La economía nacional es calificada de frágil y dependiente del comercio internacional.
• El panorama interno tampoco es auspicioso para la seguridad financiera.
• Se espera un año de escaso crecimiento y pocas perspectivas financieras
La inevitable recesión económica de los Estados Unidos y su efecto en el ritmo de crecimiento de China e India, en los que es posible esperar una desaceleración de su ritmo de crecimiento, son las variables que presentan al 2008 como un año de difícil proyección por estos dos escenarios contrapuestos.
En caso de confirmarse estos escenarios, la Asociación de Bancos Privados (Asoban), considera como posible “esperar una desaceleración de su ritmo de crecimiento, que de acuerdo a su magnitud tendrá efectos negativos también de distinta magnitud en los resultados de nuestro comercio exterior, basado en estos últimos años tan sólo en el crecimiento de los precios, que compensaron la caída de la producción”.
De la misma manera, en la evaluación de los escenarios internos posibles, “que agravarían los impactos en la economía, está dado por el fracaso del diálogo (entre Gobierno y Prefectos) instaurado con el consiguiente agravamiento de las tensiones internas, que acrecentarán la incertidumbre”
“La inseguridad, los bloqueos y movilizaciones, la presencia de un Poder Judicial sin completar, una corte electoral sin gozar de la confianza del electorado, un Tribunal Constitucional brillando por su ausencia, por lo menos tres referendumes en marcha y consiguientemente un nuevo año sin inversiones privadas externas ni nacionales, sin una movilización efectiva de la inversión pública tanto nacional como regional y, por lo tanto, un año de escaso crecimiento con pocas perspectivas para el sistema financiero”, afirma la evaluación de Asoban.
Incertidumbre internacional
A principios de este año, los principales mercados mundiales tuvieron graves pérdidas por los temores a que Estados Unidos entre en una franca y severa recesión económica a la luz de la reciente quiebra del mercado hipotecario en ese país, el alza en el precio del petróleo y un probable –pero no posible–, recrudecimiento de la guerra en el Golfo Pérsico.
De esa manera, las principales agencias de noticias internacionales resumieron lo que podría ser una de las peores crisis financieras en el mundo y que podría tocar, incluso, a países menos desarrollados, como los productores de materias primas y en el caso concreto Bolivia.
En el resumen de lo acontecido, la Bolsa de Tokio, acabó en apenas 13 mil 500 puntos, con lo que tuvo su peor registro en más de dos años.
El continente asiático, con muchas de sus economías más influyentes especializadas en la exportación, acusó los temores que planean en los últimos tiempos sobre la economía estadounidense, el principal mercado para sus productos.
Las dos principales bolsas del continente, Tokio y Hong Kong, reaccionaron de manera convulsa a la situación de incertidumbre provocada por la cada vez más probable recesión en EEUU.
Luces detrás de las sombras
Sin embargo, no todo es incertidumbre para la Asociación de Bancos Privados, también da cuenta de un posible escenario de éxito en caso que el diálogo Gobierno – Prefectos tenga óptimos resultados, ya que en el marco del paulatino retorno a la concertación, también se dará “un paulatino retorno de la confianza e inicio de un proceso de movilización de la inversión privada y pública, que podrían ayudar a enfrentar los efectos de la desaceleración del comercio exterior, generando un clima proclive a una mayor actividad económica y del sistema financiero”.
En síntesis, Asoban considera que “un buen año para el sistema financiero nacional ha terminado, los Bancos han logrado obtener después de mucho tiempo una rentabilidad comparable a la de países del resto de América, que vía la reinversión les permitirá mayores niveles de operaciones, al mismo tiempo que le ha dado mayor estabilidad, solidez y cuentan con la liquidez para impulsar el crédito”.
Sin embargo, “nubarrones generados por la recesión norteamericana y por el posible acontecer económico, político y social en el país, introducen incertidumbre sobre los resultados a esperar, que dependen más de decisiones políticas que económicas”.
