Una empresa defraudó supuestamente alrededor de 67.500 bolivianos, equivalentes a unos 9.500 dólares, antes de que cerraran sus oficinas. El anzuelo era que los interesados recibirían víveres por valor de 425 bolivianos con el pago de 150 y los afectados protagonizaron ayer incidentes y protestas.
La empresa Kontakt ofreció entre el 10 y el 18 de este mes los denominados “paquetes maná”, de los que llegó a entregar al menos 150 unidades, pero aparentemente no pudo cubrir las expectativas de otras 450 personas que dieron sus cuotas.
Esta compañía abrió su oficina en el tercer piso del edificio Camacho, ubicado en la calle Figueroa de la zona Central.
Marisol Quintanilla, una de las interesadas en recibir el beneficio, denunció que en el local se instaló una caja registradora, había sillas de espera y tres personas atendían al público. En el interior había mamparas de vidrio esmerilado y alfombras.
Las condiciones para acceder al servicio eran “donar” 150 bolivianos y presentar a tres personas al sistema. Mientras éstas no terminaban de hacer sus aportes, el primero no recibía el lote de productos alimenticios.
Cuando se cumplían estos requisitos, el interesado recibía la autorización para recoger el “paquete maná”.
Ayer, alrededor de las 13.30, unas diez personas dialogaban entre sí en el ingreso del mencionado edificio. Allí, un afiche daba cuenta de que los interesados debían comunicarse con determinado número telefónico, pues “por razones administrativas” no se atendería en esas oficinas desde el 21 de septiembre y que a partir del 24 la atención se haría en otro sitio aún no especificado.
Cuando uno de los afectados se comunicó con el teléfono de referencia, alguien le pidió su número de celular con la promesa de que se le devolvería la llamada para establecer una nueva cita para reembolsarle su aporte.
Otros, menos afortunados, no recibieron una contestación y no faltó a quien se le dijo que su dinero había sido invertido en el paquete entregado a la persona que lo refirió al sistema.
Si se considera que fueron entregados al menos 150 paquetes, el número de personas atraídas por los beneficiarios llega a 450. Al multiplicar esa cantidad por los 150 bolivianos de aporte individual, se concluye que el monto recaudado ascendió a al menos 67.500 bolivianos.
Ayer circuló la versión de que ante las protestas, algunos de los afectados —no se pudo establecer cuántos— lograron la devolución de sus desembolsos.
La proveedora
Se conoció que Ángel A. A. y Tatiana V. A., presuntos propietarios de Kontakt, se pusieron en contacto con Lidia Q., propietaria de una proveedora de comestibles situada en la calle Antonio Gallardo, en la zona Gran Poder.
Lidia Q. explicó a La Prensa que ambos le informaron que organizaban un pasanaku y que muchos interesados irían a su almacén a recoger los productos a los que se habían hecho acreedores, para lo que establecieron un mecanismo para la identificación y la entrega a los clientes.
“Como se trataba de un pedido muy importante, les hice una buena rebaja. La verdad es que llegaron a pagarme, en dos veces, el costo de unos 150 paquetes. Incluso les di dos facturas”.
En efecto, los dueños desembolsaron un primer importe de 17.800 bolivianos, el sábado 12, y recibieron la factura 000871, y poco después, por 8.050 bolivianos, respaldado por la factura 000872.
Ambas notas fiscales fueron emitidas a nombre de Enrique A. A. y no figura un número de NIT o de cédula de identidad en ambos documentos.
La proveedora admitió que “todavía les debo una factura por el monto que cubrirá el costo de los 150 paquetes, porque yo recibí el dinero completo”.
Ese saldo no facturado asciende a 28.750 bolivianos.
El negocio, según la vendedora, se realizó sin inconvenientes entre el 10 y el 17 de septiembre, “pero el 18 comenzó a flaquear y el fin de semana no se hizo”.
La demanda fue tan intensa entre el lunes 14 y el miércoles 16, que la proveedora abrió un almacén de entregas en la calle Virrey Toledo, de Villa Victoria.
Anoche, los presuntos estafados se presentaron en ese almacén y atacaron un envío de harina de industria argentina que se depositaba en el lugar.
En medio de un alboroto, los afectados se llevaron 15 quintales y aseguraron que no los devolverían mientras no se les entregue su dinero.
Una persona, desesperada, explicó que había llevado a sus parientes al sistema, por lo que ya afronta problemas familiares.
Los enfurecidos clientes de Kontakt amenazaron con incendiar el establecimiento comercial, mientras Lidia Q. reiteró que solamente fue contratada por la empresa desaparecida.
Los defraudados decidieron anoche que la proveedora, Lidia Q., devuelva el importe del dinero aportado a Kontakt, la rodearon y no le permitieron retirarse del lugar, mientras crecían su indignación y protestas.
Policía no investiga y Asfi sólo emite comunicados
Debido a que la división de Delitos Económicos y Financieros de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) no recibió una denuncia por la irregularidad observada con la empresa Konkat, esta entidad no ha abierto una investigación al respecto.
Uno de los responsables de esa unidad policial admitió tener conocimiento del caso, pero que ésta aún no ha intervenido, pues debe recibir una queja para dar lugar al proceso correspondiente, que se lleva adelante en coordinación con el Ministerio Público.
El jefe policial informó, en todo caso, que están en marcha investigaciones sobre otras empresas que reciben dinero del público bajo la promesa de altos intereses o beneficios muy atractivos, aunque no quiso revelar los avances.
