Bolivia mantiene invariable el tipo de cambio de la moneda estadounidense desde hace cinco meses, en contrarruta de lo que ocurre en los países vecinos, cuyas monedas nacionales se empezaron a devaluar para hacer frente a los efectos de la crisis financiera internacional.
El 6 de octubre del 2008 fue la última vez en que el dólar bajó en Bolivia. Entonces, el Banco Central de Bolivia (BCB) fijó en Bs 6,97 el tipo de cambio para la compra y en Bs 7,07 para la venta.
Además, en el proyecto del Presupuesto General de la Nación (PGN) 2009, se proyectó un tipo de cambio de Bs 6,97 para la compra y de Bs 6,91 para la venta.
La política del ente emisor es la apreciación del boliviano. Un análisis de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) recuerda que “el boliviano se apreció de manera sostenida a partir de enero del 2006”.
En los dos últimos meses del 2008, el escenario cambió a nivel mundial, pues empezó la recuperación de la divisa de EEUU.
Según el analista Napoleón Pacheco, hasta hace seis días atrás, casi en todos los países de Latinoamérica se han registrado devaluaciones de las monedas nacionales, en algunos casos más intensos que en otros.
“Argentina, por ejemplo, entre septiembre y el 10 de marzo, devaluó en 10,2% su moneda. Se debe hacer notar que utilizó gran cantidad de sus reservas para frenar la caída del peso argentino”.
Añade que en el caso de Brasil, en el mismo período, la devaluación alcanzó un 45%. “Es una de las devaluaciones más fuertes de los países vecinos a Bolivia y pese a magnitud, Brasil también utilizó grandes cantidades de sus reservas para que la devaluación no sea más profunda”.
En Chile, en los últimos seis meses, la moneda se depreció en 18% frente al dólar y en el Perú, la devaluación rondó el 10%.
Este panorama —dice Pacheco— está mostrando que las autoridades monetarias están devaluando sus monedas porque las reservas están cayendo debido a la disminución del flujo de dólares que generan las exportaciones, la disminución de las remesas, importantes para Bolivia y Perú, y porque la gente también está deteniendo sus billetes.
Según Pacheco, los Bancos Centrales de los países vecinos “defienden sus reservas devaluando la moneda nacional, haciendo que el dólar sea más caro para estimular las exportaciones”.
Entre tanto, el sector exportador boliviano “está siendo castigado por la política cambiaria que mantiene invariable el Gobierno, haciendo menos competitivo a este sector”, advierte el presidente de la Cámara de Exportadores de La Paz (Camex), Guillermo Pou Mont.
“Un dólar bajo hace que el país sea menos competitivo, afectando a un sector altamente generador de empleo”, sostiene.
La semana pasada, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) manifestó que los índices oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre una balanza comercial negativa y la caída de las exportaciones en enero deben ser “una alerta” para que el Gobierno empiece a revisar su política monetaria.
Mientras, Napoleón Pacheco afirma que “no existe un argumento técnico sostenible que permita comprender por qué el Banco Central no está devaluando la moneda nacional”.
“La razón en esencial para no devaluar es que en el momento que el BCB suba en un centavo el precio del dólar, ese ajuste puede representar una señal muy fuerte para los ciudadanos que pueden empezar a demandar más dólares de los que actualmente requieren y eso podría significar una caída importante en las reservas y también habría una presión inflacionaria”, agrega.
El experto considera que un escenario así no sería favorable para el Gobierno, si se considera que éste es un año electoral.
“Son razones políticas las que están llevando a que el BCB mantenga un tipo de cambio congelado y un dólar artificialmente bajo que está perjudicando, principalmente, a los exportadores y al sector productivo”.
Según el analista, el que más pierde con la decisión del Gobierno de mantener el dólar congelado es el sector productivo, especialmente el manufacturero “y gran generador de fuentes de empleo”. Al margen del tipo de cambio, en el 2008 ese rubro ya se vio afectado por la pérdida de las preferencias arancelarias que otorga Estados Unidos.
Entre tanto el IBCE alertó que el incremento de las importaciones y el fuerte retroceso de las exportaciones podría deberse a la devaluación del dólar en los países proveedores de Bolivia, “proceso alentado además por el ‘anclaje del tipo de cambio’ en Bolivia desde el pasado año”.
