Esto en el marco del Fideicomiso para el Desarrollo Productivo (FDP) constituido, a partir de recursos del TGN, para implementar nuevas herramientas de financiamiento para el desarrollo que permitan mejorar las condiciones de acceso al crédito a micro y pequeñas unidades productivas que actualmente no responden a las condiciones tradicionalmente requeridas por las entidades de intermediación financieras nacionales.
La gerente general del BDP, Verónica Ramos, señaló que el FDP administra más de 1.200 millones de bolivianos.
Este monto está orientado a promover y mejorar el acceso al financiamiento de los pequeños productores urbanos y rurales, para que puedan obtener recursos financieros a través de créditos . “El crédito es un instrumento y no un fin”, sostiene.
Estos créditos facilitan al productor el desarrollo de su actividad cuyos ingresos los recibe en momentos distintos al de sus gastos, señaló. “Estamos tratando de que lleguen a un crédito accesible en términos de tasas de interés”. Años atrás las tasas para estos clientes eran del 30 y 40 por ciento, similar al las tasas para el sector comercial.
“Pero un productor de papa tiene al menos seis meses de ciclo productivo. No es lo mismo. Y además se incluye la etapa de comercialización. Si tú lo presionas por un crédito muy corto o una tasa muy alta, tiene que vender muy rápido su producción” y, por tanto, bajan sus ingresos, explicó Ramos.
En el marco del Plan Nacional de Desarrollo para la promoción de financiamiento, se ha logrado que la tasa de interés sea del 6%. “Está dirigida a productores que están fuera del mercado (financiero) y que ahora ampliamos a los que tuvieron alguna experiencia financiera”, indicó la gerente.
El margen de ganacia de la actividad que realiza es mayor.
“También incluimos en este producto el plazo. Ya no trabajamos con créditos tan cortos. Ahora son específicos para el sector agrícola y para el de manufacturas. En un mes no pueden reponer todo lo que han gastado en un mes (como en el sector comercio). Por ello tenemos créditos de hasta 10 años de plazo en función al techo del fideicomiso”, subrayó. El FDP tiene tres años de implementación.
“Consideramos que fue un producto interesante porque tuvo éxito en promover el acceso. Aprobamos 20.118 créditos” para igual cantidad de clientes, precisó.
Esto ha sido posible porque la cartera ha rotado, enfatizó. La demanda se concentró principalmente en el sector alimentos. El 74,4 por ciento de los créditos fue destinado a la actividad agropecuaria, principalmente primaria, en cultivos como la papa, palmitos, bananos, piña, crianza de ganado, leche, carne y otros.
Ramos indicó que existen dos tipos de créditos, los individuales y los asociativos. En el caso de los primeros, el monto crediticio es hasta los 80.000 bolivianos. Respecto al crédito asociativo (asociaciones de productores campesinos) los recursos en su mayoría tienen el mismo destino: alimentos.
El FDP da créditos individuales y asociativos y hasta la fecha el primer rubro en recibir el beneficio del financiamiento es alimentos, después está textiles y en un bajo porcentaje madera (carpinteros). Por departamento, en La Paz está el 28% de los créditos productivos, le sigue Cochabamba con el 21% y Santa Cruz con el 18,5%.
Haciendo una diferencia entre productores urbanos y rurales, el porcentaje de los créditos otorgados es el 63%, que está destinado al área rural y el 37%, al área urbana. “Pudimos responder al productor, pero nos falta avanzar y enfrentar muchos retos”, manifestó.
Respecto al monto del fideicomiso, Ramos destacó que los Bs 1.200 millones ya están rotando. “Hemos colocado más de Bs 1.303 millones, que implica los repagos. La cartera ha rotado”, destacó.
Sin embargo, el principal desafío continúa siendo la garantía. “Además de la tasa y el plazo se considera una garantía personal como principal requisito, y esto ha permitido el acceso”, precisó Ramos.
“Trabajamos con garantes personales. Es la más importante diferencia con otros créditos”, manifestó. Sin embargo, aún resta avanzar en una educación financiera. En general, los nuevos clientes rurales del FDP son personas que nunca han tenido la oportunidad de conocer la actividad bancaria. Las oficinas de esta entidad, a través de la que se otorgan los recursos del Banco de Desarrollo Productivo, no llegan a zonas rurales (áreas dispersas) por los costos en seguridad, personal, infraestructura y telecomunicaciones.
“Lo más importante es que el cliente sepa cuándo, cómo y cuáles son las implicaciones de sacar un crédito” y “eso ayudará al BDP y al conjunto de los productores tomar conciencia de lo que significa una actividad financiera”, subrayó.
Mora. Fuentes del sector señalaron que la mora del FDP está en un promedio del 23%. Hay varios productores agrícolas y agropecuarios que por efecto de los fenómenos climáticos de los años pasados tienen dificultades para cumplir con sus obligaciones crediticias.
Respecto de los créditos individuales, la mora alcanzaría el 19% y la de los créditos asociativos llegaría al 35% del total colocado.
Un banco de segundo piso que intermedia
El Banco de Desarrollo Productivo Sociedad Anónima Mixta (BDP SAM), es una entidad de intermediación financiera de segundo piso, regulada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero de Bolivia (ASFI). Tiene por objetivo intermediar fondos hacia entidades financieras privadas (banca tradicional y de microcrédito) que cuenten con licencia de funcionamiento de la ASFI.
Además, actúa como banco fiduciario, administra patrimonios autónomos, así como activos y componentes financieros. El FDP forma parte de su administración.
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