El Servicio Nacional de Impuestos (SIN) puso en su mira a las promotoras y consultoras que ofertan productos de belleza a través de catálogos que distribuyen empresas como Yanbal, Ebel, Natura, Avon o Cy Zone, que no tributan ni entregan facturas a sus clientes por las ventas que realizan en cómodas cuotas.
Además de estas empresas, existen otras como Manaco, Lole"s o Fashion Lana que trabajan con el modo de venta directa.
La presidenta de la entidad impositiva, Marlene Ardaya, explicó que el año pasado se iniciaron operativos de fiscalización y se identificaron entre 15 y 20 casos de promotoras que no facturaron por la reventa de productos de belleza.
“Esto está en proceso contencioso desde hace un año. Está en contencioso administrativo, incluso en el Poder Judicial, porque se ha determinado (...) ilícitos tributarios. Estamos hablando de 40.000 o 50.000 bolivianos, justamente por esta forma de actuar”.
Ardaya señaló que el problema no reside en las empresas que son importadoras y distribuidoras de bisutería y productos de belleza, que tienen declaraciones únicas por la internación de su mercadería y facturan, sino en las personas que trabajan con ellas de manera independiente en su horas libres.
“Siempre hemos hecho procesos de fiscalización en esas empresas; sin embargo, tienen una forma de actuar diferente a todas las demás”.
La forma de trabajo de estas compañías de belleza radica en formar una fuerza de ventas a través de consultores, principalmente mujeres, quienes compran sus productos para revenderlos al consumidor final.
“El representante importador factura al consultor sin incluir el margen de ganancia de éste (un 25 por ciento). Estos consultores, en otras palabras, son comisionistas, por tanto, no están emitiendo sus facturas”.
Por ejemplo, explicó, en el catálogo de ofertas los productos vienen con un precio establecido que podría ser de 100 bolivianos. El consultor compra éste en 75 bolivianos y lo revende en el precio fijado en la revista. Su ganancia viene a ser el descuento del 25 por ciento, en este caso 25 bolivianos.
La empresa factura a la consultora o consultor, pero ella o él al vender el producto al consumidor final no le emite ninguna nota fiscal.
Según Ardaya, debería hacerlo por el monto total que está fijado en el catálogo y tendría que descargarse un 75 por ciento con la factura que la distribuidora le emitió y sólo tributar el IVA y el IT del 25 por ciento de su comisión.
“El consultor revende al consumidor final en 100 bolivianos, por lo que debería tener un talonario de facturas a su nombre como contribuyente y emitir la factura respectiva a nombre del consumidor final y según el precio establecido (en el catálogo)”.
Consultoras
Los equipos de ventas que tienen estas firmas están conformadas casi en su totalidad por mujeres, en su mayoría amas de casa, aunque también hay aquellas que tienen una fuente laboral pero trabajan ofertando estos productos a fin de tener ingresos extras.
De acuerdo con datos de Yanbal, en 1996, cuando comenzó a trabajar en Bolivia, tenía 1.200 consultoras, actualmente ascienden a más de 30.000.
La encargada de Marketing de esa compañía, Elizabeth Palenque, informó que el sistema de venta directa o por catálogo que tiene la firma facilita a la promotora acceder a un porcentaje de ganancia que le permite desarrollarse y crecer.
La responsable de Marketing de Natura, Valentina Forno, indicó que no podía dar datos sobre el número de consultoras con las que trabajan y pidió que se remita una solicitud escrita, la cual se envió pero quedó sin respuesta. En el caso de Ebel y Avon, tampoco se logró acceder a esta información.
En un sondeo realizado a varias consultoras, quienes pidieron guardar en reserva sus nombres, éstas coincidieron en su rechazo a facturar por las comisiones que perciben por la reventa que realizan, porque, según dijeron, si tributan, no tendrán ganancias y, por tanto, no valdrá la pena estar en esta actividad.
Una de ellas indicó que en este negocio se comienza con muy poco capital, incluso con el crédito que la propia empresa les otorga y que debe ser cancelado en tres semanas.
Posteriormente, de a poco se van haciendo de clientes y aumentando sus ventas, que en muchos casos, según dijo, no son muchas. Otra contó que no es posible facturar por las ventas que hacen porque sus ganancias se reducirían.
Testimonios
Sandra
Consultora
“Compramos el producto y al venderlo no damos factura, es cierto, pero nadie da porque lo que se gana no es mucho. Ese 25 por ciento de comisión que recibimos a veces no pasa de cinco o seis dólares en un pedido. Si facturaramos, tendríamos que tributar el 13 por ciento del IVA y otros 3 por el IT; la verdad es que no valdría la pena trabajar en esto, ya no habría razón para seguir. Finalmente, hacemos lo que hace la mayoría de las comerciantes, la diferencia es que nosotros no manejamos grandes capitales de dinero”.
