Cuando el pan costaba 0,30 centavos, con un boliviano se podía comprar tres unidades del producto y hasta quedaba cambio. Actualmente, con la misma suma de dinero, con suerte se adquiere dos marraquetas, pero de menor tamaño y peso.
“Es el ejemplo más claro de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios cuando hay inflación”, afirma Napoleón Pacheco, presidente de la Fundación Milenio. Esta situación no es exclusiva del pan, sino que también ocurre con otros productos, puesto que ya no se compra la misma cantidad de alimentos que hace unos meses con el mismo monto de dinero.
El problema podría solucionarse con un incremento salarial similar a la tasa de inflación. Sin embargo, Pacheco y otros tres expertos consultados por La Razón coinciden en que, si se aumentan sueldos, se podría ingresar en una espiral inflacionaria.
En mayo, la inflación llegó a 1,87%; mientras, la acumulada durante los primeros cinco meses del año fue de 7,49% y el índice a 12 meses está en 17%.
A decir de Waldo López, presidente del Colegio Nacional de Economistas, la inflación que actualmente se registra en el país podría denominarse alimentaria, ya que el grupo de alimentos y bebidas es el que más está afectando al índice. En ello concuerda Pacheco al indicar que los alimentos y bebidas aumentaron en mayo en 4,94% y el promedio del aumento de precios fue de 1,87%. “Entonces, el incremento de precios de los alimentos ha sido más fuerte que el promedio de aumento de precios”.
Los expertos explican que, si se toma la cifra de inflación acumulada entre enero y mayo, los salarios han perdido un poder adquisitivo de 7,49%.
Armando Méndez, ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), señala que cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) empieza a subir, los costos de producción tratarán de ajustarse a esa tasa, particularmente los salarios. “La gente tratará de tener un aumento que compense la pérdida”, afirma el economista.
Una aparente solución a este problema podría ser un aumento salarial en un porcentaje similar al índice. No obstante, la cura puede resultar peor que el mal.
El economista Alberto Bonadona sostiene que si suben los salarios, se va a generar un proceso hiperinflacionario.
Pacheco coincide con Bonadona al precisar que, con un incremento salarial, la gente tendrá más dinero y empezará a comprar más productos. Entonces —añade—, aumentará la demanda, pero como no hay suficiente oferta, los precios volverán a subir.
Méndez acota que un incremento salarial es de doble filo, puesto que, por un lado, un trabajador que recibe este beneficio sentirá que fue compensado por la pérdida. “La parte mala es que, cuando se da este aumento de sueldos, las empresas y todos van a tener que volver a subir los precios para poder financiar los incrementos”.
Los expertos coinciden en que la solución a largo plazo es aumentar la producción agrícola para que suba la oferta y bajen los precios. Méndez y López consideran que una política errada sería aplicar subsidios.
Ambos economistas y Napoleón Pacheco concuerdan en que únicamente el control del gasto podrá frenar la inflación.
Puntos de vista
Afectará como el impuesto más duro
ALBERTO BONADONA. Economista.
“Hay una pérdida del poder adquisitivo y eso va a continuar porque la tasa de inflación va a aproximarse al 20% para fin de año. Eso va a afectar como uno de los impuestos más duros contra la población más pobre.
La nueva base que está utilizando el INE está mostrando que, nueva base o no, aumenta la inflación. Además, refleja el aumento de precios en las ciudades más inflacionarias que son Oruro y Potosí (...) Lo que no puede subir son los salarios cuando se quiere generar estabilidad.
Si suben los salarios, se va a generar un proceso hiperinflacionario, por lo tanto, no se puede aumentar los sueldos al mismo nivel que la inflación. Esa es la triste situación de una economía capitalista en la cual todavía tendremos que vivir”.
El proceso inflacionario será intenso
ARMANDO MÉNDEZ. Ex presidente del BCB.
“Un principio en economía es que cuando la inflación empieza a crecer, los costos se empiezan a ajustar a este índice.
