La deuda externa de Bolivia asciende a $us 5.262 millones en términos monetarios; es decir, que cada boliviano debe un promedio de $us 500, como sucediera hace nueve años, en el periodo 1995-2005, cuando los pasivos eran $us 4.700 millones. Sobre el tema, el Ministerio de Economía y Finanzas afirma que la deuda pública externa de mediano y largo plazo “es absolutamente sostenible”.
Carlos Gustavo Machicao, investigador del Instituto Nacional de Estudios Avanzados en Desarrollo, dijo que la deuda externa se ha incrementado un 23% entre 2012 y 2013, principalmente a escala multilateral con el Banco de Desarrollo de América Latina- CAF y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para obras de infraestructura.
“A pesar de que la deuda total se ha incrementado, sigue siendo baja en proporción al Producto Interno Bruto (17%), lo que no es un peligro para la economía. En todo caso, lo que se debe cuidar es que el déficit fiscal no se dispare en este ni en los siguientes años, en que otras fuentes de financiamiento, como ingresos por impuestos, se vean reducidas”, agregó.
Sostuvo que el hecho que Bolivia se haya graduado como país de ingresos medios hace que ya no pueda acceder a créditos concesionales, por lo que la deuda que contraiga sería a tasas de interés mayores.
Mientras, el analista económico Marcelo Núñez precisó que un país es similar a una empresa y a medida que crece se endeuda, pero lo importante es que el crédito sea manejable y controlable. “En cuanto al manejo de la deuda externa no existe demasiado riesgo, por cuanto el Gobierno es lo que muestra a escala internacional, el problema radica en el riesgo de incrementarse significativamente la deuda interna”, advirtió
El Ejecutivo
“Absolutamente sostenible con respecto al PIB”
La deuda externa de mediano y largo plazo es absolutamente sostenible porque, hasta diciembre de 2013, sólo representaba un 17% del Producto Interno Bruto Nominal del país, mientras que en 2005 este endeudamiento llegaba al 52% del PIB, afirmó el Ministerio de Economía. “El Gobierno se esforzó no sólo en controlar el crecimiento de la deuda externa, sino también en rebajarla respecto al PIB Nominal”.
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