En Bolivia, el mercado financiero informal es muy grande. Va desde cooperativas que captan ahorros de los ciudadanos hasta préstamos a cambio de bienes que no son controladas por ninguna instancia del Estado.
La Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras (SBEF) clausuró el 25 de enero la empresa Roghel Bolivia, que captaba dineros del público y pagaba 10% de interés mensual, una cifra exorbitante si se toma en cuenta que las tasas que rigen en el mercado no pasan del 8%, pero al año.
Para la SBEF, las actividades de Roghel estaban al margen de la ley. Este hecho develó que en Bolivia, del conjunto de actividades financieras, la SBEF sólo regula bancos, mutuales, cooperativas —denominadas abiertas— y fondos financieros. En el país también existen cooperativas cerradas, que admiten recursos del público.
Otras entidades son sólo empresas que funcionan en el marco de la regulación comercial y trabajan con dinero de la gente y pagan altos intereses. En otros casos utilizan la modalidad de préstamos de dinero a cambio de oro, bienes muebles, inmuebles, vehículos, teléfonos, computadoras y otros artefactos. Este grupo de negocios no está regulado por ninguna instancia del Estado boliviano.
El ministro de Hacienda, Luis Arce Catacora, advirtió que la Ley de Bancos “es un muy clara cuando establece que toda entidad que capta recursos del público debe ser regulada por la Superintendencia de Bancos”. En ese marco, anunció que “se ha instruido al Superintendente de Bancos que elabore una ley que regule a todos estas instancias dedicadas a esta actividad”.
De ser así, también se incluiría en la regulación a las denominadas fundaciones o asociaciones financieras sin fines de lucro, más conocidas como Organizaciones no Gubernamentales (ONG).
Reynaldo Marconi, gerente General de la Asociación de Instituciones Financieras para el Desarrollo Rural (Finrural), explicó que sus afiliados no se oponen a ser regulados por la SBEF, pero que en años pasados el Gobierno pretendía que se conviertan en sociedades anónimas, es decir, en entidades lucrativas. “No se aceptó porque se perdería el fin de nuestro trabajo, que es apoyo al desarrollo”. En ese marco, dijo que las entidades sin fines de lucro, desde el año 2004, se organizaron en Finrural y se autorregulan, para ello adoptaron las mismas normas y procedimientos que aplica la Superintendencia de Bancos.
No obstante, Marconi dejó entrever la posibilidad de ser regulados por la Superintendencia de Bancos. “Sólo en ese momento empezaremos a captar recursos del público. En la actualidad —dijo— se utilizan diferentes modalidades de crédito que pueden ser asociativos o solidarios”.
Con relación a las cooperativas cerradas, el director de Cooperativas del Ministerio de Trabajo, Raúl Tórrez Rinaldo, afirmó que en el marco de las normas vigentes, éstas sólo pueden actuar en su jurisdicción, y que para ser reguladas o fiscalizadas anualmente deben presentar sus balances de gestión. “Como en todo, hay cooperativas que cumplen las disposiciones, pero otras no”.
Admitió también que “a veces, por falta de recursos humanos, no siempre se alcanza a supervisar a todas”. Se calcula que en el país las cooperativas cerradas superan el número de 60.
Pese a que la norma dice que estas entidades sólo pueden trabajar en el marco de su jurisdicción, la cooperativa Jerusalén —cuya sede está en Santa Cruz— logró del Gobierno la calificación para intermediar en la compra y construcción de viviendas. La entidad tiene proyectos en Santa Cruz, El Alto, Chuquisaca y Tarija.
Las normas de regulación señalan que la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras es la encargada de “mantener la confianza del público en el sistema a través de regulación y supervisión orientada a lograr el funcionamiento transparente, eficiente y solvente de las entidades financieras que garantice la protección de los ahorros del público”.
El 11 de enero, la Superintendencia intervino Mutual Guapay. Los ahorristas no se vieron perjudicados por esta situación. La cartera de activos y pasivos fue transferida al Banco Bisa.
En el caso de Roghel, la SBEF anunció que los ahorros corren el riesgo de no ser recuperados porque actuaba al margen de la ley. Fernando Prado, secretario Ejecutivo de la Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microfinanzas (Asofin), remarcó que evidentemente “el mercado financiero informal en Bolivia es muy grande y la gente corre el riesgo de perderlo todo”.
Los negocios
Las entidades actúan en el marco de diferentes normas o sin ellas.
Superintendencia • Protege a los ahorristas de entidades financieras como bancos, mutuales, fondos financieros y cooperativas que están bajo su marco de regulación.
Finrural • Agrupa a 15 fundaciones y asociaciones (ONG), denominadas “sin fines de lucro”, que prestan dinero bajo diferentes modalidades y tasas de interés. Dicen ser autorreguladas.
Cooperativas • Existen cooperativas abiertas que están reguladas por la Súper de Bancos, pero las cerradas son supervisadas por la dirección de Cooperativas.
Comerciales • Son empresas que en el marco de normas de actividades comerciales captan recursos y prestan dinero a cambio de joyas y otros bienes. No están reguladas.
Prestamistas • En el mercado hay muchos negocios que, bajo la modalidad de la confianza entre privados, prestan dinero a cambio de joyas, autos, teléfonos. No están sujetos a ninguna regulación.
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