Durante esta gestión casi no hubo demanda de dólares en el bolsín del Banco Central de Bolivia (BCB) debido a que, según analistas, hay abundancia de esa divisa en el mercado por las exportaciones y las remesas, entre otros.
Los expertos creen que esa tendencia se mantendrá en la medida en que la moneda boliviana se mantenga fuerte frente a la moneda extranjera.
De acuerdo con el reporte del boletín estadístico semanal del BCB, a diciembre del pasado año, la entidad monetaria había adjudicado cuatro millones de dólares, pero este año el reporte de movimiento fue prácticamente cero.
Armando Méndez, ex presidente del BCB, explicó que las entidades financieras y las casas de cambio dejaron de comprar divisas a la entidad monetaria debido a que tienen abundancia de dólares y cubren con suficiencia la demanda del mercado.
“Las importaciones como nunca están creciendo y un motivo para demandar dólares es la importación y la gente para importar tiene que comprar dólares y esa compra no la hace del Banco Central como en otras épocas, sino la hace directamente de la banca que tiene abundancia, está captando dólares y ofertando los dólares”, aseguró.
Las entidades financieras o las casas de cambio acuden a comprar la divisa del bolsín cuando la cantidad de dólares no es suficiente en el mercado.
“Esto quiere decir que el mercado está funcionando perfectamente sin necesidad de acudir al Banco Central”, precisó.
Además, la cantidad de dólares que circula en la economía va en aumento porque ingresan más divisas puesto que llegan remesas y el país exporta más.
El economista Armando Álvarez coincidió que la demanda de las dólares está siendo cubierta por el sistema financiero porque hay suficientes divisas. También hay más moneda extranjera en el mercado porque los depósitos y los créditos en bolivianos en el sistema financiero se incrementaron en los últimos años
A ello se suma, sostuvo, el hecho de que el saldo de la balanza comercial es favorable al país, es decir que ingresan más dólares por exportaciones.
“Lo que pasa es que hoy día los dólares que ingresan son mucho más que los dólares que egresan; no es necesario recurrir al Banco Central para comprar la divisa porque los que ingresan son suficientes para satisfacer la demanda que hay”, consideró.
Sostuvo que esa tendencia se mantendrá en la medida en que se vaya bolivianizando la economía y que el saldo en la balanza comercial, saldo en cuenta corriente, sigue siendo positivo.
Positivo para el BCB
Según Méndez, en la medida en que el Banco Central deja de vender sus dólares se beneficia a las reservas internacionales.
“El que el Banco Central no venda sus dólares explica por qué acumula dólares, eso explica por qué las reservas internacionales, que son dólares guardados en el Banco Central, han aumentado tanto este año hasta alcanzar los 12.000 millones de dólares, que es una fortuna. Se acumulan dólares porque no vende”, afirmó.
Las elevadas reservas internacionales acumuladas en el país permiten financiar las importaciones y garantizar estabilidad macroeconómica ante eventuales shocks externos.
El Presupuesto General del Estado 2012 proyecta un tipo de cambio variable, aunque el Gobierno confía en que se mantendrá la política de bolivianización de la economía.
El boliviano podrá apreciarse o devaluarse en diez puntos, lo que dependerá de los factores externos y el precio de las materias primas.
El mecanismo nació tras la hiperinflación
Armando Méndez, ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), explicó que el bolsín fue creado en 1985, cuando el país salía de la hiperinflación y no existían suficientes dólares.
“Eran totalmente escasos, el Banco Central tenía pocos dólares y la gente demandaba dólares y por lo tanto se creó un sistema de subasta”, manifestó la ex autoridad.
Prcisó que en aquella época el BCB ofertaba la moneda extranjera al precio que fijaba el mercado y la competencia
“La subasta, porque así se llamaba, determinaba el tipo de cambio del día. Así comenzó a funcionar, más o menos costaba 1,6 bolivianos por dólares, así comenzó en 1985, así funcionó hasta 2003, 2004, cuando los dólares llegaron a ser suficientes”, afirmó.
Hasta el 29 de agosto de 1985, los sucesivos gobiernos de turno establecían por decreto el tipo de cambio de la moneda nacional con respecto al dólar.
En 1971, Hugo Banzer devaluó el peso boliviano hasta fijar 20,40 bolivianos por dólar. En la presidencia de Lidia Gueiler, 1979, se devaluó la moneda de 20,40 a 25 bolivianos por dólar. En 1980, Luis García Meza intentó modificar el tipo de cambio a 44 bolivianos por dólar. En 1982, Hernán Siles decretó la desdolarización de la economía.
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