De manera inesperada, Mauro Leos, alto ejecutivo de la firma internacional calificadora de riesgo país Moody’s, luego de participar en una exposición denominada La Turbulencia en los Mercados en el Foro de Felaban realizado en Miami, aceptó entablar conversación y referirse a la situación económica actual de la región. Sobre Bolivia fue preciso al mencionar que los ruidos políticos, que actualmente existen, ‘enturbian’ el buen comportamiento de los indicadores económicos.
- ¿Cuáles son los mejores y peores países en términos de grado de riesgo país en Latinoamérica?
- Países y gobiernos que tienen una calificación baja como la 'B', son los gobiernos que los asociamos con un mayor riesgo crediticio que puede ser debido a cuestiones de índole política, económica o social, o institucional. En esa categoría de calificación, a diferentes niveles, tienden a estar Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador. Las historias son diferentes. Sin embargo, en todos los casos se perciben riesgos elevados. Es importante anotar que no es que los hubiéramos puesto ahí, ahora, sino que son países que tradicionalmente se ubican en ese rango con un alto riesgo crediticio.
- ¿Y los mejores países?
- Son aquellos que tienen un mayor grado de inversión que son los más estables y tienen asociada una menor carga de deuda. En grado de inversión tenemos a México, Chile, Trinidad y Tobago y El Salvador. Tal vez los más importantes y los más dinámicos han sido los que han venido mejorando sus calificaciones y que en un momento dado pueden ser candidatos para agarrar inversión como son Brasil, Perú y Colombia. Todavía no han cumplido con todos los elementos necesarios pero claramente han venido mejorando.
- ¿En que lapso de tiempo podrán mejorar más estos países?
- Dado que vemos el 2008 como un año de transición, el cual se verá afectado por una serie de elementos de incertidumbre, provenientes algunos del ámbito global internacional, otros en el ámbito doméstico, se antoja que es difícil o poco probable que en 2008, en ese ambiente de incertidumbres y de cambios, pudiéramos tomar una decisión tan significativa de poder llevarlos a un grado de inversión. Sin embargo, en el caso de Colombia y Perú, pudiera darse una mejora, dado que todavía tienen un escalón de por medio, a diferencia de Brasil que se encuentra un escalón abajo.
- ¿Qué efectos se esperan de la crisis financiera de EEUU?
- La etiqueta de la crisis inmobiliaria, a nuestro modo de entender, es un cambio en las condiciones económicas y financieras que han estado prevaleciendo en los años anteriores. Lo que se espera es una desaceleración en el crecimiento económico en EEUU. Eso va a afectar en la región, sobre todo en mayor medida a quienes estén más vinculados con la economía estadounidense.
- ¿Que otros shocks externos se prevén para la región?
- Lo más importante tiene que ver con la actitud de los inversionistas con respecto a economías emergentes, que ha sido favorable y hasta ahora se ha mantenido. En la medida en que hubiera un cambio de actitud y que fuera generalizado, eso sería un choque significativo para la región. Eso es más importante y relevante en el corto plazo que lo que pudiera pasar con los commodities.
- En el caso de Bolivia, que atraviesa una coyuntura social y política particular, ¿cuál es la lectura y la tendencia de calificación hasta fin de año?
- Las calificaciones que tenemos en el caso de Bolivia, son relativamente bajas. En ese sentido incorporan y han incorporado desde hace rato, la condición de volatilidad política, de debilidad institucional y de incertidumbre, que ha prevalecido con diferentes actores. En contrapartida, están los números en los cuales ha habido mejoras por el alivio de deudas que ha podido obtener Bolivia y las mejoras que se han venido observando en las cuentas fiscales. Cuando se hace el balance de los riesgos cualitativos institucionales y la relativa estabilidad o mejora en los números en las condiciones fiscales, pensamos que esto está reflejado en la calificación que ahora tiene, que es una calificación de un riesgo crediticio asociado elevado. Uno de los puntos en consideración es el tema de sostenibilidad y sobre todo, el escenario a mediano plazo y en qué medida el Gobierno, va a tener la capacidad de administrar adecuadamente el tema energético para poder seguir contando como una fuente de recursos.
- ¿Hay perspectivas de un cambio hasta fin de año?
En este momento no estamos pensando hacer un cambio, recordando que la calificación de Bolivia es baja y que implica un riesgo crediticio elevado. Eso no cambiará.
- ¿Además del tema energético, qué otras debilidades observan?
- Siempre han sido y siempre han tenido que ver más que nada con un marco institucional débil y con la incertidumbre en cuanto a las políticas económicas futuras. Podemos añadir que hay otra interrogante referida al nuevo modelo económico y cómo es que va a operar, qué tan eficiente va a ser. Es decir, qué impacto va a tener ese modelo, por ejemplo en el desempeño futuro del tema energético. La verdad, eso es algo que todavía está por definirse, pero tendría que considerarse.
Tres países con una nota alta
Para el experto en calificación de riesgo país, Mauro Leos, la posibilidad en términos de una baja en la calificación no está presente en el caso chileno.
“Una de las consideraciones para países que tienen un grado de inversión, y Chile claramente lo es, es la relativa menor importancia de factores políticos o de temas sociales en términos de la calificación porque eso afecta poco a las condiciones crediticias”, afirmó.
