01 febrero 2009

BCB insta a un mayor control para frenar escasez de monedas

La escasez de monedas de corte pequeño vuelve a poner en apuros a algunas personas. Un sondeo realizado entre diez comerciantes y taxistas evidenció que este problema es recurrente cada cierto tiempo, lo que los obliga a cuidar sus monedas como un ‘tesoro’.
Dos vendedores consultados en el mercado El Trompillo comentaron que tienen que ayudarse unos a otros intercambiando monedas cuando se ven en la necesidad de conseguir suelto.


El encargado de una panadería ubicada en la avenida Cristo Redendor relató que a veces tiene que rechazar ventas por falta de monedas suficientes para devolver cambio a sus clientes o conformarse con recibir menos por el precio de algunos productos ofertados.
El Banco Central de Bolivia (BCB) informó de que ha venido distribuyendo importantes cantidades de monedas en todos los cortes a las entidades financieras del país, buscando satisfacer la demanda del público y de la economía en las distintas denominaciones.
“Es política del Banco Central facilitar el material monetario de acuerdo con su pirámide de distribución, la misma que contempla la entrega de todos los cortes, tanto en billetes como en monedas en función a la demanda de la población por cada uno de ellos”, puntualizó.
Según el Banco Central de Bolivia, la responsabilidad de que todo el material monetario esté disponible para la población es de las entidades financieras, las cuales están obligadas por ley al canje y fraccionamiento.

En ese sentido, dijo que se ha solicitado a la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras (SBEF) y a la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) que coadyuven en el control y cumplimiento de las normas emitidas para el canje y fraccionamiento.
¿Qué acciones ha realizado o piensa efectuar el BCB frente a este recurrente problema?, se le consultó a la institución. “Endurecer la normativa actual para tomar acciones severas contra las instituciones financieras que incumplan el servicio de canje y fraccionamiento, además de concienciar a la población sobre el derecho que tiene a recibir este servicio, a través de campañas publicitarias masivas y de alcance nacional”, respondió la entidad.

El BCB indicó que la institución dispone de una línea gratuita en la cual se reciben reclamos del público, cuyo número es el 800-102023. Toda esa información también está disponible en la página web del ente emisor (www.bcb.gov.bo).
Tomando en cuenta el importante incremento de la demanda de monedas, el BCB está analizando varios mecanismos que permitan agilizar los canales de distribución y que aseguren el cumplimiento del servicio. Según datos del BCB, en 2008 esa institución distribuyó 58,4 millones de piezas de monedas por un valor de Bs 69,3 millones.
El economista Juan Carlos Rau considera que la inflación puede ser una de las causas de la escasez de monedas.
El consultor financiero Ludwig Toledo indicó que escuchó comentarios de algunas personas que señalan que las monedas son muy requeridas para su uso en la fabricación de arandelas u otros productos.

En Argentina se agudiza el problema
“¿Te puedo dar un caramelo de vuelto?”. La respuesta a esa pregunta cotidiana que realizan comerciantes desde que se agravó la ausencia de monedas es, en la mayoría de los casos, “sí”. Así lo indica un informe de TNS Gallup Argentina, que mediante un sondeo a personas que compran en quioscos, dice que el 80% de los clientes acepta golosinas de vuelto por falta de monedas. Personas de 50 a 64 años, los que más se quejan. Comerciantes, taxistas y usuarios, los perjudicados.
Pero la falta de monedas no sólo se percibe a la hora de ir al quiosco, sino sobre todo cuando se quiere viajar en el transporte público. Sucede que en Buenos Aires el boleto de bus sólo se puede pagar con monedas. Sólo tres líneas de buses han creado tarjetas.
La escasez de suelto se comenzó a percibir en los últimos tres años en toda Argentina, a medida que se agravaba la inflación. La Defensoría del Pueblo señaló al Banco Central de Argentina como “mayor responsable” de la falta de monedas. Como respuesta a la escasez, el Banco Central habilitó cajeros para cambiar hasta 20 pesos por persona en tres terminales de trenes de Buenos Aires. Allí se forman cada día colas de 100 o 200 metros de personas. El Banco Central también impuso multas a cinco bancos por no dar cambio a los ciudadanos. Investigaciones de programas de televisión descubrieron que empresas de autobuses revenden monedas almacenadas entre los comercios que las necesitan.

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