En siete meses, la inflación superó la meta anual del 6 por ciento establecida por el Gobierno y al 31 de julio se situó en 6,43 por ciento. Los empresarios consideran este incremento como "desfavorable" para la economía, los analistas piden calma, mientras el Gobierno reconoce que cada punto inflacionario aumenta en 50 millones de bolivianos la deuda interna del Estado.
De acuerdo con el reporte oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), difundido ayer el crecimiento de la inflación obedece al aumento de los precios del pan de batalla (de 0,40 a 0,50 centavos de boliviano), el pasaje del transporte interdepartamental (variable en cada región) y de algunos artículos de la canasta familiar como la cebolla, la carne, el tomate, entre varios productos de consumo básico.
Hace tres semanas el propio presidente Evo Morales y el Banco Central de Bolivia (BCB) reajustaron, por última vez, el indice de la inflación proyectada para 2007, a seis por ciento, como consecuencia de la escasez de algunos productos de primera necesidad como el pan de batalla, la harina y el aceite de cocina.
El Gobierno comenzó el año con una proyección de crecimiento inflacionario del 3,5 por ciento, que por el efecto negativo del fenómeno El Niño en la económia de los departamentos del oriente y los pequeños agricultores del occidente, fue modificada al cinco por ciento. Por entonces, los especialistas consideraron que las expectativas gubernamentales estaban alentadas por un excesivo optimismo.
Ayer, el ente emisor responsabilizó por el alza de precios registrado en julio a los “ataques especulativos de ciertos sectores” y “a las opiniones erradas e interesadas sobre la evolución de la inflación a futuro”.
El ex presidente del BCB, Juan Antonio Morales, afirmó que la situación “es todavía manejable” y sugirió al Ejecutivo poner atención cuando haya escasez de artículos de primera necesidad que puedan generar especulación en el mercado local.
El analista Bernard Inch considera que el índice inflacionario es “moderado” y vaticina que “no va a haber hiperinflación, pero sí una inflación moderada dañina, porque es lenta y progresiva”.
Pero ambos especialistas pidieron “calma” a la población y a los empresarios, porque el Gobierno está dando pasos firmes en la política cambiaria y en la macroeconomía.
Pérdidas para el Estado
Según la agencia ANF, el viceministro del Tesoro y Crédito, Óscar Navarro, dijo que “a nosotros (el Gobierno), cada punto de inflación nos incrementa como en 50 millones de bolivianos la deuda interna".
Añadió que hay una deuda muy alta en UFV"s (Unidad de Fomento a la Vivienda) que es una moneda indexada a la inflación, y que si se incrementa, golpea en la deuda interna.
Para este año, el Ejecutivo proyectó inicialmente una inflación del 3,5 por ciento.
Por los efectos negativos de El Niño, ese índice fue recorrido al 5 por ciento.
Por la escasez de productos, ese nivel fue elevado hasta el cinco por ciento.
El BCB dice que el alza de precios es causado por los especuladores.
Entre junio y julio, el precio del pan de batalla subió de 0,40 a 0,50 centavos.
Los panaderos justificaron el alza en el aumento del precio del quintal de harina.
Este producto subió de costo en el mercado local de 144 a más de 180 bolivianos.
El Gobierno no consiguió mantener el costo anterior del pan, pero ofreció traer harina.
El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Roberto Mustafá, recordó que el aumento de la inflación en 2007 estuvo marcada por factores como el fenómeno El Niño, que “afectó el sistema productivo nacional tanto en el oriente como el occidente”. Pero consideró que los justificativos son innecesarios cuando la situación de la economía es “desfavorable” para el crecimiento.
El dirigente empresarial destacó que en los últimos meses haya aumentado el número de circulante (billetes) en moneda nacional, mientras el valor del dólar descendía hasta casi afectar los ahorros en esa moneda extranjera.
Consideró imprescindible que el Estado garantice la estabilización de la moneda estadounidense para que no se interrumpa la internación de materias primas para las fábricas locales. El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Guillermo Morales, centró sus comentarios en la necesidad de garantizar desde el Estado un crecimiento económico que permita la apertura de fuentes de empleo, aunque pidió “calma” para no “espantar” a los inversionistas.