Entretanto, a través de un comunicado público, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) advirtió a la población en general de no dejarse sorprender con ofrecimientos de ese tipo y publicó el domingo un texto en tal sentido.
En el listado de empresas observadas aparecen cuatro más con relación a una anterior nómina, compuesta por 13 compañías dedicadas a actividades observables. Se trata del Grupo San Nicolás, Interexporbol SRL, cuyas actividades presuntamente irregulares fueron puestas en evidencia por La Prensa el 16 de septiembre; Gustavo Rodolfo Gonzales Gamarra-Christian Reini Hoffmann Denegrii y Guido Pedro Lozano Siles-Enredate SRL.
El documento da cuenta de que “se advierte al público que cualquier perjuicio o daño económico que ocasionen estas empresas será de riesgo y responsabilidad exclusiva de las señaladas empresas y de las personas naturales o jurídicas que realizaron contratos u operaciones con éstas”.
Las víctimas reclaman su dinero
“El dinero que ha depositado fue para pagar los víveres que su titular sacó, él tiene que devolverle”. Fue la respuesta que recibió Jorge Calla, empleado público, quien fue invitado por otro familiar para beneficiarse con el “paquete maná”, que ofrecía la empresa Kontakt
Calla se comunicó con el teléfono de Tatiana V. A. Una niña le comunicó con el esposo de la señalada por supuesta estafa.
“Nos han estafado, nos han hecho creer que nos estaban donando víveres, pero todo era mentira”. Así resume José Ríos el engaño del que fue víctima tras ser invitado, también, por otro familiar para beneficiarse con los comestibles. “A mí me dieron un recibo y la lista de los víveres que tenía que recibir, pero de la noche a la mañana han cerrado las oficinas y se han llevado todo su mobiliario”.
Basilia Monzón, comerciante minorista, recibió el paquete de los productos en un almacén de Villa Victoria, pero no sus tres invitados, quienes depositaron, en total, 450 bolivianos para recibir el beneficio ofrecido por esta compañía.
“A mí me invitó otra persona. Como ingresé al grupo, también logré juntar a otras personas y me entregaron los productos en Villa Victoria. Pero ahora tengo un problema porque mis invitados no recibieron nada y me exigen la devolución de sus aportes”.
Ella se comunicó con Tatiana V. A., propietaria de la desaparecida empresa, quien se comprometió a devolver el importe depositado. “Déme el número de teléfono celular y la vamos a llamar para devolverle el dinero”. Anoche esperaba el telefonazo.
Martín Llonta Quispe está desesperado porque sus invitados, que también se suman al grupo de estafados, son de su entorno familiar y desde el pasado viernes lo “tienen sin vida”.
“Cuando me enteré de la promoción, he reunido en menos de 24 horas al grupo. Me entregaron mi recibo y la ficha e inmediatamente recogí los productos de la tienda Anita de la calle Antonio Gallardo. Pero el jueves me llamaron mis invitados y afirmaron que no había nada y que yo les había robado su plata”.
Llonta Quispe, comerciante minorista, intentó comunicarse con los administradores de Kontakt pero ahora nadie contesta sus insistentes llamados, y ha decido sentar denuncia formal ante la Policía para que se sancione a los responsables de este hecho.
El “paquete maná”
Cada lote contenía diez productos alimenticios. Los panfletos llevan la leyenda: “Su paquete maná a sólo Bs 150.-”.
El primer ítem era una arroba de arroz entero estaquilla Caranavi, cuyo precio en el mercado es de 35 bolivianos.
Se entregaba también dos arrobas de azúcar La Bélgica, que en el mercado cuestan 80 bolivianos.
Una arroba de harina de industria argentina, que se adquiere normalmente con 45 bolivianos.
Diez bolsas de una libra, cada una, de fideos Aurora o Suprema. El precio unitario es de 3,20 bolivianos, por lo que el precio total es de 32 bolivianos.
Cinco libras de leche en polvo instantánea Stanley, de industria argentina, cuyo precio regular es de 75 bolivianos.
Cinco libras de avena instantánea Grano de Oro, que se adquieren por 30 bolivianos.
Cuatro kilogramos de fideo San Pedro, cuyo costo en el mercado de La Paz asciende a 25 bolivianos.
Un frasco de mermelada de frutas Orieta, de industria argentina, que vale ocho bolivianos.
Un kilo de cocoa Kriskao, un kilo de cereal o un frasco de café de cebada, opcionalmente, completaba el canastón. El precio de este último producto es de 15 bolivianos.
La suma da 425 bolivianos, pero un proveedor privado establecido en la calle Garcilaso de la Vega hizo un descuento especial que alcanzó a 364 bolivianos.
Ejecutivos de Kontakt autorizaban telefónicamente la entrega de los productos a determinada persona, quien se identificaba tanto con el recibo como con una ficha.
En todos los casos, la empresa trataba al dinero recaudado como proveniente de donaciones, que no son objeto de tributación ni pueden ser directamente fiscalizadas por organismos estatales.
El engaño
La empresa Kontakt ofreció los “paquetes maná” a sus clientes por el alimento bíblico.
Maná fue la comida que Dios envió al pueblo hebreo cuando atravesaba el desierto.
El anzuelo atrajo a unas 600 personas, de las que sólo alrededor de 150 fueron beneficiadas.
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