El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en enero un incremento de 1,29%, respecto a diciembre de 2010. Este cálculo, según el Instituto Nacional de Estadística, incluye los efectos del gasolinazo de Navidad y de la escasez de azúcar en el mercado.
Una vez conocido el dato, dos economistas manifestaron sus dudas y pusieron, otra vez en duda las técnicas que utiliza actualmente el INE.
El crecimiento en el índice inflacionario se explica por el aumento de precios en los alimentos y bebidas, que fue de 2,22%. Al contrario, el índice que más bajó en enero fue el del transporte, 4,42%. La inflación a 12 meses, o acumulada, subió hasta 8,38% a enero 2011, según el INE. Así ya se fue un tercio de la meta del 2011, que es 4%.
Dudas
Según el economista Gonzalo Chávez, en la ponderación realizada primero se aumentaron las tarifas del transporte y después las bajaron, según el cálculo realizado por el INE.
“Eso hace bajar el promedio para medir la inflación general, hubo tentativas de aumento de tarifas en el transporte público, pero en ningún momento un incremento oficial”, explicó.
Añadió que en las cifras del INE, después se baja la inflación del sector transporte, pero las tarifas en la realidad nunca bajaron de precio y se mantienen como antes del gasolinazo.
“Cuando haces una ponderación, colocas un hecho que no ha ocurrido como negativo, eso hace bajar el promedio”, explicó.
Por su parte, el director ejecutivo de la Fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez, agregó que el tipo de ponderación y cálculo que realiza el INE no es claro.
“Este tipo de cálculos que realizan derivan en que no se refleje claramente el impacto que ha tenido realmente la inflación de alimentos sobre el índice general de la inflación de enero”.
Insistió en que el impacto de la inflación de alimentos es mucho más fuerte para las familias de escasos recursos económicos, quienes destinan más de la mitad de sus ingresos para la alimentación dentro del hogar.
“Esto es lo preocupante, porque el golpe es duro y es directo para los más pobres”, añadió.
Ambos analistas coinciden en que, en los hechos, el impacto del gasolinazo es mayor.
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