De acuerdo con el reporte oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), difundido ayer el crecimiento de la inflación obedece al aumento de los precios del pan de batalla (de 0,40 a 0,50 centavos de boliviano), el pasaje del transporte interdepartamental (variable en cada región) y de algunos artículos de la canasta familiar como la cebolla, la carne, el tomate, entre varios productos de consumo básico.
Hace tres semanas el propio presidente Evo Morales y el Banco Central de Bolivia (BCB) reajustaron, por última vez, el indice de la inflación proyectada para 2007, a seis por ciento, como consecuencia de la escasez de algunos productos de primera necesidad como el pan de batalla, la harina y el aceite de cocina.
El Gobierno comenzó el año con una proyección de crecimiento inflacionario del 3,5 por ciento, que por el efecto negativo del fenómeno El Niño en la económia de los departamentos del oriente y los pequeños agricultores del occidente, fue modificada al cinco por ciento. Por entonces, los especialistas consideraron que las expectativas gubernamentales estaban alentadas por un excesivo optimismo.
Ayer, el ente emisor responsabilizó por el alza de precios registrado en julio a los “ataques especulativos de ciertos sectores” y “a las opiniones erradas e interesadas sobre la evolución de la inflación a futuro”.
El ex presidente del BCB, Juan Antonio Morales, afirmó que la situación “es todavía manejable” y sugirió al Ejecutivo poner atención cuando haya escasez de artículos de primera necesidad que puedan generar especulación en el mercado local.
El analista Bernard Inch considera que el índice inflacionario es “moderado” y vaticina que “no va a haber hiperinflación, pero sí una inflación moderada dañina, porque es lenta y progresiva”.
Pero ambos especialistas pidieron “calma” a la población y a los empresarios, porque el Gobierno está dando pasos firmes en la política cambiaria y en la macroeconomía.
Pérdidas para el Estado
Según la agencia ANF, el viceministro del Tesoro y Crédito, Óscar Navarro, dijo que “a nosotros (el Gobierno), cada punto de inflación nos incrementa como en 50 millones de bolivianos la deuda interna".
Añadió que hay una deuda muy alta en UFV"s (Unidad de Fomento a la Vivienda) que es una moneda indexada a la inflación, y que si se incrementa, golpea en la deuda interna.
Para este año, el Ejecutivo proyectó inicialmente una inflación del 3,5 por ciento.
Por los efectos negativos de El Niño, ese índice fue recorrido al 5 por ciento.
Por la escasez de productos, ese nivel fue elevado hasta el cinco por ciento.
El BCB dice que el alza de precios es causado por los especuladores.
Entre junio y julio, el precio del pan de batalla subió de 0,40 a 0,50 centavos.
Los panaderos justificaron el alza en el aumento del precio del quintal de harina.
Este producto subió de costo en el mercado local de 144 a más de 180 bolivianos.
El Gobierno no consiguió mantener el costo anterior del pan, pero ofreció traer harina.
El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Roberto Mustafá, recordó que el aumento de la inflación en 2007 estuvo marcada por factores como el fenómeno El Niño, que “afectó el sistema productivo nacional tanto en el oriente como el occidente”. Pero consideró que los justificativos son innecesarios cuando la situación de la economía es “desfavorable” para el crecimiento.
El dirigente empresarial destacó que en los últimos meses haya aumentado el número de circulante (billetes) en moneda nacional, mientras el valor del dólar descendía hasta casi afectar los ahorros en esa moneda extranjera.
Consideró imprescindible que el Estado garantice la estabilización de la moneda estadounidense para que no se interrumpa la internación de materias primas para las fábricas locales. El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Guillermo Morales, centró sus comentarios en la necesidad de garantizar desde el Estado un crecimiento económico que permita la apertura de fuentes de empleo, aunque pidió “calma” para no “espantar” a los inversionistas.
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