Los efectos del descenso en nuestras exportaciones de hidrocarburos y minerales comienzan a sentirse especialmente en las restricciones presupuestarias que marcan los subgobiernos nacionales, gobernaciones y municipios donde los recursos escasearán en la gestión venidera y quien sabe en las próximas.
El problema de los precios de las materias primas no parece solucionable en corto tiempo, de ahí que tendremos que avenirnos a un modus vivendi con menos ingresos y a la postergación del cumplimiento de algunos planes de desarrollo que pudieron ejecutarse con un flujo regular de ingresos.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), con relación al comportamiento financiero hasta el tercer trimestre de la gestión en curso, señala que el valor de nuestras exportaciones en los rubros de hidrocarburos y minerales rebajó sustancialmente, pues de enero a septiembre del 2014, entre hidrocarburos y minerales, incluyendo los no metálicos sumaron 8.167,2 millones de dólares, en tanto que en el mismo tiempo de la gestión presente, se sumaron sólo 5.344,2 millones, lo que significa claramente un descenso de 2.824 millones de dólares.
Los datos estadísticos reflejan el movimiento de bajada de los valores recuperables, por ejemplo en los hidrocarburos la disminución fue de 5.167,8 millones de dólares a 3.173,8 millones, con una resta concreta de 1.994 millones de dólares.
En cuanto a los minerales el descenso en los nueve meses fue de 1.524, 4 millones de dólares a 1.323,8 millones, con una reducción efectiva de 201 millones de dólares. Según el INE hay que añadir los envíos de estaño metálico, plata y oro metálico que totalizan por separado una caída de 629 millones de dólares. En el caso de recursos mineros el descenso total es de 830 millones de dólares.
En el informe del mismo INE, pero de manera general, se menciona que en realidad todas las actividades económicas de comercio exterior de nuestro país reportaron una baja del 32,5 por ciento incluyendo además de hidrocarburos y minería a los rubros de agricultura, ganadería, caza y pesca y un sector muy importante como el de las manufacturas.
Entre todos los sectores de exportación de acuerdo a volumen y obtención de réditos, así sean disminuidos, por su importancia se anota hidrocarburos con la mayor participación hasta de 45,8 por ciento; le sigue el sector de manufacturero con 27,8 y los minerales en tercer lugar con 19,1 por ciento, luego los otros rubros en menor escala porcentual.
Hay que recordar que en octubre pasado de manera directa el Primer Mandatario confirmó que al cierre de la presente gestión en el rubro de ingresos tendremos que restar 3.250 millones de dólares, atribuible el hecho a la caída en el precio internacional del petróleo y los minerales, las dos fuentes de riqueza natural que tenemos para exportación.
Como una solución -paliativa- al caso, la principal autoridad nacional explicó que la "rebaja de ingresos" se contrarrestará con inversión del sector público, para compensar lo que se reducirá en hidrocarburos 2.500 y en minería 750 menos, lo que hace un total de 3.250 millones de dólares disminuidos, que influirán en proporción del 8,9% menos del PIB previsto para la gestión.
Cuando se buscan justificaciones para la situación reinante, no siempre se encuentran las mejores y más claras, pero los expertos mundiales señalan que el precio de todas las materias primas desciende, en parte, "por temor a que la demanda disminuya debido a la ralentización del crecimiento de la economía china".
Un dato interesante en el rubro de la minería menciona el caso de varios descubrimientos de minerales estratégicos en varios países. Posiblemente se anote el caso del uranio en nuestro país, aunque algunos datos señalaron que se descartó la exploración de ese mineral estratégico.
Las grandes esperanzas para el caso boliviano en materia de minería están centradas en el litio y su diversificación industrial, el avance del proyecto que es lento, pero como dice su ejecutivo…seguro. El otro caso corresponderá a la explotación de hierro, pero tomando en cuenta su transformación en fierro y acero, completando una cadena siderúrgica que todavía no comienza pero que deberá implementarse para dar alto valor agregado a este rubro.
La otra opción de diversificar la economía en general, es recuperar el tiempo perdido, establecer condiciones favorables a las inversiones, a partir de otorgar seguridad jurídica a los futuros inversionistas.
No es majadería, pero hay que insistir en la habilitación plena de la Ley Minera 535, promulgada hace más de un año y hasta la hecha sin reglamento y sin apéndice de orden tributario. Este documento es importante para encarar las transformaciones que necesita con urgencia la minería boliviana, ojala fuese con una Comibol reestructurada y habilitada para "reactivar" la minería.
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