La falta de monedas metálicas en los supermercados, tiendas, casas de cambio, centros de abastecimiento y otros lugares de compra y venta de productos se hace sentir cada vez con más fuerza en el país, y tiende a agudizarse si es que el Banco Central de Bolivia (BCB) y el Gobierno no ponen en marcha un plan que contemple una nueva acuñación de monedas y una política económica acorde a la realidad que viven los bolivianos, advierten algunos economistas.
Basta con subir a los micros, ir a los mercados, o cargar combustible para darse cuenta de la escasez de monedas.
El tema preocupa, porque a medida de que se incrementan los precios de los productos, la gente ahora sí está reclamando los 10 o 20 centavos porque su dinero no le alcanza como antes para comprar los alimentos que requiere. En ese sentido, la población comienza a exigir que no le den pastillas, chicles o curitas, sino lo que corresponde en moneda.
Según el presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, Waldo López, el titular de la entidad colegiada de Santa Cruz, Teófilo Caballero, y el analista Bernard Inch, el asunto debe ser resuelto principalmente por el BCB y el ministro de Hacienda, que deben coordinar acciones conjuntas para solucionar a la brevedad posible la falta de este circulante.
A criterio de Caballero, esto obedece a que ha habido una gran emisión de billetes en los últimos meses lo cual no ha sido acompañada por la acuñación de monedas, para facilitar las transacciones pequeñas.
Precisamente, la emisión monetaria se ha cuadruplicado en los últimos 5 años en forma vertiginosa producto de que el BCB se ha convertido en un comprador nato de dólares subiendo sus reservas de $us 1.714 millones a $us 5.308 millones a diciembre 2007.
También señala que las instituciones que conforman el sistema financiero tienen que trasladarse hasta La Paz para aprovisionarse de monedas, pues el BCB no tiene agencias regionales, cuando es obligación del ente entregar las monedas en las puertas de los bancos.
Por su lado, el economista López, que coincidió con dichas apreciaciones, complementó que existe la posibilidad de que las monedas se la estén llevando de contrabando a otros países las cuales pueden ser usadas o bien como artículos de bisutería o que sean aleadas con otros metales para ser usados para otros fines.
Por su parte, el analista Inch afirmó que es un problema latente que no está siendo bien manejado por el Gobierno. “Eso pasa por los cheques venezolanos y la forma en que se reparte el dinero boliviano a los municipios rurales. Se maneja el dinero de una manera indisciplinada y política. Y no sólo es el gasto corriente sino el de inversión”, agregó.
Estos elementos pueden contribuir peligrosamente a que se fortalezca un mercado negro de compraventa de monedas con el consiguiente perjuicio a las transacciones económicas.
Los banqueros también exteriorizaron su preocupación e indicaron que el tema debe ser resuelto por el BCB.
El BCB y el Ministerio de Hacienda estudian el caso y hoy se pronunciarán.
Denuncian especulación en Argentina
En una página de subastas por Internet se ofrecen diez monedas de un peso por 12 pesos, es decir, un 20% más. La operación está penada por la ley que restringe la intermediación financiera en Argentina.
Parece mentira, pero la carencia de monedas entre el público generó que las mismas coticen por encima de su valor nominal. Al menos así se percibe por un curioso negocio surgido en una página web dedicada a transacciones informales.
Se trata de una oferta de diez monedas de un peso a cambio de 12 pesos, en la que, por supuesto, el negociante acepta billetes. La escasez de emisiones de metal en circulación llevó días pasados a una entidad de autoservicios a reclamar, ante escribano público, que los bancos les cambien los billetes por monedas y así poder abastecer a sus clientes. Miguel Ángel Calvete, titular de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Chinos, declaró que suelen ofrecerse monedas a cambio de una comisión.
Una cámara oculta de C5N demostró cómo las monedas se venden y la manera en que se cobra por ellas una importante comisión.
Por el tema ya se desató una controversia entre empresarios.
