Una reciente resolución de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) instruye a los Bancos Múltiples y Pyme, la capitalización del 75% de las utilidades netas correspondiente a la gestión 2024, podría limitar la distribución de utilidades entre accionistas, lo que desincentivaría la inversión en el sector financiero, especialmente por parte de accionistas extranjeros o grandes grupos económicos, según fuentes del sistema financiero y expertos en banca.
“Al capitalizar una proporción elevada de utilidades, las entidades podrían tener menos liquidez para reinvertir en otros proyectos o responder a necesidades inmediatas de financiamiento. Aunque mejora la solvencia, la imposibilidad de distribuir utilidades podría provocar tensiones con los accionistas y limitar la capacidad de los bancos para atraer capital fresco”, dijo a EL DEBER una fuente del sistema financiero.
La misma fuente agregó que la asignación de un porcentaje, definido por decreto supremo, introduce un grado de incertidumbre, “ya que este porcentaje puede responder a objetivos políticos”, complementó.
En tanto, Jorge Akamine, presidente del Colegio Nacional de Economistas, señaló que la medida podría limitar la disposición de retornos inmediatos para los accionistas, lo que a largo plazo podría desincentivar la inversión en el sector financiero.
“La medida podría ser vista como una interferencia en la autonomía financiera de las entidades, especialmente si persiste por varios años consecutivos. Los inversionistas podrían percibir esto como una reducción en la rentabilidad del sector, lo que afectaría su disposición para inyectar capital fresco”, añadió.
En lo positivo, continuó, la capitalización de utilidades incrementa el capital regulatorio, “fortaleciendo la capacidad de las entidades para absorber pérdidas potenciales y aumentando la confianza de los depositantes y reguladores”.
Por su parte, Roger López, experto en banca, dijo que la normativa actual establece que la solidez patrimonial de las entidades se mide mediante el Coeficiente de Adecuación Patrimonial (CAP), que debe mantenerse por encima del 10%. A septiembre de 2024, este indicador alcanzaba el 12,72% en la banca múltiple, demostrando una posición patrimonial saludable.
“Sin embargo, resulta contradictorio que, tras proclamar en comunicados oficiales la buena capitalización del sistema, la ASFI decida implementar medidas que generan incertidumbre. Una acción más sensata sería abordar la regularización de las carteras clasificadas como reprogramadas, especialmente aquellas en mora o con múltiples reprogramaciones”.
Acotó que este tipo de medidas, que suelen justificarse en escenarios de crisis, no hacen más que incrementar la inseguridad jurídica y fomentar la discrecionalidad en las políticas públicas.
Fortalecimiento
Desde la ASFI indicaron a EL DEBER que esta instrucción de capitalizar las utilidades netas de la gestión 2024, tiene como objetivo principal fortalecer patrimonialmente a las entidades financieras, incrementando su solvencia, para que les permita continuar otorgando créditos.
“Desde un punto de vista técnico, la capitalización de utilidades es un mecanismo clave para mantener un CAP adecuado al tamaño de las operaciones de las entidades financieras. Esta medida incrementa el capital regulatorio, reforzando la posición financiera de las entidades y su capacidad para expandir operaciones, lo que a su vez promueve mayores niveles de inclusión financiera en el país”, indicaron.
En este sentido, agregaron que un sistema financiero robusto y constantemente capitalizado resulta más atractivo para los inversores extranjeros.
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