12 octubre 2008

El desafío del microcrédito en Bolivia es llegar al campo


Llegar al área rural con créditos a largo plazo para los agricultores, es hoy por hoy uno de los desafíos que tienen los países de Latinoamérica, y Bolivia en particular. Ésta fue una de las principales conclusiones del XI Foro interamericano sobre la Microempresa, que se realizó esta semana en Asunción, Paraguay.

Del evento participaron, entre otros, líderes mundiales como el anfitrión, el presidente del Paraguay, Fernando Lugo; el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno; la princesa Máxima, de los Países Bajos, y la boliviana María Otero, presidenta de Action International.

Estas dos últimas, componentes del Grupo Asesor de las Naciones Unidas sobre los Sectores Financieros Incluyentes (UNAG), ofrecieron el miércoles una conferencia en la que participaron periodistas locales y medios de otros países de la región, entre ellos La Razón, vía telefónica.

Tanto la princesa Máxima como María Otero coincidieron en que uno de los desafíos actuales del sector es llegar con los servicios de microcrédito al área rural, en particular en países como Bolivia, cuyo “sistema incluyente de finanzas” —a través de entidades bancarias que prestan servicios a los que menos tienen, además de los bajos niveles de intereses merced a la competencia entre dichas entidades— ha hecho que se convierta en un país modelo en la región.

“Me atrevería a decir que el sector de las microfinanzas está en un momento de inflección, un momento que puede tornarse difícil por algunos años, pero de donde se puede salir más fuertes que antes... Hay muchísimos desafíos que sería más fácil (abordarlos) si se tratasen en conjunto. Por ejemplo, el llegar a las zonas rurales sin que sea demasiado costoso..., el darles créditos a los agricultores a más largo plazo, el desarrollar un central de riesgos donde todos tengan acceso y que realmente sea efectivo para evitar el sobreendeudamiento...”, afirmó la princesa Máxima.

“No cabe duda que el número de microempresarios que tienen acceso a servicios financieros en Bolivia ha aumentado hasta 600 mil...”, sin embargo, las políticas gubernamentales deben acompañar estos avances de dos

maneras: “reconociendo la importancia de mantener entidades microfinancieras que se dediquen a hacer llegar créditos a quienes antes no accedían a este beneficio... Y llegar al sector rural, a los campesinos, que sabemos es muy costoso y muy difícil”, pero que el Gobierno al igual que los emprendimientos privados deben apoyar.

Entre estas últimas iniciativas, las representantes de UNAG destacan a las agencias de desarrollo, como el BID, que “jugaron un papel importante en el desarrollo de las microfinanzas en una primera etapa”; a las otras entidades bancarias; a aquellas entidades relacionadas con la provisión de tecnología; y los sistemas de pago, entre otros.

“En América Latina el sector del microcrédito se focalizó en las zonas urbanas, ahora el desafío es el campo”, concluye la princesa Máxima.

La cita mayor de pequeños empresarios

Más de mil personas, gran parte microempresarios, participaron esta semana del XI Foro Interamericano sobre la Microempresa en Asunción, organizado por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Gobierno del Paraguay.

Dos fueron los temas centrales que se trataron: cómo conseguir que un número mayor de microempresarios se incorporen a la corriente general de la economía; y cómo las instituciones de microcrédito pueden practicar una “financiación responsable” en términos de concesión de préstamos.

“Los servicios financieros inclusivos son los elementos básicos de una economía sólida. Estos servicios proporcionan dignidad y oportunidades a quienes históricamente han sido ignorados”, afirmó en su intervención el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, quien hizo de anfitrión.

Entrevista

“Bolivia es un ejemplo para el mundo”
PRINCESA MÁXIMA, soberana de los Países Bajos . Es economista.

Estas son algunas de las respuestas de la princesa Máxima durante una conferencia de prensa en Asunción, en la que participaron periodistas de decenas de medios Latinoamérica, algunos por vía telefónica.

¿Cómo impacta la actual crisis financiera en el sector de la microempresa?
Esa pregunta se la hace todo el mundo. Todavía estamos en el ojo de la tormenta, por lo tanto no sabemos cuánto durará... Aunque no tengo una bola de cristal puedo advertir que el financiamiento va a ser más caro y más difícil de conseguir. Las opciones para el sector de microfinanzas son dos: decidir no crecer y volver a las instituciones de desarrollo, o tratar de captar depósitos del público y de esta manera financiarse...

En el caso boliviano, ¿no es mejor bajar el interés de los créditos para hacer más accesible el financiamiento?
Uno de los principios para asegurarse de que las entidades de microfinanzas sean sostenibles es que puedan cubrir sus costos. Para eso debe haber un equilibrio entre las tasas de interés que se cobran y los gastos que se tiene. Hubo un sinfín de entidades que desaparecieron por no mantener este equilibrio. Uno ejemplo de éxito fue Bolivia, porque la actividad microempresaria es muy grande... Bolivia es un ejemplo para el mundo. Muestra cómo la competencia entre entidades microfinancieras ha hecho que las tasas de interés bajen de 35 hasta el 18 por ciento. Esto porque la gente puede escoger entre una u otra. Eso las hace más ágiles y también más eficientes.

¿Quiénes demandan más los microcréditos?
En América Latina el sector del microcrédito se focalizó en las zonas urbanas, ahora el desafío es el campo... Es el sector agropecuario, lo que implica otro manejo, ya que se debe financiar a más largo plazo. El Gobierno debe invertir en ello...

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