El miércoles 27 de septiembre, la ahora exgerente general del Banco Unión, Marcia Villarroel Gonzales, informó que la financiera estatal había sido víctima de un desfalco que causó la pérdida de 400 mil bolivianos, que habían sido tomados por el exjefe de operaciones de la agencia de Batallas, Juan Franz Pari Mamani.
Justo un día antes, el principal imputado por el delito había sido detenido en inmediaciones de la plaza Isabel la Católica, con su novia Luciana Reynaga.
Días después, la exgerente general indicó que el desfalco se había extendido por al menos 10 meses, y que el monto tomado del banco superaba los 400 mil bolivianos. Primero se habló de 20 millones de la moneda nacional e incluso de 43 millones, hasta que el propio banco confirmó los 37,6 millones de bolivianos que hoy se busca recuperar.
Además de Pari y su novia, el Ministerio Público ordenó la detención preventiva de otras 10 personas, sospechosas de haber participado en el millonario desfalco. Entre éstas estaban cuatro familiares del principal sospechoso y seis "palos blancos”.
La duda que queda es por qué se demoró tanto para que el banco se dé cuenta del robo.
En las semanas siguientes, una serie de videos comenzaron a ser difundidos a través de Página Siete, en los que se veía a Juan Pari en pleno derroche del dinero que desvió del Banco Unión.
Se supo que el exfuncionario del banco organizó su fiesta de bodas con los recursos a los que tuvo acceso de forma deshonesta. Además, había comprado autos de lujo, entregado costosos regalos e invertido en discotecas, empresas "fantasma” y hasta en un rent a car.
Aunque la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen participó en las investigaciones y detenciones desde el inicio de las acciones, la anterior semana el Ministerio Público decidió alejar de las pesquisas a sus oficiales y se informó que un sólo investigador continuaría con la causa. Además, se dijo que se recuperaron 10 millones de bolivianos.
Juan Pari trabajaba en la agencia del banco ubicada en Batallas. Estaba a cargo de la bóveda y una de sus responsabilidades era reponer el dinero de los cajeros automáticos de las localidades de Viacha y Achacachi.
Con base en la versión del Banco Unión, se sabe que Pari comenzó a desviar dinero desde hace unos 10 meses.
Una fuente policial que participó en las investigaciones declaró que el exjefe de operaciones se quedaba con parte del dinero sobrante que extraía de los cajeros automáticos de tres poblaciones.
Aparentemente, los remanentes de las máquinas expendedoras de billetes no eran controlados por los funcionarios del banco, un vacío que aprovechó Pari.
La Asamblea Legislativa fijó para el 10 de noviembre la interpelación al ministro de Economía, Mario Guillén, sobre el millonario desfalco.
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