Comerciantes de los mercados La Ramada y Los Pozos que tienen máquinas tragamonedas, librerías, farmacias, puntos de llamadas e Internet y que venden CD reconocieron que la venta de monedas, particularmente de un Bs 1, se convirtió en un ‘negocio redondo’ en la capital cruceña.
Así, por ejemplo, Teodora de Paco, que tiene la librería Jireh en La Ramada, manifestó el interés que ha despertado la venta de piezas metálicas de Bs 1 en muchas personas.
Hasta su negocio, según ella, llegan hombres y mujeres para ofrecer monedas de corte de Bs 1 con un 5% de recarga sobre el valor solicitado. Comentó que por cada 100 piezas de Bs 1, paga Bs 5 adicionales.
En la misma línea, Rosario Heredia, propietaria de una farmacia, sostuvo que la comercialización de monedas se volvió un negocio lucrativo en la capital cruceña.
Si bien su esposo, que tiene una fotocopiadora, es su principal proveedor de monedas, cuando se le acaban recurre a comprar piezas con un 10% sobre el valor requerido. Por 100 monedas de Bs 1, aumenta Bs 10 más.
Los venteros de CD son otro grupo que tiene dificultad para conseguir monedas. De unos 15 comerciantes consultados que tienen puestos en Los Pozos y La Ramada, la mayoría señaló que, para evitar rechazar ventas por falta de monedas suficientes para devolver cambio a sus clientes, pagan hasta un 10% a las personas que cambian moneda.
En puntos de llamadas e Internet situados en la zona de la terminal Bimodal los encargados refirieron que los conductores de micros y casas de juegos que tienen máquinas tragamonedas son sus principales proveedores de monedas de cortes que incluye Bs 0,10, Bs 0,20, Bs 0,50, Bs 1, Bs 2 y Bs 5.
Expusieron que pagan un 10% por el cambio de monedas y que las piezas de Bs 0,20 son las que más cuesta conseguir.
La Internet se ha convertido en otra herramienta que usan algunos vendedores de monedas para ofertar este servicio a personas particulares e instituciones. Ofrecen piezas de Bs 0,50, 1, 2, 5 con el recargo del 13%.
Una persona, por ejemplo, dice tener Bs 18.000 en piezas de Bs 5, mientras que Bs 3.000 entre monedas de Bs 0,50, 1 y 2.
“Empresa, institución o persona interesada en comprar a partir Bs 3.000 puede hacerlo, pagando un 13% de la cantidad que desee comprar. Si desea comprar Bs 3.000, tendrá que pagar Bs 3.390 en billetes”, da cuenta en la Internet.
Sobre el ‘mercado negro’ de las monedas, en el Banco Central de Bolivia (BCB) se señaló que si bien no existe una prohibición o limitación para ofertar o vender moneda nacional fraccionada, dicha práctica no parece razonable, habida cuenta que existe la cantidad suficiente en todo el país y el usuario no debería asumir costos adicionales por un derecho que le asiste de exigir en cualquier entidad del sistema bancario moneda fraccionada en las diferentes denominaciones.
Al 31 de julio de este año, según el BCB, se ha distribuido a escala nacional un total de 666,9 millones de piezas metálicas de los cortes de Bs 0,10, Bs 0,20, Bs 0,50, Bs 1, Bs 2 y Bs 5.
Al ser consultados sobre el tema, desde la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero de Bolivia (ASFI) explicaron que no tienen facultad para fijar una posición respecto al tema en cuestión.
Opinión
“Acaparar piezas metálicas es un acto ilegal”
Agustín Saavedra. Gerente Asoban SC
El BCB es el encargado de distribuir las monedas en base a los requerimientos de los bancos. Ahora, en ocasiones hay desfase entre la demanda, el requerimiento de los bancos y la llegada de monedas fraccionarias, sobre todo de Bs 0,10 y Bs 0,20, que es un problema de larga data en Santa Cruz, aunque habría que indagar si alguien está acaparando monedas fraccionarias para hacer algún negocio, cuya acción se constituye en un acto ilegal porque está privando a la ciudadanía de piezas metálicas fraccionarias que se necesitan para satisfacer la necesidad de compra.
El abastecimiento de monedas fraccionarias está garantizado. En coordinación con el BCB y los bancos del sistema nacional, no sólo de Santa Cruz, están obligados a cambiar sin costo adicional.
“Lo hacen por la facilidad, no por la disponibilidad”
Juan Carlos Rau. Economista
La venta de monedas fraccionarias me parece irrelevante, que no debería darse porque al final cualquier institución financiera del sistema nacional está obligada a fraccionar monedas de cualquier denominación sin ningún costo. El negocio se da porque el usuario, más que valorar la disponibilidad de piezas, lo hace por accesibilidad. Cambiar en la calle es mucho más rápido, fácil y práctico aún cuando tengan que pagar un costo adicional. Si las personas se organizan y planifican mejor sus necesidades de monedas, en cualquier operador financiero hay las cantidades suficientes y, según las instructivas del BCB, reitero una vez más, están obligadas a fraccionar monedas al público. La economía es ágil, quizás eso hace que las personas, para evitar filas en los bancos, compren en la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario