Bolivia se le hace cuesta arriba el próximo quinquenio. La bonanza económica de los últimos años no fue aprovechada, y no destinó recursos a un proceso de cambio de cambio de matriz energética y exportadora. La venta nacional se concentra en un casi 80 por ciento en materias primas y el resto sólo productos manufacturados. Un informe de Perspectivas económicas de América Latina 2016: Hacia una nueva asociación con China, de la OCDE, CAF y CEPAL, proyectan para el país un crecimiento por debajo del 4 por ciento para los próximos cinco años.
Los ingresos altos por la venta del gas y minerales no crearon un fondo para la época de vacas flacas. Ahora los recursos disminuyeron y esto se refleja en el Presupuesto General del Estado (PGE 2016), con menos 1,8 por ciento.
El consolidado para el 2016 suma 217.139,6 millones de bolivianos, mientras para la presente gestión se presupuestaron 221.181 millones de bolivianos. El presupuesto muestra que los ingresos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y de empresas mineras, disminuirán, menos 32,2 por ciento y menos 35,6 por ciento.
El 2015, los ingresos de YPFB alcanzaron a 63.919,3 millones de bolivianos, y el 2016 la cifra baja a 43.331,5 millones de bolivianos; situación similar sufren las empresas mineras, de 5.940,1 millones de bolivianos en 2015, baja a 3.826,2 millones de bolivianos.
Los ingresos corrientes bajan en 9,4 por ciento, de 146.170,7 millones de bolivianos en 2015 a 132.448,3 millones de bolivianos.
CRECIMIENTO BAJO
Ahora el informe de Perspectivas económicas de América Latina 2016: Hacia una nueva asociación con China, en el indicador de crecimiento tendencial para un conjunto de economías de América Latina señala bajo crecimiento para Bolivia para el próximo quinquenio.
En los periodos 1990-1999, la economía nacional creció en promedio por debajo del 4 por ciento, entre el 2000-2009 el crecimiento también se situó en promedio por encima del 4 por ciento; entre 2010-2014, en promedio, se observa la cifra por encima del 4 por ciento; mientras, ahora la tendencia en promedio, que regirá entre 2015-2019, estará por debajo del 4 por ciento.
Superar la baja productividad exige soluciones estructurales. Aumentar la productividad es de capital importancia teniendo en cuenta que el crecimiento potencial está perdiendo fuerza en la región, aunque la dinámica difiere considerablemente de un país a otro, señala el documento.
Si bien el crecimiento potencial aumentó en casi todos los países durante la primera mitad de la presente gestión 2010-2015, pero puede atenuarse durante los próximos cinco años por razones distintas de la ralentización económica global y el papel de China en la misma, agrega.
La contribución del factor trabajo al crecimiento se está viendo limitada por la incapacidad de incrementar la participación de mano de obra formal y de reducir las tasas de desempleo, así como por el envejecimiento de la población.
El informe señala que Brasil y Guatemala tienen mejores oportunidades de la demanda de alimentos de China, mientras que Bolivia podría afrontar desafíos, en los próximos años ya que sus exportaciones se apoyan en cereales no molidos, los cuales registra un crecimiento moderado en las previsiones de la demanda china.
Ahora bien como productor y exportador de quinua, el país está bien posicionado para mejorar las perspectivas comerciales satisfaciendo la creciente demanda tanto internacional como China, este podría ser un nicho de mercado, ya que la quinua es rica en proteínas (unos de los pocos alimentos que proporcionan una proteína completa) carece de gluten y tiene un elevado contenido de fibras.
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