Lo dijo el sabio Salomón: el que toma prestado es siervo del que presta. Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas a junio de 2013, el Estado contrajo una deuda interna de Bs 28.171 millones de los cuales un 66% son préstamos del sector privado, principalmente las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y un 34% del Banco Central de Bolivia (BCB).
Esta cifra, según analistas y autoridades del sector, puede comprometer los aportes de los trabajadores a las AFP ya que, si los objetivos para estas inversiones se los decide a base de criterios políticos y sin estudios que puedan anticipar riesgos, pueden terminar -a largo plazo- siendo donaciones o gastos sin efectos de desarrollo.
El BCB, por ejemplo, ya desembolsó Bs 12.823 millones para proyectos estatales entre ellos la Empresa Azucarera San Buenaventura, YPFB, Ende, el teleférico de La Paz, el Finpro, entre otros, pidiendo como garantía las letras del Tesoro General de la Nación (TGN) emitidas a nombre del mismo BCB.
El TGN respondería
“Si estas empresas por algún motivo no pudieran efectuar el pago de sus obligaciones al BCB, el TGN lo haría por cuenta de ellos”, explicó David Espinoza, gerente de operaciones internacionales del BCB.
El directivo explicó además que los créditos que otorga el BCB tienen un plazo de entre 10 y 20 años y una tasa de interés concesional que no supera el 1,5% pensando en que estas empresas generen ‘recursos excedentes’. Dijo además que los préstamos se realizan en moneda nacional y que son aprobados por la Asamblea y evaluados por el directorio del BCB.
Sobre estos préstamos, Roberto Laserna, investigador de la Fundación Milenio, dijo que no afectarán la estabilidad económica inmediata del país, pero que ponen en riesgo las posibilidades de desarrollo sostenible a mediano plazo.
“Están absorbiendo recursos que podrían ser mejor empleados si fueran puestos a disposición de los agentes económicos en condiciones de competencia equitativa”, explicó Laserna y añadió que estos préstamos dependen más de la política y de la burocracia que del mercado.
Además, llama la atención la política de endeudamiento del Sector Público No Financiero (SPNF) en un ambiente de superávit fiscal debido al incremento de los ingresos fiscales, lo que es cuestionable, según los profesionales. El SPNF está incrementando la deuda, por lo que deberá pagar intereses, para constituir depósitos en el BCB, por los que el país no recibe intereses (eventualmente estos depósitos contribuyen a incrementar las Reservas Internacionales, sobre las que se generan algunos intereses, pero mucho menores a los que se terminan pagando por el endeudamiento externo e interno).
Disponen el 37% de las AFP Un 37% de los más de Bs 40.000 millones que manejaron en 2013 los fondos de pensiones se invierten en compra de bonos que le permiten al Estado acceder a financiamiento a través del mercado de valores. “Existe una garantía implícita que es la fe del Estado”, aseveró Kathya Vaca Díez, ex gerenta regional de AFP Futuro de Bolivia.
La ejecutiva dijo además que las AFP destinan más del 60% de sus inversiones en el sector privado como las entidades financieras y en las sociedades anónimas con buena calificación de riesgo de diferentes sectores. “Hay que tomar en cuenta que en su momento alrededor del 80% del ahorro de los trabajadores llegó a concentrarse en títulos estatales”, explicó Vaca Díez.
Al respecto, Laserna explicó que si estos préstamos que realizan las AFP no se recuperan por la baja rentabilidad de los proyectos estatales los trabajadores tendrán que cubrir la demanda. Sobre el tema, se contactó con el Ministerio de Economía, pero no respondieron.
Angélica Canavire, investigadora de la Fundación Jubileo, señaló que el crecimiento registrado en el Producto Interno Bruto de Bolivia no se debe a un proceso de industrialización, como se hubiera deseado, sino que se debe a la buena cotización de los hidrocarburos, principalmente, y los minerales, que son los principales productos que exporta Bolivia.
Asegura que si se mantiene esa tendencia, el país estará ‘bien’, pero si bajan se pueden generar algunos problemas, porque no hay una dependencia de lo que se produce, sino de la cotización de los precios de las materias primas, como el gas natural. Cabe destacar, sin embargo, que la deuda pública es el nivel más bajo con relación al PIB, pues en 2003 era del 64%, mientras que en septiembre de 2013 llegó al 16%.
