11 octubre 2016

“Es muy frágil que la economía dependa de Incahuasi, un campo gasífero nuevo”



Esta es la primera parte de la conferencia que dio recientemente en Sucre el analista de hidrocarburos Raúl Velásquez, de la Fundación Jubileo, sobre el nuevo contexto del gas natural en Bolivia. En ella se refiere a las reservas y la producción, así como a la exploración y explotación.

Velásquez se dirigió de una manera didáctica ante un público compuesto por estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad San Francisco Xavier. Los invitamos a ser parte también de su charla, que completaremos en este mismo sector de CAPITALES el próximo martes.

El Pacto Fiscal

Una cosa es discutir el Pacto Fiscal en una época en la que haya mucho dinero y otra es hacerlo cuando más bien hay contracción de ingresos.

Yo lo hago parecer a una familia: cuando hay mucha comida, hay mucha voluntad por querer compartir, la conversación es relajada y cada quien puede levantar de la mesa un pedazo de pan o de carne sin mayor problema. Hoy en día, cuando no hay mucho pan ni mucha carne, estamos en ese debate de ver cuánto pan o cuánta carne vamos a consumir. La vaca que nos traía la carne ha tendido a enflaquecerse un poco.

El gas natural

Bolivia es un país que produce principalmente gas natural. Los departamentos productores de gas son Tarija, Cochabamba, Santa Cruz y Chuquisaca. Ya hay propuestas, dentro del debate del Pacto Fiscal, tanto de La Paz como de Santa Cruz, no solamente limitadas a la distribución del pan y de la carne (siguiendo el ejemplo anterior), sino de dónde vamos a generar esos alimentos.

Reservas

El 83% de la producción de hidrocarburos es gas natural. La Ley 3740, que establece que YPFB es la que ejerce la propiedad de los hidrocarburos, dice que se debería certificar reservas cada año. Sin embargo, la última certificación es del año 2013.

Bolivia consume cerca de 0,78 trillones de pies cúbicos (TCF) en un año, entre lo que se vende en el mercado interno más lo que exportamos. Si hablamos de petróleo, consumimos cerca de 23 millones de barriles al año; Bolivia produce unos 60.000 barriles/día. En ese sentido, las reservas probadas de gas natural alcanzarían hasta el año 2024; por lo tanto, es urgente desarrollar nuevas áreas de hidrocarburos y para ello hay que gestionar también nuevos mercados.

Megacampos

De la producción de gas, el 70% sale principalmente de tres megacampos: Sábalo, San Alberto y Margarita-Huacaya.

Un campo petrolero o gasífero es como una persona: nace, va creciendo, se vuelve joven, llega a una etapa de madurez y comienza a envejecer. Con un campo pasa lo mismo: empieza a producir, va a llegar a una etapa madura de máxima producción y luego va a empezar a declinar. Esto está ocurriendo con San Alberto, que antes producía 11 millones de metros cúbicos por día y actualmente está 6,4 MMmc/d; está en una etapa de declinación.

En el caso de Margarita-Huacaya, ha habido un incremento importante en su producción, con 2.200 millones de dólares que comprometía Repsol.

Sábalo, por su parte, ha pasado de 12,3 MMmc/d en 2007 a 17 MMmc/d en 2016.

Esto nos muestra que hay una tendencia no a encontrar nuevos campos gasíferos, que es lo que hubiera sido deseable, sino lo que hemos hecho es explotar de forma más rápida nuestros campos que ya venían produciendo. Entre 2010 y 2015 ha habido un incremento de 50% en la producción, sin embargo vemos que el 2016 hay una tendencia a disminuir. Manejamos datos a julio de 2016.

Exploración y explotación

De acuerdo a una proyección del Ministerio de Hidrocarburos, la tendencia de estos megacampos hasta el año 2025 es la siguiente: El campo Sábalo comienza declinar hacia el año 2019. San Alberto, que ya está en fase de declinación, posiblemente pueda recuperar un poco pero vuelve a caer. Finalmente, Margarita para 2019 también entrará en fase de declinación. A este se debe añadir Incahuasi, que ha entrado en producción recientemente

En todos los casos, se ve que hacia el año 2025, estos cuatro megacampos estarán en fase de declinación. Es un aspecto que preocupa a los departamentos productores, como Chuquisaca, porque reciben regalías y también recursos del IDH como municipios, como universidades, la Renta Dignidad, etc. Entonces, es un tema preocupante porque la regalía se calcula a partir de la producción y el precio. Y la producción tiene una tendencia a disminuir porque estos megacampos se están comenzando a agotar.

Ese agotamiento toma tiempo, pero los países, para poder compensar esta caída, este envejecimiento de sus campos, lo que hacen es explorar nuevos. La exploración es una actividad lenta dentro del sector de hidrocarburos y debe ser constante para evitar este tipo de problemas.

Vemos que San Alberta ha empezado a declinar, pero ha entrado a producir Incahuasi en una dinámica de compensar la diminución de aquel campo. Cuando Incahuasi entre en su fase 2 va a producir cerca de 14 MMmc/d y va a permitir compensar la caída de Margarita-Huacaya y de Sábalo, que van a empezar a declinar. Pero aún así, desde nuestro punto de vista, es muy frágil que nuestra economía dependa de un campo nuevo, como es Incahuasi, para compensar la declinación de campos ya antiguos. Lo ideal sería que tengamos más proyectos ingresando ya en fase de producción.

Consensos regionales

Hay 99 áreas reservadas que pretendemos explorar (a través de YPFB, desde el año 2007) en todo el país. Sin embargo, la definición de la política hidrocarburífera de acuerdo a la Constitución es privativa del nivel central. Creemos que se debería buscar nuevos consensos con las regiones porque muchas de estas áreas están sobrepuestas, por ejemplo, a parques naturales y eso está dificultando enormemente la actividad exploratoria porque se requiere entrar a procesos de consulta, muchas veces muy largos y caros, que hacen más lenta la exploración. Entonces, se debe articular el desarrollo del sector hidrocarburos con una planificación departamental a largo plazo.

Sin resultados concretos

Aún no se cuenta con resultados concretos en ninguna de estas áreas, es decir, ninguna de estas 99 áreas todavía tiene algún resultado satisfactorio en términos de exploración. Han transcurrido nueve años y aún así no tenemos ningún resultado. Es un aspecto que sigue preocupando.

Es necesario reflexionar en qué mecanismos podemos desarrollar para incentivar la actividad exploratoria, de inversión, en los contratos petroleros que se están negociando. Recordemos que esta es una actividad riesgosa.

Diversificar la economía

No podemos seguir dependiendo solamente del sector hidrocarburos, que lo que hace es explotar un recurso natural que es no renovable. Desde 1950 ya se hablaba de diversificar la economía, pero es algo que no lo hemos podido lograr hasta ahora y seguramente nos va a tomar mucho tiempo, por lo tanto, vamos a seguir necesitando del sector de hidrocarburos como un impulsor de la economía. Entretanto llegue la diversificación, habrá que seguir apostando a la exploración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario