Informes oficiales dicen que la demanda de dólares en el Banco Central ha crecido en 83%, una información que se suma a la especie de clamor que se da en este momento para que el Gobierno devalúe la moneda nacional en vista de que todos los vecinos han hecho lo mismo con sus monedas.
Los expertos dicen que la “sensación” es la que hace que los precios o la demanda de algo crezcan y, al parecer, todos los pedidos que han estado haciendo los empresarios para que el Gobierno decrete una devaluación han creado esa sensación.
Esos pedidos con consecuencia de los efectos que tiene en la economía nacional las devaluaciones que han hecho de sus monedas los gobiernos de los países vecinos, causando una corriente de contrabando de ingreso de sus productos al mercado boliviano.
El dato del Banco Central dice que este año, hasta junio, la demanda de dólares llegó a US$ 1.580 millones, mientras que el año pasado había sido de solamente US$ 864 millones en ese mismo lapso.
El Gobierno ha respondido diciendo que cualquier devaluación podría provocar que se dispare la inflación en el país. Y ha pedido a economistas de renombre que tienen contratos de consultores que descarten cualquier posibilidad de devaluación.
Lo malo es que el efecto del contrabando de ingreso es muy dañino para la economía nacional, pues afecta a la producción de arroz, azúcar y carne de pollo, por el momento, con productos similares que llegan desde Argentina, Brasil y Uruguay.
Eso causa daños a la producción interna, como lo han estado repitiendo las organizaciones empresariales cruceñas, sin recibir otra respuesta del gobierno que la negativa a modificar el tipo de cambio.
Pero algo ha ocurrido en los últimos días, que han surgido versiones de que el Gobierno estaría dispuesto a hacer ajustes en la paridad cambiaria hacia fines de año, pensando en el calendario de los acontecimientos políticos.
Eso habría provocado el incremento de la demanda de dólares en el Banco Central. No existen estadísticas de la demanda de dólares en el sistema paralelo, el ilegal, proveniente de actividades económicas ilegales.
Hay que esperar que las autoridades nacionales manejen con cuidado todo este entramado de datos, versiones y percepciones, además de sensaciones, y le eviten al país momentos de zozobra como los que se dieron en otros años, no muy lejanos, de inestabilidad económica.
¡La economía no es una balanza de dos platos! Sería muy malo que las autoridades se manejaran pensando que no se debe devaluar porque la moneda nacional no tiene que encogerse ante la moneda del imperio. Criterios de ese tipo podrían provocar problemas, pues es sabido que nunca se deben tomar decisiones económicas a partir de dogmas políticos.
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