Marisela
Consultora
“Nosotras nos metemos en este negocio para ayudarnos, tener un poco más de ingresos, no para tener que facturar de lo poco que ganamos. Si creen que ganamos mucho, no es así, porque sólo el 25 o 30 por ciento de lo que vendemos es para nosotras. Además, no es venta al contado porque se deja el producto a crédito en dos o tres meses y a veces no recuperamos lo que damos, pero igual nosotras debemos pagar a la empresa que es la que nunca pierde. Nosotras debemos pagar de nuestro dinero cuando no nos pagan”.
Elizabeth
Consultora
“Si tenemos que facturar, ya no vale la pena estar en este tipo de trabajo, porque en mi caso, por ejemplo, no es a tiempo completo que vendo estos productos ya que tengo actividades de ama de casa y le dedico mi tiempo libre a la venta. Entonces las ganancias que obtengo no son muy elevadas. No me parece justo que el Servicio de Impuestos tenga que controlar a quienes trabajan con capitales mínimos y no a aquellos comerciantes que tienen grandes cantidades de mercadería, no dan factura y nadie les dice nada”.
Aydé
Consultora
“Antes que fijarse en nosotras, deberían controlar a quienes ganan mucho y no dan facturas; nosotras ganamos poco. Observan que algunas consultoras ganen premios, pero no es por la cantidad de ventas, sino por la cantidad de consultoras que han logrado ingresar a trabajar en la empresa. Es cierto que las directoras de belleza pueden ganar altas comisiones, pero no son la mayoría, como sí lo somos las consultoras que trabajamos duro para acomodar los productos, porque como está la situación en el país, no es fácil vender y, a veces, ni te pagan”.
Algunos datos
La venta por catálogo es una opción que cada día más mujeres eligen para tener ingresos extras.
Sólo la empresa Yanbal trabaja con 30.000 consultoras de belleza en todo el país.
Perciben el 25 por ciento de comisión o ganancia por las ventas que realizan.
El SIN dice que deberían entregar notas fiscales y facturar por ese 25 por ciento.
Las consultoras rechazan la posibilidad de emitir facturas por considerar que no corresponde.
La entidad evidenció una evasión tributaria de hasta 50.000 bolivianos en ese sector.
Además de estas empresas, existen otras como Manaco, Lole"s o Fashion Lana que trabajan con el modo de venta directa.
La presidenta de la entidad impositiva, Marlene Ardaya, explicó que el año pasado se iniciaron operativos de fiscalización y se identificaron entre 15 y 20 casos de promotoras que no facturaron por la reventa de productos de belleza.
“Esto está en proceso contencioso desde hace un año. Está en contencioso administrativo, incluso en el Poder Judicial, porque se ha determinado (...) ilícitos tributarios. Estamos hablando de 40.000 o 50.000 bolivianos, justamente por esta forma de actuar”.
Ardaya señaló que el problema no reside en las empresas que son importadoras y distribuidoras de bisutería y productos de belleza, que tienen declaraciones únicas por la internación de su mercadería y facturan, sino en las personas que trabajan con ellas de manera independiente en su horas libres.
“Siempre hemos hecho procesos de fiscalización en esas empresas; sin embargo, tienen una forma de actuar diferente a todas las demás”.
La forma de trabajo de estas compañías de belleza radica en formar una fuerza de ventas a través de consultores, principalmente mujeres, quienes compran sus productos para revenderlos al consumidor final.
“El representante importador factura al consultor sin incluir el margen de ganancia de éste (un 25 por ciento). Estos consultores, en otras palabras, son comisionistas, por tanto, no están emitiendo sus facturas”.
Por ejemplo, explicó, en el catálogo de ofertas los productos vienen con un precio establecido que podría ser de 100 bolivianos. El consultor compra éste en 75 bolivianos y lo revende en el precio fijado en la revista. Su ganancia viene a ser el descuento del 25 por ciento, en este caso 25 bolivianos.
La empresa factura a la consultora o consultor, pero ella o él al vender el producto al consumidor final no le emite ninguna nota fiscal.
Según Ardaya, debería hacerlo por el monto total que está fijado en el catálogo y tendría que descargarse un 75 por ciento con la factura que la distribuidora le emitió y sólo tributar el IVA y el IT del 25 por ciento de su comisión.
“El consultor revende al consumidor final en 100 bolivianos, por lo que debería tener un talonario de facturas a su nombre como contribuyente y emitir la factura respectiva a nombre del consumidor final y según el precio establecido (en el catálogo)”.
Consultoras
Los equipos de ventas que tienen estas firmas están conformadas casi en su totalidad por mujeres, en su mayoría amas de casa, aunque también hay aquellas que tienen una fuente laboral pero trabajan ofertando estos productos a fin de tener ingresos extras.
De acuerdo con datos de Yanbal, en 1996, cuando comenzó a trabajar en Bolivia, tenía 1.200 consultoras, actualmente ascienden a más de 30.000.
La encargada de Marketing de esa compañía, Elizabeth Palenque, informó que el sistema de venta directa o por catálogo que tiene la firma facilita a la promotora acceder a un porcentaje de ganancia que le permite desarrollarse y crecer.
La responsable de Marketing de Natura, Valentina Forno, indicó que no podía dar datos sobre el número de consultoras con las que trabajan y pidió que se remita una solicitud escrita, la cual se envió pero quedó sin respuesta. En el caso de Ebel y Avon, tampoco se logró acceder a esta información.