En el caso de Perú, indicó que el siguiente paso es un cambio en la perspectiva de país estable a una calificación positiva.
Respecto a Colombia, a decir de Leos, aunque tiene una buena calificación, se espera mejoras en el manejo fiscal por parte del Gobierno.
- ¿Cuáles son los mejores y peores países en términos de grado de riesgo país en Latinoamérica?
- Países y gobiernos que tienen una calificación baja como la 'B', son los gobiernos que los asociamos con un mayor riesgo crediticio que puede ser debido a cuestiones de índole política, económica o social, o institucional. En esa categoría de calificación, a diferentes niveles, tienden a estar Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador. Las historias son diferentes. Sin embargo, en todos los casos se perciben riesgos elevados. Es importante anotar que no es que los hubiéramos puesto ahí, ahora, sino que son países que tradicionalmente se ubican en ese rango con un alto riesgo crediticio.
- ¿Y los mejores países?
- Son aquellos que tienen un mayor grado de inversión que son los más estables y tienen asociada una menor carga de deuda. En grado de inversión tenemos a México, Chile, Trinidad y Tobago y El Salvador. Tal vez los más importantes y los más dinámicos han sido los que han venido mejorando sus calificaciones y que en un momento dado pueden ser candidatos para agarrar inversión como son Brasil, Perú y Colombia. Todavía no han cumplido con todos los elementos necesarios pero claramente han venido mejorando.
- ¿En que lapso de tiempo podrán mejorar más estos países?
- Dado que vemos el 2008 como un año de transición, el cual se verá afectado por una serie de elementos de incertidumbre, provenientes algunos del ámbito global internacional, otros en el ámbito doméstico, se antoja que es difícil o poco probable que en 2008, en ese ambiente de incertidumbres y de cambios, pudiéramos tomar una decisión tan significativa de poder llevarlos a un grado de inversión. Sin embargo, en el caso de Colombia y Perú, pudiera darse una mejora, dado que todavía tienen un escalón de por medio, a diferencia de Brasil que se encuentra un escalón abajo.
- ¿Qué efectos se esperan de la crisis financiera de EEUU?
- La etiqueta de la crisis inmobiliaria, a nuestro modo de entender, es un cambio en las condiciones económicas y financieras que han estado prevaleciendo en los años anteriores. Lo que se espera es una desaceleración en el crecimiento económico en EEUU. Eso va a afectar en la región, sobre todo en mayor medida a quienes estén más vinculados con la economía estadounidense.
- ¿Que otros shocks externos se prevén para la región?
- Lo más importante tiene que ver con la actitud de los inversionistas con respecto a economías emergentes, que ha sido favorable y hasta ahora se ha mantenido. En la medida en que hubiera un cambio de actitud y que fuera generalizado, eso sería un choque significativo para la región. Eso es más importante y relevante en el corto plazo que lo que pudiera pasar con los commodities.
- En el caso de Bolivia, que atraviesa una coyuntura social y política particular, ¿cuál es la lectura y la tendencia de calificación hasta fin de año?
- Las calificaciones que tenemos en el caso de Bolivia, son relativamente bajas. En ese sentido incorporan y han incorporado desde hace rato, la condición de volatilidad política, de debilidad institucional y de incertidumbre, que ha prevalecido con diferentes actores. En contrapartida, están los números en los cuales ha habido mejoras por el alivio de deudas que ha podido obtener Bolivia y las mejoras que se han venido observando en las cuentas fiscales. Cuando se hace el balance de los riesgos cualitativos institucionales y la relativa estabilidad o mejora en los números en las condiciones fiscales, pensamos que esto está reflejado en la calificación que ahora tiene, que es una calificación de un riesgo crediticio asociado elevado. Uno de los puntos en consideración es el tema de sostenibilidad y sobre todo, el escenario a mediano plazo y en qué medida el Gobierno, va a tener la capacidad de administrar adecuadamente el tema energético para poder seguir contando como una fuente de recursos.
- ¿Hay perspectivas de un cambio hasta fin de año?
En este momento no estamos pensando hacer un cambio, recordando que la calificación de Bolivia es baja y que implica un riesgo crediticio elevado. Eso no cambiará.
- ¿Además del tema energético, qué otras debilidades observan?
- Siempre han sido y siempre han tenido que ver más que nada con un marco institucional débil y con la incertidumbre en cuanto a las políticas económicas futuras. Podemos añadir que hay otra interrogante referida al nuevo modelo económico y cómo es que va a operar, qué tan eficiente va a ser. Es decir, qué impacto va a tener ese modelo, por ejemplo en el desempeño futuro del tema energético. La verdad, eso es algo que todavía está por definirse, pero tendría que considerarse.
Tres países con una nota alta
Para el experto en calificación de riesgo país, Mauro Leos, la posibilidad en términos de una baja en la calificación no está presente en el caso chileno.
“Una de las consideraciones para países que tienen un grado de inversión, y Chile claramente lo es, es la relativa menor importancia de factores políticos o de temas sociales en términos de la calificación porque eso afecta poco a las condiciones crediticias”, afirmó.
En el caso de Perú, indicó que el siguiente paso es un cambio en la perspectiva de país estable a una calificación positiva.
Respecto a Colombia, a decir de Leos, aunque tiene una buena calificación, se espera mejoras en el manejo fiscal por parte del Gobierno.
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