La estrategia estatal se iniciará con la identificación de los rubros que trabajan como informales. La simplificación de trámites y costos para ser formal son parte de la política del Gobierno. Los sectores interesados piden consenso antes de tomar decisiones.
“No solamente se trata de obligar al sector a que se inscriba. Se tienen que crear las condiciones para que esto sea viable”. Esta afirmación de Marco Antonio Gonzales, presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), es compartida por el Ejecutivo, cuya política hacia la formalización de la economía apunta a acompañar este proceso con medidas que fortalezcan a los pequeños productores.
Luis García, Director de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Producción, afirma que por más de 20 años, las políticas aplicadas han llevado a que se evite la “visualización” de los pequeños productores. “Esta falta de visualización nos conduce a cierto tipo de medidas que han evitado que el pequeño productor sea parte del desarrollo económico, entendido como la posibilidad de creación de una empresa real”.
Tal ha sido esta falta de visualización, que actualmente no existen cifras oficiales respecto al sector informal. Según Gonzales, cifras dadas a conocer por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) indican que en Bolivia existen cerca de 800.000 unidades productivas (25% de ellas son del rubro de manufacturas), que generan dos millones de empleos.
Según García, la formalización no conduce a nada si no se la acompaña con medidas que permitan fortalecer al aparato productivo nacional. Por ello, visualizar, reconocer y fortalecer al pequeño productor son las palabras clave en la estrategia gubernamental para la formalización, plasmada en el Anteproyecto de Ley Fundamental para el Desarrollo de la Unidad Productiva.
En este marco, lo primero que se hará es identificar a los pequeños productores, según sus rubros. Para ello, el Ejecutivo lleva adelante un empadronamiento de las confederaciones, asociaciones y organizaciones de pequeños productores. “Esto va a permitir generar una base de datos que después retroalimentará al Servicio Nacional de Desarrollo Productivo (Senadepro)”, explica Luis García.
Precisamente, el Senadepro es otro de los mecanismos que se empleará para el fortalecimiento de los pequeños emprendedores a través de la capacitación y la transferencia de tecnología. Mientras, el Banco de Desarrollo Productivo (BDP) es la respuesta a la demanda de acceso al financiamiento.
Uno de los puntos que ha generado resistencia por parte de ciertos sectores es el pago de tributos. Al respecto, el Director de la Micro y Pequeña Empresa indica que se apunta a mostrar a los productores los beneficios de ser formales, como por ejemplo, el acceso a los Certificados de Devolución Impositiva (Cedeim) por exportaciones.
El Ejecutivo inició un proceso de socialización del proyecto, con el objetivo de recibir las propuestas de los sectores involucrados.
No obstante, Marco Antonio Gonzales señala que hay organizaciones afiliadas a Conamype que cuestionan el proceso de registro, que se instruyó a través de un decreto. La observación del sector es que dicha norma no ha sido consultada con los productores.
El dirigente puntualiza que uno de los aspectos importantes para la formalización del sector es la protección del mercado local frente a la “invasión de productos extranjeros”, principalmente los de China. Agrega que también se plantea la industrialización de los insumos requeridos por las mypes.
La simplificación de trámites
Una de las medidas que forma parte de la estrategia gubernamental es la eliminación de los ”cuellos de botella” en la realización de trámites para la formalización de los productores.
El Director de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Producción, Luis García, revela que el 2003, un estudio que establecía que para formalizar a un pequeño productor en Bolivia, se requería cumplir con 174 pasos y entre 3.000 a 6.000 dólares.
“Eso tomaba alrededor de tres meses. Y esos montos tendían a descapitalizar al pequeño productor. Para una organización productiva que comienza con $us 1.000, gastar entre $us 3.000 a 6.000 solamente para formalizarse, no era negocio”, señala García.
Si bien el 2004, hubo una reducción a 64 pasos y a $us 1.500, García considera que aún es mucho tiempo y sigue siendo caro. Por ello, el Ejecutivo analiza opciones para simplificar más el proceso de formalización. Lo ideal —dice— sería que baste con el carnet de identidad, una declaración jurada, Bs 100 y de tres a cinco días.
Puntos de vista
“Queremos romper con la informalidad, pero las condiciones deben estar dadas´
MARCO ANTONIO GONZALES. Presidente de la Conamype.
“Uno de los trabajos que tiene la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa es romper con la informalidad del sector, pero obviamente tienen que estar dadas las condiciones para ello, porque no solamente es obligar al sector a que se inscriba, se tienen que crear las condiciones para que esto sea viable.
Uno de los temas (a tomar en cuenta) es el cuidado del mercado local frente a la invasión de productos extranjeros que ingresan vía contrabando. Eso baja el precio, rebaja los costos y eso perjudica al sector. Como ese tema hay otros, por ejemplo los insumos que no se producen en el país. No podemos entrar a un régimen impositivo cuando no tenemos el descargo, porque la mayoría de los insumos los compramos sin factura.
Creo que es todo un sistema que debemos regular para que el sector deje de ser informal (...) Por ejemplo, si queremos ser competitivos, tenemos que conocer lo último en tecnología.
La intención del Gobierno está buena, encontramos una gran apertura de ayuda a la micro y pequeña empresa. Lo que pasa es que los operadores (autoridades correspondientes) no están sabiendo cómo hacerlo. Lo más grave es que no consensúan con nosotros. Lanzan medidas y después se dan cuenta que no era así”.
