“Usted puede obtener dinero en cinco minutos con una joya de oro, papeles de su casa o departamento, teléfono, computadora o cualquier otro bien”, rezan los anuncios que tientan a la gente a acceder a un préstamo.
Para garantía de pago, la suscripción de un contrato entre las partes interesadas es el único respaldo para el deudor, pero el prestamista tiene los papeles originales de su casa, su teléfono, sus joyas e incluso su auto en un garaje y hasta sus papeles.
Prendamás es una de las instituciones más antiguas en Bolivia, tiene 16 agencias en La Paz, El Alto, Cochabamba, Quillacollo, Santa Cruz y Montero.
Su especialidad es el trabajo con oro, presta 16 dólares por gramo de 18 quilates a una tasa de interés de 3% mensual.
Entidades de este tipo no están reguladas por la Superintendencia de Bancos. En el mercado financiero existen muchos de estos negocios que prestan dinero a cambio de todo tipo de bienes y también captan recursos (ahorros) del público.
La Razón visitó varias de estas casas de préstamo. Por ejemplo, Presfin cobra un interés de 3%. Si la garantía es un vehículo, éste se queda en un garaje con los papeles en orden y al día, hasta que el dueño termine de pagar su deuda. Cuasfin es otra entidad no regulada, presta dinero a cambio de bienes. Los intereses, según el monto, van desde el 3% hasta el 10% mensual.
Como estas instituciones hay varias. Superpréstamo, Ágil, Prestafácil, Credisol, Cristos Bol. A las que se suman las que no tienen ningún nombre y sólo presentan grandes letreros que dicen: “Préstamos en sólo horas”.
Según el secretario Ejecutivo de la Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microfinanzas (Asofin), Fernando Prado, la Superintendencia de Bancos no puede actuar de oficio para regular a estas entidades; pero sí deberían hacerlo el Ministerio Público, el Servicio de Impuestos Nacionales o el Ministerio de Hacienda.
Señaló que este tipo de negocios son informales. “El último ejemplo es la empresa Roghel Bolivia, que estaba captando recursos sin control y pagando altas tasa de interés”.
Para garantía de pago, la suscripción de un contrato entre las partes interesadas es el único respaldo para el deudor, pero el prestamista tiene los papeles originales de su casa, su teléfono, sus joyas e incluso su auto en un garaje y hasta sus papeles.
Prendamás es una de las instituciones más antiguas en Bolivia, tiene 16 agencias en La Paz, El Alto, Cochabamba, Quillacollo, Santa Cruz y Montero.
Su especialidad es el trabajo con oro, presta 16 dólares por gramo de 18 quilates a una tasa de interés de 3% mensual.
Entidades de este tipo no están reguladas por la Superintendencia de Bancos. En el mercado financiero existen muchos de estos negocios que prestan dinero a cambio de todo tipo de bienes y también captan recursos (ahorros) del público.
La Razón visitó varias de estas casas de préstamo. Por ejemplo, Presfin cobra un interés de 3%. Si la garantía es un vehículo, éste se queda en un garaje con los papeles en orden y al día, hasta que el dueño termine de pagar su deuda. Cuasfin es otra entidad no regulada, presta dinero a cambio de bienes. Los intereses, según el monto, van desde el 3% hasta el 10% mensual.
Como estas instituciones hay varias. Superpréstamo, Ágil, Prestafácil, Credisol, Cristos Bol. A las que se suman las que no tienen ningún nombre y sólo presentan grandes letreros que dicen: “Préstamos en sólo horas”.
Según el secretario Ejecutivo de la Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microfinanzas (Asofin), Fernando Prado, la Superintendencia de Bancos no puede actuar de oficio para regular a estas entidades; pero sí deberían hacerlo el Ministerio Público, el Servicio de Impuestos Nacionales o el Ministerio de Hacienda.
Señaló que este tipo de negocios son informales. “El último ejemplo es la empresa Roghel Bolivia, que estaba captando recursos sin control y pagando altas tasa de interés”.
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