Asimismo, preocupa a los analistas los préstamos a las empresas estatales, habida cuenta de que el año pasado 10 de ellas registraron déficit financiero por Bs 2.301 millones (esto significa que están gastando más de lo que reciben), según el analista Germán Molina.
El economista Carlos Hugo Barbery advierte que las estatales no son reguladas por la Contraloría ni el Ministerio de Transparencia y sus contratos no deben pasar por el Congreso, lo que representa un riesgo a la hora de cobrar los créditos otorgados por el Banco Central.
Análisis
El producto interno depende en 45% del factor externo
Carlos Hugo Barbery - Economista
Si bien desde la perspectiva del stock la deuda a las AFP no es muy representativa para el componente de déficit interno sí es importante. Es bueno mirar a largo plazo porque con la nueva Ley de Pensiones las AFP serán administradas por la Gestora Pública que tendá representantes de los ministerios, lo que genera cierto riesgo al ser juez y parte. Por ello, ahora es manejable, pero en el largo plazo se debe ver con cuidado porque la deuda externa se puede condonar, pero la interna no porque es entre los bolivianos.
El segundo ítem es el mercado financiero, ahora todos los bonos que tenga el Estado con el mercado financiero están por Bs 7.500 millones y cuando vemos a futuro se debe manejar con cuidado. Ahora, entre deuda interna y externa tenemos un stock respecto al PIB del 35 al 40%, niveles ponderables con respecto a los países vecinos. Sin embargo, el PIB depende en un 45% de los precios internacionales, lo que es un problema, porque ahora se debate si es un tema de ciclo o reconfiguración económica mundial. Los ingresos por IDH y regalías están ligados al precio del petróleo porque surge de una fórmula que beneficia a Bolivia, entonces Brasil paga $us 8 y Argentina $us 11 por millar de BTU cuando en el mercado se cotiza en $us 3,40. Entonces, los nuevos contratos que se tengan que firmar deberían ser muy generosos para que mantengan esos valores y entonces se corre el riesgo de que la relación deuda-PIB cambie.
Ahora, sobre las empresas estatales, todos sabemos que estamos en un año electoral y existe la propensión al gasto que se puede dar tanto en bienes como en servicios a un precio predatorio porque se tomarán decisiones con fines más políticos que económicos y luego, será el Tesoro General de la Nación el que deberá asumir la deuda.
El Banco Central admite que compra equipos con dinero de las reservas
Los créditos que otorga el Banco Central de Bolivia (BCB) a las empresas estatales se realizan en moneda nacional; sin embargo, si la compañía requiere efectuar la importación de maquinaria, el BCB utiliza fondos de las reservas internacionales ya que el pago es en divisas. Así lo confirmó David Espinoza, gerente de operaciones internacionales del BCB.
El directivo explicó como ejemplo que la Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba) ha encargado gran parte de la instalación de la fábrica bajo la modalidad de contrato ‘llave en mano’ con la compañía china CAMNC Engineering Co. lo que le significó realizar pagos al exterior en moneda extranjera.
“Si bien hay estas disminuciones, aun así las reservas internacionales han continuado creciendo. Se mantiene un nivel bastante adecuado para nuestra economía”, dijo Espinoza.
Al 31 de diciembre de 2013 las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país alcanzaron los $us 14.430 millones incrementándose en $us 503,4 millones con respecto a 2012. Sin embargo, con el crecimiento de 2013 alcanzó solamente un 4%.
Según el BCB este comportamiento se originó “por la transferencia de recursos para la creación del Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro) con un aporte de $us 600 millones por la otorgación de un crédito a 30 años y sin intereses -destino que no precisan- y por la depreciación del precio del oro y de algunas divisas en 2013.
Un 69% de las reservas internacionales se ahorra en dólares estadounidenses, seguido por el oro y euro con 11% cada uno, mientras que las demás monedas tuvieron participaciones menores.
“El ingreso por la inversión de las reservas internacionales es la fuente principal de rentas del Banco Central y con esto se pagan los intereses por los títulos emitidos por el BCB, gastos operativos y el bono Juana Azurduy”, agregó
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