En un sondeo realizado a varias consultoras, quienes pidieron guardar en reserva sus nombres, éstas coincidieron en su rechazo a facturar por las comisiones que perciben por la reventa que realizan, porque, según dijeron, si tributan, no tendrán ganancias y, por tanto, no valdrá la pena estar en esta actividad.
Una de ellas indicó que en este negocio se comienza con muy poco capital, incluso con el crédito que la propia empresa les otorga y que debe ser cancelado en tres semanas.
Posteriormente, de a poco se van haciendo de clientes y aumentando sus ventas, que en muchos casos, según dijo, no son muchas. Otra contó que no es posible facturar por las ventas que hacen porque sus ganancias se reducirían.
Testimonios
Sandra
Consultora
“Compramos el producto y al venderlo no damos factura, es cierto, pero nadie da porque lo que se gana no es mucho. Ese 25 por ciento de comisión que recibimos a veces no pasa de cinco o seis dólares en un pedido. Si facturaramos, tendríamos que tributar el 13 por ciento del IVA y otros 3 por el IT; la verdad es que no valdría la pena trabajar en esto, ya no habría razón para seguir. Finalmente, hacemos lo que hace la mayoría de las comerciantes, la diferencia es que nosotros no manejamos grandes capitales de dinero”.
Marisela
Consultora
“Nosotras nos metemos en este negocio para ayudarnos, tener un poco más de ingresos, no para tener que facturar de lo poco que ganamos. Si creen que ganamos mucho, no es así, porque sólo el 25 o 30 por ciento de lo que vendemos es para nosotras. Además, no es venta al contado porque se deja el producto a crédito en dos o tres meses y a veces no recuperamos lo que damos, pero igual nosotras debemos pagar a la empresa que es la que nunca pierde. Nosotras debemos pagar de nuestro dinero cuando no nos pagan”.
Elizabeth
Consultora
“Si tenemos que facturar, ya no vale la pena estar en este tipo de trabajo, porque en mi caso, por ejemplo, no es a tiempo completo que vendo estos productos ya que tengo actividades de ama de casa y le dedico mi tiempo libre a la venta. Entonces las ganancias que obtengo no son muy elevadas. No me parece justo que el Servicio de Impuestos tenga que controlar a quienes trabajan con capitales mínimos y no a aquellos comerciantes que tienen grandes cantidades de mercadería, no dan factura y nadie les dice nada”.
Aydé
Consultora
“Antes que fijarse en nosotras, deberían controlar a quienes ganan mucho y no dan facturas; nosotras ganamos poco. Observan que algunas consultoras ganen premios, pero no es por la cantidad de ventas, sino por la cantidad de consultoras que han logrado ingresar a trabajar en la empresa. Es cierto que las directoras de belleza pueden ganar altas comisiones, pero no son la mayoría, como sí lo somos las consultoras que trabajamos duro para acomodar los productos, porque como está la situación en el país, no es fácil vender y, a veces, ni te pagan”.
Algunos datos
La venta por catálogo es una opción que cada día más mujeres eligen para tener ingresos extras.
Sólo la empresa Yanbal trabaja con 30.000 consultoras de belleza en todo el país.
Perciben el 25 por ciento de comisión o ganancia por las ventas que realizan.
El SIN dice que deberían entregar notas fiscales y facturar por ese 25 por ciento.
Las consultoras rechazan la posibilidad de emitir facturas por considerar que no corresponde.
La entidad evidenció una evasión tributaria de hasta 50.000 bolivianos en ese sector.
en realidad las empresas que distribuyen estos productos son las que deberian facturar todo lo que se les entrega a las promotoras..porque las que estan vendiendo son ellas ..las promotoras solo hacen el servicio de entrega y reciben una comision por la entrega ...no son ellas las que venden esla empresa la que esta vendiendo
ResponderEliminarYo actuamente trabajo con YAMBAL, esto con el fin de ahorrar en la compra de cosméticos para mi familia, en todo caso también cuándo hago la venta del producto a un cliente y con el fin de que mi cliente se sienta animado y me siga comprando, le hago un descuento de hasta el 50% de mi comisión. También quiero aclarar que yo vivo del día a día y no tengo un doble aguinaldo como los servidores públicos, sugiero que ellos paguen impuestos sobre sus aguinaldos tan jugosos.
ResponderEliminarSería injusto que les hagan tributar impuestos a las distribuidoras independiente ya que su capital es menor a los 35,000bs. es decir no pertenecerian al régimen general. No obstante creo que hay 1 de cada mil distribuidoras independientes que sí deberían tributar por el alto capital que tienen. Esto podrían saberlo segun las compras que les realizan a las compañías.
ResponderEliminarSin embargo estoy de acuerdo con que primero deberían obligarlos a tributar a los comerciantes de los mercados o dueños de negocios que tienen a simple vista un capital muy alto, como por ejemplo los que venden apartamentos, los dueños de condominios, los que alquilan inmuebles, etc.