Transferencias y aporte propio

En el estudio elaborado por los investigadores Gover Barja, Sergio Villarroel y David Zavaleta se identifican propuestas de política pública que se orientan a innovar el proceso de descentralización, teniendo en cuenta las restricciones existentes en el contexto.

La investigación denominada Diseño institucional e incentivos implícitos en la descentralización boliviana (1994-2008) propone corregir los obstáculos institucionales identificados que afectan el desarrollo económico a través de acciones de los gobiernos subnacionales (municipios y exprefecturas) que deben internalizar los costos de los ingresos recibidos como transferencias.

Se recomiendan políticas públicas que vinculen las transferencias a metas de ingresos propios junto al retiro del superávit acumulado para la creación de fondos de inversión municipales para épocas de contracción económica.

Además se sugiere promover políticas públicas que resulten de una sustancial participación local en la definición de metas de interés en la jurisdicción para que la descentralización responda a procesos de abajo arriba y no al revés.

Acerca del uso de transferencias fiscales, el estudio observa que en vez de estar alineadas a los objetivos de desarrollo local definidos por los intereses locales, estuvieron alineados a objetivos de desarrollo local del Gobierno central (educación, salud y alguna infraestructura).

“En el nivel municipal existe incentivo a gastar las transferencias más rápidamente que los ingresos propios. Esto como resultado de la magnitud y crecimiento de las transferencias y porque los locales no absorben los costos de la generación de esos recursos.

Además en el nivel departamental el tamaño y el alto crecimiento de las regalías a favor de las exprefecturas han desincentivado la recaudación nacional del IVA. No ocurrió lo mismo con los demás impuestos nacionales”, afirma el investigador Gover Barja, en un comunicado difundido por el PIEB.

Observaciones

- “En el ámbito municipal se identificaron algunos de los siguientes aspectos entre 1989 y 2009: la descentralización del gasto fue mayor a la del ingreso. Las transferencias llegaron a triplicarse y los propios se estancaron. El superávit no es por eficiencia interna, sino por ingresos excesivos dada la capacidad de gasto; se encontró tendencia a gastar los ingresos no propios más rápidamente que los propios, se encontró problema de desalineamiento (gobiernos municipales alineados a los intereses y políticas del Gobierno central, antes que hacia los propios), capacidades locales limitadas.

- “En el ámbito de las ex prefecturas se identificó en ese mismo periodo que: solo hubo descentralización del gasto, más bien desconcentración; las transferencias llegaron a duplicarse, eso determinó alineamiento a los intereses y políticas del Gobierno central, antes que hacia los propios. Solo La Paz y Santa Cruz generaron impuestos nacionales mayores a las transferencias recibidas”.

PROPUESTAS

- “Se recomienda incentivar el aporte propio local (tributario y no tributario) en la provisión de bienes públicos (nacionales o locales). Las transferencias deben jalar aporte propio en vez de desincentivarlo”.

- “Las transferencias deben estar vinculadas a metas de ingresos propios, junto a la conversión del superávit acumulado en fondos de inversión municipales para épocas de contracción económica”.

- El gasto público local debe estar alineado a los intereses locales antes que a los estrictamente nacionales. Se conecta con lo anterior, porque cuanto mayor el aporte propio, mayor el control sobre el uso de los recursos en función de los intereses locales.

- Promover políticas que resulten en sustancial participación local en la definición de metas de interés local, tal que la descentralización responda a procesos de abajo arriba y no al revés.

- “La investigación concluye que a pesar de todos los problemas de diseño y de los incentivos equivocados, la descentralización en los niveles municipal y prefectural, alineada predominantemente a una descentralización de gasto del Gobierno central, ha contribuido positivamente a los indicadores de educación (una de las variables determinantes del bienestar y la competitividad local)”.