Agregó que “el artificial ‘abaratamiento’ del dólar impulsará más el crecimiento de las importaciones —o impedirá su derrumbe— todo lo contrario de lo que ocurrirá con las exportaciones, las que más bien disminuirán”.
El 6 de octubre del 2008 fue la última vez en que el dólar bajó en Bolivia. Entonces, el Banco Central de Bolivia (BCB) fijó en Bs 6,97 el tipo de cambio para la compra y en Bs 7,07 para la venta.
Además, en el proyecto del Presupuesto General de la Nación (PGN) 2009, se proyectó un tipo de cambio de Bs 6,97 para la compra y de Bs 6,91 para la venta.
La política del ente emisor es la apreciación del boliviano. Un análisis de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) recuerda que “el boliviano se apreció de manera sostenida a partir de enero del 2006”.
En los dos últimos meses del 2008, el escenario cambió a nivel mundial, pues empezó la recuperación de la divisa de EEUU.
Según el analista Napoleón Pacheco, hasta hace seis días atrás, casi en todos los países de Latinoamérica se han registrado devaluaciones de las monedas nacionales, en algunos casos más intensos que en otros.
“Argentina, por ejemplo, entre septiembre y el 10 de marzo, devaluó en 10,2% su moneda. Se debe hacer notar que utilizó gran cantidad de sus reservas para frenar la caída del peso argentino”.
Añade que en el caso de Brasil, en el mismo período, la devaluación alcanzó un 45%. “Es una de las devaluaciones más fuertes de los países vecinos a Bolivia y pese a magnitud, Brasil también utilizó grandes cantidades de sus reservas para que la devaluación no sea más profunda”.
En Chile, en los últimos seis meses, la moneda se depreció en 18% frente al dólar y en el Perú, la devaluación rondó el 10%.
Este panorama —dice Pacheco— está mostrando que las autoridades monetarias están devaluando sus monedas porque las reservas están cayendo debido a la disminución del flujo de dólares que generan las exportaciones, la disminución de las remesas, importantes para Bolivia y Perú, y porque la gente también está deteniendo sus billetes.
Según Pacheco, los Bancos Centrales de los países vecinos “defienden sus reservas devaluando la moneda nacional, haciendo que el dólar sea más caro para estimular las exportaciones”.
Entre tanto, el sector exportador boliviano “está siendo castigado por la política cambiaria que mantiene invariable el Gobierno, haciendo menos competitivo a este sector”, advierte el presidente de la Cámara de Exportadores de La Paz (Camex), Guillermo Pou Mont.
“Un dólar bajo hace que el país sea menos competitivo, afectando a un sector altamente generador de empleo”, sostiene.
La semana pasada, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) manifestó que los índices oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre una balanza comercial negativa y la caída de las exportaciones en enero deben ser “una alerta” para que el Gobierno empiece a revisar su política monetaria.
Mientras, Napoleón Pacheco afirma que “no existe un argumento técnico sostenible que permita comprender por qué el Banco Central no está devaluando la moneda nacional”.
“La razón en esencial para no devaluar es que en el momento que el BCB suba en un centavo el precio del dólar, ese ajuste puede representar una señal muy fuerte para los ciudadanos que pueden empezar a demandar más dólares de los que actualmente requieren y eso podría significar una caída importante en las reservas y también habría una presión inflacionaria”, agrega.
El experto considera que un escenario así no sería favorable para el Gobierno, si se considera que éste es un año electoral.
“Son razones políticas las que están llevando a que el BCB mantenga un tipo de cambio congelado y un dólar artificialmente bajo que está perjudicando, principalmente, a los exportadores y al sector productivo”.
Según el analista, el que más pierde con la decisión del Gobierno de mantener el dólar congelado es el sector productivo, especialmente el manufacturero “y gran generador de fuentes de empleo”. Al margen del tipo de cambio, en el 2008 ese rubro ya se vio afectado por la pérdida de las preferencias arancelarias que otorga Estados Unidos.
Entre tanto el IBCE alertó que el incremento de las importaciones y el fuerte retroceso de las exportaciones podría deberse a la devaluación del dólar en los países proveedores de Bolivia, “proceso alentado además por el ‘anclaje del tipo de cambio’ en Bolivia desde el pasado año”.
Agregó que “el artificial ‘abaratamiento’ del dólar impulsará más el crecimiento de las importaciones —o impedirá su derrumbe— todo lo contrario de lo que ocurrirá con las exportaciones, las que más bien disminuirán”.
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