Mientras tanto, en Bolivia algunos expertos denuncian que la escasez pasa por el interés de otros países en obtener el níquel, elemento que es utilizado en la acuñación de monedas en aleaciones de níquel y cobre. El caso comienza a ser investigado por la Aduana.
Basta con subir a los micros, ir a los mercados, o cargar combustible para darse cuenta de la escasez de monedas.
El tema preocupa, porque a medida de que se incrementan los precios de los productos, la gente ahora sí está reclamando los 10 o 20 centavos porque su dinero no le alcanza como antes para comprar los alimentos que requiere. En ese sentido, la población comienza a exigir que no le den pastillas, chicles o curitas, sino lo que corresponde en moneda.
Según el presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, Waldo López, el titular de la entidad colegiada de Santa Cruz, Teófilo Caballero, y el analista Bernard Inch, el asunto debe ser resuelto principalmente por el BCB y el ministro de Hacienda, que deben coordinar acciones conjuntas para solucionar a la brevedad posible la falta de este circulante.
A criterio de Caballero, esto obedece a que ha habido una gran emisión de billetes en los últimos meses lo cual no ha sido acompañada por la acuñación de monedas, para facilitar las transacciones pequeñas.
Precisamente, la emisión monetaria se ha cuadruplicado en los últimos 5 años en forma vertiginosa producto de que el BCB se ha convertido en un comprador nato de dólares subiendo sus reservas de $us 1.714 millones a $us 5.308 millones a diciembre 2007.
También señala que las instituciones que conforman el sistema financiero tienen que trasladarse hasta La Paz para aprovisionarse de monedas, pues el BCB no tiene agencias regionales, cuando es obligación del ente entregar las monedas en las puertas de los bancos.
Por su lado, el economista López, que coincidió con dichas apreciaciones, complementó que existe la posibilidad de que las monedas se la estén llevando de contrabando a otros países las cuales pueden ser usadas o bien como artículos de bisutería o que sean aleadas con otros metales para ser usados para otros fines.
Por su parte, el analista Inch afirmó que es un problema latente que no está siendo bien manejado por el Gobierno. “Eso pasa por los cheques venezolanos y la forma en que se reparte el dinero boliviano a los municipios rurales. Se maneja el dinero de una manera indisciplinada y política. Y no sólo es el gasto corriente sino el de inversión”, agregó.
Estos elementos pueden contribuir peligrosamente a que se fortalezca un mercado negro de compraventa de monedas con el consiguiente perjuicio a las transacciones económicas.
Los banqueros también exteriorizaron su preocupación e indicaron que el tema debe ser resuelto por el BCB.
El BCB y el Ministerio de Hacienda estudian el caso y hoy se pronunciarán.
Denuncian especulación en Argentina
En una página de subastas por Internet se ofrecen diez monedas de un peso por 12 pesos, es decir, un 20% más. La operación está penada por la ley que restringe la intermediación financiera en Argentina.
Parece mentira, pero la carencia de monedas entre el público generó que las mismas coticen por encima de su valor nominal. Al menos así se percibe por un curioso negocio surgido en una página web dedicada a transacciones informales.
Se trata de una oferta de diez monedas de un peso a cambio de 12 pesos, en la que, por supuesto, el negociante acepta billetes. La escasez de emisiones de metal en circulación llevó días pasados a una entidad de autoservicios a reclamar, ante escribano público, que los bancos les cambien los billetes por monedas y así poder abastecer a sus clientes. Miguel Ángel Calvete, titular de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Chinos, declaró que suelen ofrecerse monedas a cambio de una comisión.
Una cámara oculta de C5N demostró cómo las monedas se venden y la manera en que se cobra por ellas una importante comisión.
Por el tema ya se desató una controversia entre empresarios.
Mientras tanto, en Bolivia algunos expertos denuncian que la escasez pasa por el interés de otros países en obtener el níquel, elemento que es utilizado en la acuñación de monedas en aleaciones de níquel y cobre. El caso comienza a ser investigado por la Aduana.
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