• El panorama interno tampoco es auspicioso para la seguridad financiera.
• Se espera un año de escaso crecimiento y pocas perspectivas financieras
La inevitable recesión económica de los Estados Unidos y su efecto en el ritmo de crecimiento de China e India, en los que es posible esperar una desaceleración de su ritmo de crecimiento, son las variables que presentan al 2008 como un año de difícil proyección por estos dos escenarios contrapuestos.
En caso de confirmarse estos escenarios, la Asociación de Bancos Privados (Asoban), considera como posible “esperar una desaceleración de su ritmo de crecimiento, que de acuerdo a su magnitud tendrá efectos negativos también de distinta magnitud en los resultados de nuestro comercio exterior, basado en estos últimos años tan sólo en el crecimiento de los precios, que compensaron la caída de la producción”.
De la misma manera, en la evaluación de los escenarios internos posibles, “que agravarían los impactos en la economía, está dado por el fracaso del diálogo (entre Gobierno y Prefectos) instaurado con el consiguiente agravamiento de las tensiones internas, que acrecentarán la incertidumbre”
“La inseguridad, los bloqueos y movilizaciones, la presencia de un Poder Judicial sin completar, una corte electoral sin gozar de la confianza del electorado, un Tribunal Constitucional brillando por su ausencia, por lo menos tres referendumes en marcha y consiguientemente un nuevo año sin inversiones privadas externas ni nacionales, sin una movilización efectiva de la inversión pública tanto nacional como regional y, por lo tanto, un año de escaso crecimiento con pocas perspectivas para el sistema financiero”, afirma la evaluación de Asoban.
Incertidumbre internacional
A principios de este año, los principales mercados mundiales tuvieron graves pérdidas por los temores a que Estados Unidos entre en una franca y severa recesión económica a la luz de la reciente quiebra del mercado hipotecario en ese país, el alza en el precio del petróleo y un probable –pero no posible–, recrudecimiento de la guerra en el Golfo Pérsico.
De esa manera, las principales agencias de noticias internacionales resumieron lo que podría ser una de las peores crisis financieras en el mundo y que podría tocar, incluso, a países menos desarrollados, como los productores de materias primas y en el caso concreto Bolivia.
En el resumen de lo acontecido, la Bolsa de Tokio, acabó en apenas 13 mil 500 puntos, con lo que tuvo su peor registro en más de dos años.
El continente asiático, con muchas de sus economías más influyentes especializadas en la exportación, acusó los temores que planean en los últimos tiempos sobre la economía estadounidense, el principal mercado para sus productos.
Las dos principales bolsas del continente, Tokio y Hong Kong, reaccionaron de manera convulsa a la situación de incertidumbre provocada por la cada vez más probable recesión en EEUU.
Luces detrás de las sombras
Sin embargo, no todo es incertidumbre para la Asociación de Bancos Privados, también da cuenta de un posible escenario de éxito en caso que el diálogo Gobierno – Prefectos tenga óptimos resultados, ya que en el marco del paulatino retorno a la concertación, también se dará “un paulatino retorno de la confianza e inicio de un proceso de movilización de la inversión privada y pública, que podrían ayudar a enfrentar los efectos de la desaceleración del comercio exterior, generando un clima proclive a una mayor actividad económica y del sistema financiero”.
En síntesis, Asoban considera que “un buen año para el sistema financiero nacional ha terminado, los Bancos han logrado obtener después de mucho tiempo una rentabilidad comparable a la de países del resto de América, que vía la reinversión les permitirá mayores niveles de operaciones, al mismo tiempo que le ha dado mayor estabilidad, solidez y cuentan con la liquidez para impulsar el crédito”.
Sin embargo, “nubarrones generados por la recesión norteamericana y por el posible acontecer económico, político y social en el país, introducen incertidumbre sobre los resultados a esperar, que dependen más de decisiones políticas que económicas”.
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