento para 2015, después de haber rebajado los cálculos en dos ocasiones previamente a lo largo del año.
El director del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, ya adelantó hace unas semanas que se revisaría este dato a la baja en la reunión anual del Fondo, y que la región crecerá menos del 2 por ciento este año.
Werner, también presente en el encuentro, remarcó que la desaceleración se produce en un contexto diferente del habitual gracias a "la estabilidad macroeconómica" lograda tras uno de los "mayores booms" de comercio de la reciente historia latinoamericana, impulsada por la gran demanda asiática y los altos precios de las materias primas.
Por su parte, Augusto de la Torre, economista jefe del BM, dijo que la actual desaceleración no "es la típica consecuencia del ciclo de auge y caída" de períodos anteriores y ofrece más margen a las autoridades. Sin embargo, advirtió, los pronósticos sitúan el potencial de crecimiento a medio plazo de en torno al 3 por ciento anual, cifra insuficiente para hacer frente a los desafíos económicos regionales fruto de la creciente clase media, uno de los grandes éxitos de América Latina en la primera década del siglo.
Diferentes respuestas de países
J Pese a los titulares pesimistas y el fin del “boom” del mercado de materias primas que alimentó el crecimiento vertiginoso en la región, varios países aún están actuando bien, estimaron analistas consultados por Afp.
J Brasil atraviesa una recesión técnica y Venezuela está golpeada por millonarias deudas y una ascendente inflación, mientras Argentina padece una mezcla de estos tres síntomas.
J Sin embargo, los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) buscan un crecimiento considerable, del 3 por ciento este año y un 4 por ciento el próximo.
J Y mientras las previsiones de crecimiento para la región parecen sombrías, que el “boom” económico no haya estado seguido de un colapso generalizado es una buena noticia.
CEPAL
Virtual estancamiento del comercio
El comercio de América Latina y el Caribe anotaría un "virtual estancamiento" por tercer año consecutivo, ante un deterioro en las perspectivas de la economía mundial para el 2014, según la Cepal en un adelanto de un informe que difundirá esta semana.
La persistente debilidad de la zona euro y un menor crecimiento de China, principal consumidor de las materias primas que produce la región, estarían entre las principales razones de la casi nula expansión del comercio en la región, tal como ocurrió en el 2012 y 2013.
"La magnitud del débil desempeño" de la región, como lo definió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), es una de las razones que esbozó la entidad para recortar los pronósticos de crecimiento este año.
El organismo, dependiente de la ONU, redujo su cálculo de crecimiento a un 2,2 por ciento en 2014 desde un 2,7 por ciento estimado originalmente, explicado por la debilidad de la demanda externa e interna, junto con una insuficiente inversión.
En ese contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo el jueves pasado que la economía mundial podría quedarse un largo tiempo estancada en una situación de débil crecimiento, con países tratando de salir de un pasado de fuerte endeudamiento y desempleo.
En agosto, la Cepal había estimado un ligero repunte de exportaciones regionales de 3,1 por ciento, sobre todo por un alza de volúmenes. En tanto, las importaciones crecerían 3,8 por ciento por un aumento de volumen y un alza de los precios.
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