La política de otorgar un bono para la tercera edad se inició en 1997. Actualmente, este beneficio es conocido como “Renta Dignidad”. Desde entonces, el pago de los bonos dio un giro tecnológico para poder brindar a esta población vulnerable, más comodidad y seguridad al momento del cobro. El Gerente General de Síntesis relata este avance paso a paso.
Desde el “Bolivida”, pasando por el “Bonosol” y llegando a lo que hoy se conoce como la “Renta Dignidad”, son 24 años que los adultos mayores gozan de un bono cuyo principal objetivo es cubrir las necesidades para su bienestar. A lo largo de los años, al igual que su nombre, este pago se fue transformando y modernizando. En una entrevista Eduardo Aranda, Gerente General de Síntesis, relata la implementación de las distintas soluciones tecnológicas implementadas.
El bono para los adultos mayores comenzó con el “Bolivida”, ¿cómo se pagaba? Inicialmente, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) lo hacían con cheque y era un trámite largo, tanto para la AFP como para los beneficiarios. Posteriormente, contrataron a Entidades Financieras y estas a su vez, destinaban una agencia de pago por ciudad. Por tanto, las personas solamente podían cobrar el día de su cumpleaños y siempre en la misma ciudad.
“Esta forma de pago causaba molestias y desesperación en los beneficiarios, quienes desde una noche previa, al día que les correspondía su cobro, dormían en la entidad que se les asignaba generando largas colas, y si no lograban cobrar debían realizar un trámite extenso y tedioso”, comentó Eduardo Aranda, Gerente General de Síntesis.
En 2001, para mejorar y reducir estas colas, Síntesis implementó, junto con la empresa Datacom, nueva tecnología que permitía a las AFP pagar el bono a los adultos mayores, en línea y en múltiples cajas a nivel nacional, inicialmente en dos Entidades Financieras.
“Esta primera solución tecnológica para el pago de bonos, era solamente un piloto y fue un rotundo éxito”, señaló Aranda.
En 2002, con el cambio de gobierno se redactó la Ley 2.427, que fijó el monto del pago en Bs1.800 para los mayores de 65 años y dispuso la cobertura de los gastos funerarios. A su vez, este bono dejó el nombre de “Bolivida” y pasó a ser “Bonosol”.
Con la llegada del “Bonosol”, junto a las dos AFP, se implementó una nueva tecnología que permitía realizar el pago a nivel nacional, en cualquier localidad y de ambas Administradoras de Fondos de Pensiones. Esto le dió nuevos beneficios a los adultos mayores, entre ellos, poder cobrar cualquier día del año y no necesariamente en su cumpleaños, pero además, realizarlo en múltiples agencias de varias Entidades Financieras que en su momento fueron autorizadas.
“Esto por un lado, redujo considerablemente las filas y dio a los beneficiarios mayor comodidad, ya que tenían la posibilidad de cobrar en la Entidad Financiera que más se acomode a ellos, pero además, con este sistema, la Superintendencia de Pensiones, Valores y Seguros (SPVS), regulador de ese entonces, podía recibir la información capturada por todas las Entidades Financieras, para cotejar, en caso de inexistencia de beneficiarios o diferencias de información, y ser cargada en los sistemas transaccionales ”, agregó el Gerente.
En 2009, se implementó una innovadora tecnología, la Biometría Transaccional, que incluía enrolamiento, depuración y verificación de datos. Con este nuevo sistema, los adultos mayores ya no necesitaban entregar fotocopias de Cédulas de Identidad y otros documentos en cada cobro.
Esta moderna solución tecnológica desarrollada por Síntesis, incluía biometría dactilar y fotografías del rostro. Mediante esta implementación, se podía verificar que no exista duplicidad de pagos, es decir que evitaba la suplantación de identidad al momento del cobro. Todo esto ayudó a asegurar más los procesos, tanto para las instituciones involucradas, como para el mismo beneficiario.
“Nuestra Biometría Transaccional, es una solución multibiométrica (dactilar, facial, voz, etc.) que cumple con estándares internacionales, que están asociados a transacciones financieras u otras, con base en la Arquitectura Orientada a Servicios de cliente (SOA)”, complementó Aranda. “Esta tecnología implementada para el pago del Bonosol, coadyuvó a que la identificación de las personas, a partir de sus datos biométricos, sea automatizada. El resultado de esta solución se vió reflejado en la cantidad de reclamos de suplantación, que bajaron de 5000 por año a menos de 1 por año”, añadió el Gerente.
Desde 2016 Síntesis inició la implementación del mayor despliegue de Inteligencia Artificial del país, que sirve para capturar los comprobantes del pago de bonos, facilitando de esta manera el envío de documentos y su archivo, pero lo más importante, evitando el extravío de documentación.
Gracias a esta Inteligencia Artificial, se logró reconocer patrones en las imágenes capturadas por los cajeros de las Entidades Financieras, evitando roturas, inconsistencias y falta de la información necesaria.
La tecnología desarrollada e implementada en el pago de la Renta Dignidad, a lo largo de los años, evolucionó en gran medida, y esto permitió que los adultos mayores, sean los más beneficiados, ya que ahora pueden realizar sus cobros, de forma más cómoda y segura.
Por su parte, la tecnología no solo evolucionó en el pago de la Renta Dignidad, sino también se implementaron modernas soluciones en el pago de las prestaciones de Seguridad Social a través de las AFP, el bono Juana Azurduy de Padilla mediante el Banco Unión y durante la pandemia se brindaron soluciones para el pago de los diferentes bonos.
El 2020 y 2021 Síntesis, mediante la tecnología ayudó a que las familias más afectadas por la pandemia, puedan percibir el pago de la Canasta Familiar, Bono Familia, Bono Universal, Bono Juancito Pinto, Bono Contra el Hambre.
La solución tecnológica implementada, permitió que el pago de los bonos sea rápido, ágil, transparente e integrado con todas las entidades de intermediación financiera del país, evitando demoras por la pandemia, y creando nuevos procesos que dieron un alivio a las personas más afectadas, llegando casi al 90% de toda la población del país.
“Este fue un servicio histórico, pues nunca antes el Estado Boliviano había llegado con servicios de pago, a tal cantidad de personas y localidades, se llegó a 310.000 pagos por día, cuatro veces la cantidad de transacciones financieras que realizan todas las entidades reguladas. Además se realizaron los pagos en línea, independientes entre sí, controlados y con una operativa precisa”, agregó Aranda. “Toda esta tecnología, acompañó a la modernización de los procesos de todas las instituciones involucradas y generó un efecto transformador que simplificó la vida de millones de personas”, finalizó el ejecutivo.
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