28 diciembre 2018

Déficit fiscal crónico en Presupuesto del Tesoro

Un abultado déficit fiscal del 40 por ciento es el resultado de seis años continuos de desajustes económicos que enfrentó el Gobierno en el diseño y ejecución del Presupuesto General del Estado (PGE), que es una de las herramientas de política económica más importantes del país.

En los tres períodos presidenciales continuos del presidente Evo Morales (2006-2019) se enviaron a la Asamblea Legislativa catorce proyectos anuales del Presupuesto General del Estado (PGE), de los cuales los primeros ocho años (2006-2013) fueron de un superávit fiscal acumulado de 14,5 por ciento respecto al PIB, y los siguientes seis años (2014-2019) un déficit fiscal acumulado del 40,0 por ciento.

“Es decir, son seis años que registramos desahorro (descenso de ahorro financiero) por todo lo acumulado desde 2014 y adicionalmente gastamos más, en total el 25,5 por ciento respecto al PIB”, dijo a EL DIARIO el analista presupuestario Germán Molina.

Incidió que durante el 2018, se registró un alto déficit fiscal, escaso ajuste en el gasto público, mayor endeudamiento público, desaceleración de la inversión pública, declinación de la producción hidrocarburífera y sequía en la inversión privada. En suma, fueron características que son preocupantes para la situación macroeconómica del país, indicó Molina en una evaluación que realizó sobre el desempeño en la gestión que concluye.

EXPECTATIVAS

A pesar de la leve recuperación de los ingresos por exportaciones, como efecto de la mejora en los precios internacionales de las materias primas, entre ellas del petróleo, que de una previsión del 45,5 dólares el barril en el PGE (Presupuesto General del Estado) en 2018 alcanzó a $us 70, no obstante de lo cual, la economía de Bolivia sigue desacelerada, por el cambio de las expectativas optimistas a pesimistas por parte de los agentes económicos.

Si aún el crecimiento económico es aceptable, también es vulnerable su sostenibilidad, por su elevada dependencia de la exportación del gas a dos mercados con contratos y con fechas de vencimiento en los próximos años: con la Argentina el año 2026 y con Brasil el año 2019. Además, con yacimientos en declinación.

La política económica del Gobierno, pese a la desaceleración y caída de ingresos de los últimos años, no ha cambiado sus medidas de expansión del gasto público, que es financiado con desahorro y endeudamiento público, para que continúe el crecimiento económico.

Del 2006 al 2018, el Gobierno siguió apostando a la expansión del gasto público, financiado con desahorro público, crédito del Banco Central de Bolivia y endeudamiento externo, cuyas finalidades son obtener ingresos adicionales, cuando comiencen a entrar en operación las ventas al exterior de urea, electricidad, litio. Aparte, espera mayor crecimiento del turismo, entre otros.

El PGE 2019 registrará un shock externo desfavorable, en los ingresos provenientes de los hidrocarburos, minerales y productos no tradicionales, hechos que registrarán una caída de los ingresos fiscales y originarán un déficit fiscal programado, aunque menor al del 2018, aunque seguirá sigue siendo elevado, porque los gastos públicos son elevados, a pesar del ajuste reductivo de la inversión pública, pero no será suficiente ante la realidad de los ingresos públicos genuinos.

PROYECCIONES 2019

Se prevé un contexto externo adverso por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la elevación de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América del Norte afectaría el crecimiento económico global y se irradiara a todos los países, a través de la balanza de pagos, incluida Bolivia.

Persistirán los desequilibrios internos de la economía boliviana establecidos en la ley del PGE 2019, que aprueba un presupuesto agregado de Bs 286.278 millones, con el incremento del 0,6 por ciento respecto al 2018, mientras que el presupuesto consolidado alcanzará a Bs 214.724 millones, cifra mayor en 0,03 por ciento respecto al 2018, según vaticinio del analista Germán Molina.

Ambos presupuestos tendrán aumentos menores del uno por ciento; sin embargo, continúa elevado el déficit fiscal en 6,98 por ciento, porque se utilizará recursos provenientes de créditos interno y externo, para cubrir los gastos que no son posibles de hacerlos con los ingresos corrientes que se espera generen el próximo año.

El PGE 2019 consideró un precio base del petróleo de $us 50,25/barril, nivel superior en $us 4,75 respecto al utilizado en el PGE 2018, que fue $us 45,50/barril. Al mes de noviembre de 2018, el precio del petróleo registró el precio internacional de $us 50,0/barril, siendo el más bajo, en tanto que y el precio promedio esperado para 2019 estaría en los rangos de US$45/barril y $us 60/barril.

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