Los salarios son los principales costos de la producción. Por tanto, van a tender a ajustarse a esta tasa de inflación. Como los sueldos están rezagados con la inflación —porque el ajuste que se hace es anual— los trabajadores van a empezar a pedir con justa razón que se les devuelva el poder adquisitivo perdido, es decir, van a exigir un incremento que esté en el orden del 17% anual. Y eso va a intensificar el proceso inflacionario que Bolivia ya está viviendo.
El índice de inflación indica la pérdida de poder de compra del dinero, es decir, si la inflación en un año es de 17%, el dinero hoy vale menos de un 17%”.
El tema es incentivar la producción
WALDO LÓPEZ. Presidente del Colegio de Economistas.
“Si la inflación es mayor que la compensación salarial, los trabajadores tienen menos poder adquisitivo, es decir, van a comprar menos bienes y servicios, y fundamentalmente alimentos, porque un alto porcentaje del gasto de las familias bolivianas está destinado a los alimentos.
Hasta fin de año, los trabajadores se van a empobrecer, porque la pérdida del poder adquisitivo es empobrecer a la gente. Las clases altas, de alguna forma, pueden defenderse. La clase media y la de bajos ingresos van a ser las más afectadas. Un incremento salarial genera capacidad de demanda y la oferta no aumenta. Eso genera nuevamente inflación. El tema de fondo es incentivar la producción”.
No se recuperó el poder adquisitivo
NAPOLEÓN PACHECO. Presidente de la Fundación Milenio.
“El incremento de 10 % a la masa salarial que ha dado el Gobierno a comienzos de este año no cubre el incremento de precios que hubo el año pasado.
El 2007, la inflación fue de 11,73 por ciento y el aumento de sueldos del año pasado fue no mayor al 5 por ciento. Entonces, lo que aumentó el Gobierno este año ni siquiera alcanzó para cubrir la pérdida adquisitiva de salarios ocurrida durante el 2007. En este momento de aumento de precios, no ha habido un incremento salarial que permita recuperar la pérdida de los salarios. El impacto de la inflación es muy fuerte porque, si bien afecta a todos los ciudadanos, afecta con más fuerza a la gente de ingresos más bajos”.
“Es el ejemplo más claro de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios cuando hay inflación”, afirma Napoleón Pacheco, presidente de la Fundación Milenio. Esta situación no es exclusiva del pan, sino que también ocurre con otros productos, puesto que ya no se compra la misma cantidad de alimentos que hace unos meses con el mismo monto de dinero.
El problema podría solucionarse con un incremento salarial similar a la tasa de inflación. Sin embargo, Pacheco y otros tres expertos consultados por La Razón coinciden en que, si se aumentan sueldos, se podría ingresar en una espiral inflacionaria.
En mayo, la inflación llegó a 1,87%; mientras, la acumulada durante los primeros cinco meses del año fue de 7,49% y el índice a 12 meses está en 17%.
A decir de Waldo López, presidente del Colegio Nacional de Economistas, la inflación que actualmente se registra en el país podría denominarse alimentaria, ya que el grupo de alimentos y bebidas es el que más está afectando al índice. En ello concuerda Pacheco al indicar que los alimentos y bebidas aumentaron en mayo en 4,94% y el promedio del aumento de precios fue de 1,87%. “Entonces, el incremento de precios de los alimentos ha sido más fuerte que el promedio de aumento de precios”.
Los expertos explican que, si se toma la cifra de inflación acumulada entre enero y mayo, los salarios han perdido un poder adquisitivo de 7,49%.
Armando Méndez, ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), señala que cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) empieza a subir, los costos de producción tratarán de ajustarse a esa tasa, particularmente los salarios. “La gente tratará de tener un aumento que compense la pérdida”, afirma el economista.
Una aparente solución a este problema podría ser un aumento salarial en un porcentaje similar al índice. No obstante, la cura puede resultar peor que el mal.
El economista Alberto Bonadona sostiene que si suben los salarios, se va a generar un proceso hiperinflacionario.