“No solamente se trata de obligar al sector a que se inscriba. Se tienen que crear las condiciones para que esto sea viable”. Esta afirmación de Marco Antonio Gonzales, presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), es compartida por el Ejecutivo, cuya política hacia la formalización de la economía apunta a acompañar este proceso con medidas que fortalezcan a los pequeños productores.
Luis García, Director de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Producción, afirma que por más de 20 años, las políticas aplicadas han llevado a que se evite la “visualización” de los pequeños productores. “Esta falta de visualización nos conduce a cierto tipo de medidas que han evitado que el pequeño productor sea parte del desarrollo económico, entendido como la posibilidad de creación de una empresa real”.
Tal ha sido esta falta de visualización, que actualmente no existen cifras oficiales respecto al sector informal. Según Gonzales, cifras dadas a conocer por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) indican que en Bolivia existen cerca de 800.000 unidades productivas (25% de ellas son del rubro de manufacturas), que generan dos millones de empleos.
Según García, la formalización no conduce a nada si no se la acompaña con medidas que permitan fortalecer al aparato productivo nacional. Por ello, visualizar, reconocer y fortalecer al pequeño productor son las palabras clave en la estrategia gubernamental para la formalización, plasmada en el Anteproyecto de Ley Fundamental para el Desarrollo de la Unidad Productiva.
En este marco, lo primero que se hará es identificar a los pequeños productores, según sus rubros. Para ello, el Ejecutivo lleva adelante un empadronamiento de las confederaciones, asociaciones y organizaciones de pequeños productores. “Esto va a permitir generar una base de datos que después retroalimentará al Servicio Nacional de Desarrollo Productivo (Senadepro)”, explica Luis García.
Precisamente, el Senadepro es otro de los mecanismos que se empleará para el fortalecimiento de los pequeños emprendedores a través de la capacitación y la transferencia de tecnología. Mientras, el Banco de Desarrollo Productivo (BDP) es la respuesta a la demanda de acceso al financiamiento.
Uno de los puntos que ha generado resistencia por parte de ciertos sectores es el pago de tributos. Al respecto, el Director de la Micro y Pequeña Empresa indica que se apunta a mostrar a los productores los beneficios de ser formales, como por ejemplo, el acceso a los Certificados de Devolución Impositiva (Cedeim) por exportaciones.
El Ejecutivo inició un proceso de socialización del proyecto, con el objetivo de recibir las propuestas de los sectores involucrados.
No obstante, Marco Antonio Gonzales señala que hay organizaciones afiliadas a Conamype que cuestionan el proceso de registro, que se instruyó a través de un decreto. La observación del sector es que dicha norma no ha sido consultada con los productores.
El dirigente puntualiza que uno de los aspectos importantes para la formalización del sector es la protección del mercado local frente a la “invasión de productos extranjeros”, principalmente los de China. Agrega que también se plantea la industrialización de los insumos requeridos por las mypes.
La simplificación de trámites
Una de las medidas que forma parte de la estrategia gubernamental es la eliminación de los ”cuellos de botella” en la realización de trámites para la formalización de los productores.
El Director de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Producción, Luis García, revela que el 2003, un estudio que establecía que para formalizar a un pequeño productor en Bolivia, se requería cumplir con 174 pasos y entre 3.000 a 6.000 dólares.
“Eso tomaba alrededor de tres meses. Y esos montos tendían a descapitalizar al pequeño productor. Para una organización productiva que comienza con $us 1.000, gastar entre $us 3.000 a 6.000 solamente para formalizarse, no era negocio”, señala García.
Si bien el 2004, hubo una reducción a 64 pasos y a $us 1.500, García considera que aún es mucho tiempo y sigue siendo caro. Por ello, el Ejecutivo analiza opciones para simplificar más el proceso de formalización. Lo ideal —dice— sería que baste con el carnet de identidad, una declaración jurada, Bs 100 y de tres a cinco días.
Puntos de vista
“Queremos romper con la informalidad, pero las condiciones deben estar dadas´
MARCO ANTONIO GONZALES. Presidente de la Conamype.
“Uno de los trabajos que tiene la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa es romper con la informalidad del sector, pero obviamente tienen que estar dadas las condiciones para ello, porque no solamente es obligar al sector a que se inscriba, se tienen que crear las condiciones para que esto sea viable.
Uno de los temas (a tomar en cuenta) es el cuidado del mercado local frente a la invasión de productos extranjeros que ingresan vía contrabando. Eso baja el precio, rebaja los costos y eso perjudica al sector. Como ese tema hay otros, por ejemplo los insumos que no se producen en el país. No podemos entrar a un régimen impositivo cuando no tenemos el descargo, porque la mayoría de los insumos los compramos sin factura.
Creo que es todo un sistema que debemos regular para que el sector deje de ser informal (...) Por ejemplo, si queremos ser competitivos, tenemos que conocer lo último en tecnología.
La intención del Gobierno está buena, encontramos una gran apertura de ayuda a la micro y pequeña empresa. Lo que pasa es que los operadores (autoridades correspondientes) no están sabiendo cómo hacerlo. Lo más grave es que no consensúan con nosotros. Lanzan medidas y después se dan cuenta que no era así”.
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