Pacheco coincide con Bonadona al precisar que, con un incremento salarial, la gente tendrá más dinero y empezará a comprar más productos. Entonces —añade—, aumentará la demanda, pero como no hay suficiente oferta, los precios volverán a subir.
Méndez acota que un incremento salarial es de doble filo, puesto que, por un lado, un trabajador que recibe este beneficio sentirá que fue compensado por la pérdida. “La parte mala es que, cuando se da este aumento de sueldos, las empresas y todos van a tener que volver a subir los precios para poder financiar los incrementos”.
Los expertos coinciden en que la solución a largo plazo es aumentar la producción agrícola para que suba la oferta y bajen los precios. Méndez y López consideran que una política errada sería aplicar subsidios.
Ambos economistas y Napoleón Pacheco concuerdan en que únicamente el control del gasto podrá frenar la inflación.
Puntos de vista
Afectará como el impuesto más duro
ALBERTO BONADONA. Economista.
“Hay una pérdida del poder adquisitivo y eso va a continuar porque la tasa de inflación va a aproximarse al 20% para fin de año. Eso va a afectar como uno de los impuestos más duros contra la población más pobre.
La nueva base que está utilizando el INE está mostrando que, nueva base o no, aumenta la inflación. Además, refleja el aumento de precios en las ciudades más inflacionarias que son Oruro y Potosí (...) Lo que no puede subir son los salarios cuando se quiere generar estabilidad.
Si suben los salarios, se va a generar un proceso hiperinflacionario, por lo tanto, no se puede aumentar los sueldos al mismo nivel que la inflación. Esa es la triste situación de una economía capitalista en la cual todavía tendremos que vivir”.
El proceso inflacionario será intenso
ARMANDO MÉNDEZ. Ex presidente del BCB.
“Un principio en economía es que cuando la inflación empieza a crecer, los costos se empiezan a ajustar a este índice.
Los salarios son los principales costos de la producción. Por tanto, van a tender a ajustarse a esta tasa de inflación. Como los sueldos están rezagados con la inflación —porque el ajuste que se hace es anual— los trabajadores van a empezar a pedir con justa razón que se les devuelva el poder adquisitivo perdido, es decir, van a exigir un incremento que esté en el orden del 17% anual. Y eso va a intensificar el proceso inflacionario que Bolivia ya está viviendo.
El índice de inflación indica la pérdida de poder de compra del dinero, es decir, si la inflación en un año es de 17%, el dinero hoy vale menos de un 17%”.
El tema es incentivar la producción
WALDO LÓPEZ. Presidente del Colegio de Economistas.
“Si la inflación es mayor que la compensación salarial, los trabajadores tienen menos poder adquisitivo, es decir, van a comprar menos bienes y servicios, y fundamentalmente alimentos, porque un alto porcentaje del gasto de las familias bolivianas está destinado a los alimentos.
Hasta fin de año, los trabajadores se van a empobrecer, porque la pérdida del poder adquisitivo es empobrecer a la gente. Las clases altas, de alguna forma, pueden defenderse. La clase media y la de bajos ingresos van a ser las más afectadas. Un incremento salarial genera capacidad de demanda y la oferta no aumenta. Eso genera nuevamente inflación. El tema de fondo es incentivar la producción”.
No se recuperó el poder adquisitivo
NAPOLEÓN PACHECO. Presidente de la Fundación Milenio.
“El incremento de 10 % a la masa salarial que ha dado el Gobierno a comienzos de este año no cubre el incremento de precios que hubo el año pasado.
El 2007, la inflación fue de 11,73 por ciento y el aumento de sueldos del año pasado fue no mayor al 5 por ciento. Entonces, lo que aumentó el Gobierno este año ni siquiera alcanzó para cubrir la pérdida adquisitiva de salarios ocurrida durante el 2007. En este momento de aumento de precios, no ha habido un incremento salarial que permita recuperar la pérdida de los salarios. El impacto de la inflación es muy fuerte porque, si bien afecta a todos los ciudadanos, afecta con más fuerza a la gente de ingresos más bajos”.
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